Entrega a los buitres y plan pospandemia
¿Horizonte despejado? Aunque la pandemia en el país sigue creciendo y cada día se rompe un nuevo récord de contagios, el gobierno de Alberto Fernández ya comenzó a planificar las medidas para la pospandemia. Con el «horizonte despejado» tras el arreglo con los bonistas se habla de 60 medidas que se empezarían a anunciar en los próximos días destinadas a «recuperar el empleo y la producción». Aunque todavía no hay precisiones las reuniones y declaraciones de algunos funcionarios, empresarios y burócratas sindicales van mostrando cuál es la orientación que están discutiendo. Tomar en cuenta estos elementos es clave para que la clase trabajadora pueda prepararse para lo que viene. Para eso es útil además repasar dónde estamos y las medidas que se vienen tomando.
Entrega a los usureros. La renegociación con los bonistas por una parte de la deuda externa llegó a su fin. Tras 8 meses y cuatro ofertas (cada una anunciada como la última y como la única posibilidad de no comprometer el futuro del país) el gobierno fue cediendo a todas las exigencias de los buitres. Guzmán empezó la negociación ofreciendo pagar 39 dólares por cada 100 y terminó acordando 54 por una deuda trucha que cotizaba en los mercados a menos de 25. Lejos del «triunfo político» o el «acuerdo positivo» que enarbolan los defensores del gobierno, la diferencia entre la primera oferta realizada y el acuerdo alcanzado es cercana a los U$ 15 mil millones en favor de los acreedores. Esta suma significa por ejemplo el equivalente a 30 años del presupuesto de salud. Una verdadera entrega que convalida la estafa de Macri y obligará a mayores sacrificios de los sectores populares.
Vicentín como botón de muestra. El recule completo en Vicentín demostró que el gobierno no tiene intenciones de tocar los intereses capitalistas. Del decreto de intervención con el anuncio «épico» de la expropiación se pasó al plan Perotti de administración mixta hasta terminar firmando un decreto que anulaba la intervención. De la proclamada soberanía alimentaria no quedó nada. Ya vimos otros recules por el estilo en estos meses de gobierno: el decreto anti despidos que las patronales usaron como papel higiénico sin ninguna consecuencia, la coordinación con la salud privada de Ginés que duró lo que un suspiro. Y cómo olvidar el tan promocionado y nunca aparecido proyecto de ley de impuesto a las grandes fortunas. Más allá de las limitaciones de estas medidas que señalamos en su momento, es evidente que el gobierno no está dispuesto a tocar los intereses de las patronales.
Obras para todos y todas. Una de las medidas ya anunciadas es el lanzamiento del Procrear 2020 para dar 300 mil créditos y construir 44 mil viviendas creando 300 mil empleos (entre directos e indirectos), muy lejos del déficit habitacional de 4 millones y de los 800 mil empleos perdidos en los últimos meses (datos de la OIT). La reactivación de la obra pública está en la base de los acuerdos con los gobernadores y entre las principales medidas de recuperación. Sin embargo habrá que ver la magnitud que alcanzan ya que los compromisos con los bonistas y la negociación que comenzará ahora con el FMI marcarán un límite a los fondos disponibles, lo que hace suponer que estarán lejos de las necesidades. Otros anuncios que se barajan son los de la Renta Básica Universal, que tiene poco de universal (declaraciones de Arroyo hablan de 3 millones) y de básica (sería el equivalente del salario mínimo, vital y móvil de $16500, muy lejos de la canasta básica de $43 mil). Probablemente haya algún otro anuncio con algún tinte social que pretenda mostrar que con AF hay «un capitalismo en el que ganamos todos». Sin embargo las medidas que se discuten en favor de los empresarios son la parte fundamental del plan pospandemia.
Dime con quién te reúnes… Con quien se planifica el futuro dice mucho de quienes serán los principales favorecidos. Por eso las reuniones y fotos del presidente con el G6 en Olivos, o las reuniones de los principales empresarios con la CGT permiten suponer por donde vienen los planes. Los reclamos de las patronales se conocen y están claros: reducciones impositivas, subsidios y flexibilización laboral entre los principales. La rendición ante los buitres ya la consiguieron y ahora negocian un nuevo blanqueo de capitales, por supuesto con incentivos. Así lo reconoció el presidente del BICE De Mendiguren admitiendo que «la Argentina tiene un PBI entero en el exterior» y que el gobierno tiene que «tentar a los argentinos que se la han llevado para que vuelvan a invertir en este país».
Extractivismo al palo. La profundización del modelo extractivista es la base del proyecto de «desarrollo» del Frente de Todos. Sustentada en la premisa del presidente de «crecer para pagar» significa ordenar la producción al servicio de obtener los dólares necesarios para hacer frente a los compromisos de pagos con los acreedores. Por eso muerta la vaca por la crisis petrolera, todos los caminos apuntan a meter como sea la megaminería en zonas que vienen resistiendo hace años como Chubut. En esa dirección apunta también el proyecto de convertir el país en una factoría china de cerdos y las quemas en los humedales del litoral que se multiplicaron las últimas semanas. Los derechos de las comunidades y el cuidado ambiental no entran en las prioridades del gobierno.
Ajuste para lxs de abajo. El pueblo trabajador es quien más sufrió el ajuste de estos meses. Miles de despidos y suspensiones, rebajas salariales, congelamiento de la movilidad jubilatoria y paralización de la mayoría de las paritarias. Las medidas sociales del gobierno fueron un paliativo de $5 mil pesos mensuales con el IFE y a la docencia, con la complicidad de una burocracia cada vez más subordinada al gobierno, un reconocimiento de $1200 mensuales. Una vergüenza que contrasta con los subsidios y ATP a las patronales. En el marco de una inflación que no cesa y que tiende a acelerarse será necesario sobrepasar a las dirigencias sindicales para enfrentar el ajuste y la flexibilización laboral. El rol del Plenario del Sindicalismo Combativo será determinante.
Las medidas que hacen falta. Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad sostenemos que hacen falta medidas opuestas a las del gobierno. 1) Reincorporación de todxs lxs despedidxs y suspendidxs, 2) estatización con control obrero de las empresas cerradas o que amenacen hacerlo, 3) aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales que cubran el costo de la canasta familiar, 4) sistema único de salud estatal, gratuito y universal. Y para obtener los fondos necesarios: a) cortar la sangría del pago de la deuda externa declarando un default soberano, b) en lugar de estímulos a los fugadores seriales obligarlos a repatriar sus fortunas en el exterior embargando sus bienes en el país si no lo hacen, c) nacionalizar la banca para evitar nuevas fugas y disponer de fondos para orientar el crédito nacional a un plan de desarrollo y créditos baratos a los pequeños comercios y sectores populares afectados por la crisis, d) reforma tributaria que elimine el IVA de los productos de la canasta de alimentos y grave a las grandes fortunas y el capital financiero entre otras medidas. En resumen, un plan orientado a satisfacer las urgentes necesidades del pueblo trabajador.
Por eso estamos proponiendo al FIT Unidad que preparemos una gran convocatoria a una jornada de movilización unitaria de la izquierda, el sindicalismo combativo, los movimientos piqueteros independiente, los organismos de derechos humanos del Encuentro Memoria Verdad y Justicia y demás sectores que acuerden con una propuesta de lucha contra el gobierno y su plan de ajuste entrega y represión.