El humedal más grande el mundo en peligro
La lógica productiva extractivista extiende la destrucción ambiental en todo nuestro continente. El Pantanal, el humedal más grande del planeta, está siendo destruido para impulsar el desarrollo económico brasileño.
Gastón Baldomir, Santa Fe.
No es una fake news, el mayor humedal de todo nuestro ecosistema mundial está siendo incendiado. El Pantanal es una llanura aluvial que se extiende principalmente por el Estado brasileño de Mato Grosso del Sur, y en menor medida por el de Mato Grosso y partes aledañas de Bolivia y Paraguay. Con una extensión total de 340 500 km² y es uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del mundo, pero ahora se estima que casi el 12% de su vegetación aparentemente está perdida.
Los incendios son intencionales y se han extendido a tal magnitud debido a la enorme sequía que afecta a la región, la peor en los últimos 50 años, los focos activos superan el millar y ponen riesgo un santuario de jaguares y guacamayos azules ambas especies en resguardo del comercio ilegal de animales exóticos. Ambientalistas y científicos a nivel internacional responsabilizan al protofacista de Jair Bolsonaro y su gobierno de promover el desmonte y el incendio en todo el territorio brasileño con el fin de impulsar el desarrollo económico del país. Su solución a la enorme crisis económica, sanitaria, social y política es darle vía libre a los empresarios del agronegocio.
En los últimos 300 años, desaparecieron el 87% de los humedales del planeta, y las consecuencias ya la tenemos a la vista. Hubo aumento de inundaciones, afrontamos la mayor reducción de flora y fauna de la región en años, los índices de dióxido de carbono han ido en aumento ya que no hay suficientes humedales para mitigarlos y las reservas de agua dulce comienzan a ponerse en enorme peligro. La lógica productiva del capital que prioriza las ganancias y los privilegios por sobre la naturaleza es un gran medida responsable de este tipo de desastres ambientales y del Ecocidio mundial.
Nuestra lucha no tiene fronteras
Los incendios de las islas del Delta en nuestro país y los que ahora viven los pueblos de Brasil, tienen un denominador en común, a ambos lados de la frontera los gobiernos de turno dan luz verde a la industria agroindustrial para desforestar, quemar y envenenar. Los efectos pueden ser letales si no los frenamos.
Por eso nuestra lucha ambiental no tiene que reconocer las fronteras que dividen a los pueblos. El ecosistema es uno solo, la humanidad también. Los que promueven la división de los pueblos lo hacen con un claro objetivo: dividirnos en la lucha y afianzar el chovinismo nacionalista. La “gestión” del extractivismo es un disparate y la justificación de la imperiosa reactivación económica otro. Al discurso individualista, nacionalista y capitalista, le tenemos que responder con acciones colectivas, internacionalistas y ecosocialistas. No hay planeta B.
Desde la Red Ecosocialista y el MST en el FIT Unidad desde hace años venimos señalando la necesaria transición productiva a escala planetaria. Por eso venimos impulsando una gran tarea de agrupamiento al nivel internacional con activistas ambientales, sociales y organizaciones políticas socialistas y anticapitalistas en vías de fortalecer un proyecto político mundial para hacer posible lo necesario. La Liga Internacional Socialista se propone ese desafío. Te invitamos a que te sumes a conocerlo y dar juntos esta batalla contra los negacionistas del cambio climático y sus aliados.