Tucumán: el transporte urbano y nuestras propuestas
La administración y explotación de las líneas de colectivos deben volver al Estado con gestión de trabajadores y usuarios
El reciente anuncio referido a que la explotación de las líneas de colectivos urbanos en Tucumán podría constituirse en una sociedad entre el Estado y las empresas concesionarias pareciera a primera vista una forma de regularizar de una vez por todas la prestación del servicio público de pasajeros. Nada más alejado de la realidad. En realidad se trata de un nuevo salvataje a los grupos empresariales dueños de las mismas.
Muy pocos tucumanos saben que originalmente las empresas de colectivos urbanos fueron del Estado así como los ferrocarriles que a nivel nacional que dejaron de ser empresas inglesas en la década de 1940.
Sin embargo luego se convirtieron en un gran negocio para las empresas privadas de propietarios de colectivos que obtienen enormes ganancias no solo por la venta de pasajes y abonos, sino fundamentalmente porque son subsidiadas por el Estado.-
Unos pocos empresarios (no más de diez) son dueños de la gran mayoría de las empresas que actualmente usufructúan el servicio de colectivos en la provincia, y solamente en el año 2018 recibieron aproximadamente 1500 millones de pesos en concepto de subsidios y compensaciones, además de las compensaciones provinciales y de los subsidios al Gasoil.-
No obstante estas “contribuciones” escandalosas el servicio que prestan es malo o muy malo y de esto pueden dar fe los mismos usuarios que lo sufren todos los días.-
Y como si fuera poco se atrasan en el pago de sueldos y aguinaldo al personal, no se lo pagan o terminan difiriéndolo en cuotas con el argumento de que la pandemia les ha generado pérdidas. Luego en connivencia con la burocracia de UTA se convocan o amenazan paros produciendo un grave problema social, que en realidad en vez de ser en defensa de los derechos de los trabajadores ante la falta de pago, son “aprietes” para que el gobierno amplíe los subsidios a las Empresas Privadas.-
En este contexto una sociedad entre el Estado y las empresas no es más que una especie de salvataje al empresariado como el que hizo en una época el antiguo Banco de la Provincia de Tucumán con los industriales azucareros, con créditos millonarios que sabía de antemano que no iban a ser devueltos.
Desde el MST queremos proponer lo opuesto:
1) Nada de salvataje a los Empresarios del Transporte.
2) Ni un peso más a las empresas que todos estos años recibieron millones y prestaron un pésimo servicio.
3) Por la estatización del servicio urbano de pasajeros, con control y administración de trabajadores y usuarios.
Angel Paliza