Defendamos los Humedales
La destrucción de los humedales representa un enorme peligro para nuestros ecosistemas. Defenderlos es la tarea central de la juventud que lucha contra el cambio climático y señala que NO HAY PLANETA B.
Desde hace semanas venimos denunciando y escribiendo sobre un fenómeno que de natural no tiene nada: las quemas de pastizales en las islas del sur de la Cuenca del Paraná. Ciudades enteras como Rosario y Santa Fe envueltas en un humo que no significa otra cosa que la destrucción de ecosistemas, con sus respectivas especies y fauna, por parte de la agroindustria y los ganaderos. En esta ocasión queremos profundizar sobre la importancia de un actor fundamental: los humedales, con sus características, importancia y necesaria defensa.
Generalmente se los identifica como áreas que se inundan temporariamente, donde el agua subterránea aflora en la superficie o en suelos de baja permeabilidad cubiertos por agua poco profunda. En los humedales el agua juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y funciones ecológicas.
En nuestro caso, Argentina posee 6 grandes regiones de humedales, una de ellas es la Cuenca del Plata siendo la principal cuenca hídrica que tenemos en el país. La misma se caracteriza por sus grandes ríos, como el Paraná, con su vasta llanura de inundación, en donde se encuentran una gran variedad de humedales, como lagunas, esteros, pantanos, bañados y madrejones. En estas zonas se desarrolla una vegetación y una fauna específica, en particular muchos peces que penetran en los primeros estadios de su vida, buscando refugio y alimentación.
¿Por qué son importantes? Los humedales desempeñan varias funciones que los hacen esenciales para la vida humana. Entre ellas se pueden destacar: la reposición de aguas subterráneas y depuración de agua ya que muchos humedales contribuyen a recargar acuíferos subterráneos que almacenan el 97% de las aguas dulces no congeladas del mundo.
Además contribuyen a la estabilización de costas, protección contra tormentas y control de inundaciones, dan sustento a más del 40% de las especies del mundo y el 12% de todas las especies animales se hallan en los humedales de agua dulce.
Estas son algunas de sus funciones, es por eso que la preservación de los humedales es fundamental para el desarrollo de nuestra vida y como dato no menor se calcula que en los últimos 50 años desaparecieron del planeta alrededor de 70% de ellos.
Un dato estremecedor que ha difundido investigadores del Conicet es que durante el año 2008 se quemó más del 17% de la superficie del Delta desde la ciudad de Rosario (Santa fe) a la zona de Campana (Buenos Aires)[1]. Por eso es necesaria una legislación urgente sobre los territorios que componen los humedales y que dejen de ser zonas de sacrificio de la agroindustria.
Ley de humedales YA
Los más de 3.700 focos de incendios que hemos presenciado en el transcurso del 2020 son la antesala de una catástrofe si no lo frenamos a tiempo. No alcanza con abrir causas judiciales a los responsables, mucho menos aun cuando estos siguen impunes. Los tiempos de la justicia y su burocracia no son los de la naturaleza, tampoco la de los pueblos fumigados y todos los afectados por el avance de la frontera agroindustrial y ganadera.
Es por este motivo que luchamos por la aprobación de la Ley de Humedales con presupuesto genuino para cuidar estos valiosos ecosistemas en el bienestar nacional y mundial. Una legislación que prohíba la especulación inmobiliaria, la mercantilización del espacio a través del turismo de aventura, la utilización para la ganadería y la siembra.
Los humedales son parte de nuestros bienes comunes y por eso nos oponemos a la su explotación para enriquecer los bolsillos de unos pocos. Las organizaciones ambientales, foros, organizaciones políticas y activistas en general debemos ser parte del debate de una nueva Ley para cuidar lo que es de todos. Y a su vez definir los mecanismos de lucha por su aprobación y su aplicación efectiva.
Por una salida Ecosocialista
No queremos dejar de mencionar que mientras cerramos este artículo se confirma la sospecha de que China está negociando con el gobierno argentino, de la mano de Alberto Fernández y Felipe Solá, la instalación de granjas industriales de cerdos. De esta forma pasaríamos de producir 6/7 millones de cerdos por año a 100 millones.
Próximamente profundizaremos sobre este tema pero podemos adelantar que significa la intensificación de un modelo agroindustrial que trae consigo deforestación, sojización y destrucción de los humedales y ecosistemas, si no los páramos antes.
En estos tiempos de pandemia, pobreza y crisis socioecológica, resulta fundamental avanzar en un modelo ecosocial y económico diferente al que proponen los ricos. Creemos firmemente que la salida al actual capitalismo ecocida es posible, no hay chances de humanizar a los que anteponen sus ganancias sobre nuestras vidas.
Por eso luchamos por una transición hacia un modelo Ecosocialista que contemple la biodiversidad, el ecosistema y las necesidades sociales mayoritarias. Sin corporaciones del agronegocio y la especulación inmobiliaria. Debemos replantear la forma en la que se produce y se consume en nuestras provincias, evitando la acumulación de desechos en las costas provocado por las grandes industrias.
Esta reorganización de la producción debe tener una perspectiva nacional, regional y mundial para dar fin al modelo agroindustrial que se presenta como la única vía posible. .Para eso las y los jóvenes que luchamos por el medioambiente tenemos que tender puentes con todos sectores sociales que bregan por otro mundo, con justicia social y concentración de riquezas. La lucha contra el cambio climático requiere que ocupemos los espacios de decisión (poder), hoy copados por la casta política que gobierna para las corporaciones y nos destruye el planeta.
Eugenia Saavedra – Estudiante de Trabajo Social UNL
Juan Moran – Red Ecosocialista Santa Fe