El Ministerio de Salud como oportunidad de negocios entre amigos
Para muestra basta un botón. Ante reiteradas denuncias mediáticas sobre negocios entre amigos y socios comerciales del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, nos hacemos eco de cómo los funcionarios públicos se enriquecen ellos y sus amigos a costa de negocios con dinero público, o sea, nuestro dinero.
Para entender la cuestión: de acuerdo a su declaración jurada, el ministro de Salud tiene participación accionaria en tres empresas a las que se vinculan sus amigos y ahora funcionarios públicos. Estos últimos, a su vez, son socios de otras empresas privadas que hacen negocios con el Estado, llamativamente (o tal vez todo lo contrario) en el área de la salud pública. Las denuncias, basadas en las declaraciones juradas y registros públicos de los denunciados, se refieren a negocios millonarios en la última década con empresas privadas en las que el ministro, sus socios y allegados a su entorno privado se vinculan entre sí e incluyen la construcción y obras en una docena de hospitales públicos en varias provincias, cuatro de ellos de alta complejidad.
Adicionalmente, parte del modus operandi de la clase política es adjudicar cargos públicos a dedo, inclusive a personas no preparadas. Este también es el caso del ministro de Salud que nombró a amigos y socios comerciales que no daban la talla, a través de autorizaciones excepcionales.
Para ponerle el cascabel al gato, de acuerdo a su Declaración Jurada, Ginés González García posee actualmente acciones en tres empresas; en una de ellas, según los registros de la Anses, sus empleados vienen cobrando el beneficio estatal de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP).
Al igual que durante el gobierno de Macri, los casos de amiguismo, privilegios, nepotismo y tráfico de influencias que se traducen en la obtención de dinero público de modo espurio ocurren regularmente en el actual gobierno de Alberto Fernández y son inherentes al Estado capitalista mientras gobiernen partidos que representan los intereses de la burguesía y no los de la mayoría, les trabajadores.
Después de todo, que sea fundador y uno de los pilares de la universidad privada ISALUD y agente del Banco Mundial, ya no sorprende.
Tomás Vázquez