Santa Fe: logramos el cupo laboral trans, ¿y ahora?
La comunidad travesti, transexual y transgénero seguimos siendo una de las poblaciones más vulneradas del país en la actualidad.
La mayoría vivimos en una situación de extrema pobreza, sin derechos económicos, sociales ni culturales. El 60% aún no cuenta con el título secundario y menos todavía con algún trabajo registrado, alcanzando niveles de desempleo que superan ya el 80%.
La pandemia ha profundizado esta situación. Ante esto, en Santa Fe contamos con una Ley de Cupo Laboral Trans, fruto de nuestra lucha colectiva. Ahora bien, ¿qué pasa con la aplicación de esta ley? ¿Cuál es la agenda de lucha de las disidencias ahora? Nuestra opinión al respecto.
¿Qué pasa con la aplicación de la ley?
La pandemia ha puesto más al desnudo nuestra situación. En Santa Fe, a diferencia de otras provincias que aún no han aprobado una ley de cupo laboral trans, contamos con la Ley Nº 13.902 del “Cupo Laboral Trans” aprobada en 2019.
Pero como toda ley sin presupuesto suficiente, no tiene aplicación efectiva y entonces se desvanece como papel mojado. Un aspecto es que persisten trabas burocráticas en su efectivo cumplimiento y no cuenta con control democrático de las diversas organizaciones del colectivo LGBT que las impida. Por otro lado la propia ley tiene limitaciones, ya que no responde de manera integral con políticas públicas de acceso a educación, salud y vivienda.
El derecho al trabajo en ámbitos públicos y privados sólo parecería ser un bello discurso, mientras seguimos en la misma situación en la cual empezamos. Con compañeres en la calle, sin techo, obligades por la falta de políticas públicas y el desamparo del Estado a la prostitución como único medio de vida y apelando a las redes feministas para sobrellevar este contexto de pandemia.
Es por todo esto que decimos que con la aprobación de una ley no alcanza ni se cierra nuestra agenda de lucha. Necesitamos políticas públicas integrales que no sólo contemplen el derecho al trabajo sino al acceso y permanencia en la educación sin discriminación, a una vivienda digna, a la salud pública y repare el daño institucional hacia nuestro colectivo, históricamente marginado y excluido.
Pero para poner en agenda este debate se necesitan acciones que releven los datos reales de les compañeres que no integran las organizaciones afines al gobierno de turno. Si no, hay una visión muy parcial. Por eso es central el control de la aplicación de la ley, y que su seguimiento cuente con la participación y voz de todas las organizaciones de la disidencia. Es fundamental la intervención social cuando hablamos de problemáticas sociales tan complejas.
La emergencia que necesitamos
Desde Libre Diversidad y el MST en el FIT Unidad creemos central seguir organizades para poner en agenda nuestros reclamos, porque nuestros derechos no están de cuarentena. Debemos exigir medidas integrales.
En primer lugar, el acceso real a la educación, salud y vivienda. Se necesitan políticas públicas que calen hondo sobre las diversas problemáticas del colectivo travesti y trans que abarquen desde la infancia y la adolescencia hasta la tercera edad. Por eso, más allá de nuestro reparo sobre rebaja fiscal a sectores privados si emplean a personas trans, respaldamos el proyecto de ley integral trans que presentó al Congreso la Federación Argentina LGBT.
Ante el argumento oficial de que no hay plata, exigimos que se deje de destinar millones a una deuda fraudulenta que siempre se pagó a costilla del empobrecimiento del pueblo y les trabajadores. También, si se avanza en la cuestión pendiente de separar a la Iglesia del Estado, que debe ser laico, los $ 50.000 millones por año que se destina a la Iglesia y a toda la educación confesional, toda esa plata podría destinarse para las medidas que exigimos. Además se dejaría de financiar a instituciones de odio que nos discriminan y violentan. Quien quiera un cura o un colegio religioso, que se los pague.
Exigimos la aplicación de una Educación Sexual Integral (ESI), con perspectiva de género y no binaria en todos los niveles educativos del país. También la producción pública de antirretrovirales y hormonas. El aborto legal seguro y gratuito para todos los cuerpos gestantes prometido por Alberto Fernández, pero ha sido nuevamente postergado nuestro derecho tan elemental como decidir sobre nuestros cuerpos.
Y a su vez, exigimos la aplicación efectiva de la Ley de Cupo Laboral Trans en Santa Fe. Necesitamos acciones concretas porque se trata de una calidad de vida justa, a través del acceso a un empleo formal como dicta la ley, pero que no se está cumpliendo. Es un derecho que conquistamos y no pensamos quedarnos quietes hasta su pleno cumplimiento.
Si hay algo que comprendimos desde el movimiento de las disidencias es que nuestras vidas valen, y vale la pena luchar con rabia hasta que de una vez por toda pasemos de la igualdad legal a la igualdad real. Así será, en definitiva, cuando tiremos abajo este sistema patriarcal, capitalista y clerical, y sentemos las bases de una sociedad distinta, un mundo totalmente nuevo: socialista, le decimos nosotres.
Sol Pereyra