Debate del FIT-U en homenaje a Trotsky / Intervenciones del MST
Ayer se realizó el panel de debate organizado por el FIT-Unidad, en homenaje a León Trotsky, al cumplirse 80 años de su asesinato. El evento tuvo el objetivo de reivindicar su obra y legado y también de intercambiar y debatir sobre la actualidad de la política, las tareas y la estrategia revolucionaria. En el panel participaron compañeras y compañeros de los cuatro partidos que integramos el FIT-Unidad (MST-PTS-PO-IS) y el conjunto de sus intervenciones pueden verse en los videos respectivos que difundimos en vivo y aún pueden encontrarse en nuestro facebook del MST.
A continuación, dejamos para conocimiento de todas y todos nuestros lectores, las intervenciones de apertura y cierre que realizara Alejandro Bodart, a nombre del MST y la Liga Internacional Socialista (LIS). Y la intervención de Sergio García, también por la dirección del MST en el FIT Unidad.
Intervención de apertura de Alejandro Bodart
Hola compañeros, compañeras. Nos encontramos todos los que venimos de varias jornadas de debate esta vez para homenajear a León Trotsky a 80 años de su asesinato. El aporte de Trotsky a la causa de la Revolución ha sido enorme. Toda su vida y obra sin duda lo sitúa junto a Marx junto a Engels, junto a Lenin como uno de los más grandes revolucionarios de la historia. Gracias a él, el marxismo revolucionario pudo sobrevivir a la noche negra que significó el estalinismo. Y todavía hoy, toda su obra, toda la experiencia de más de un siglo de luchas de la clase obrera que logró transmitirnos, nos ha permitido guiar la actuación de los revolucionarios en el mundo entero.
Yo no voy a aburrirlos, detallando cada momento de su vida, de su obra, de su enorme trayectoria, de los aportes más destacados, porque desde hace semanas todo lo que estamos acá venimos desarrollando todo esto en nuestras organizaciones, en nuestras publicaciones, hemos tenido charlas, otros debates, mañana por ejemplo algunos vamos a tener actos internacionales. Y seguramente saldrán nuevas publicaciones de este debate.
Creo que tenemos que aprovechar el poco tiempo que tenemos. El mejor homenaje a Trotsky es discutir las visiones que tenemos cada uno de lo que pasó después de su muerte. ¿Qué es lo que ha pasado con el trotskismo desde ese momento hasta nuestros días? Y respondemos algunos interrogantes muy importantes. ¿Por qué, si Trotsky nos dejó cimientos de granito, el trotskismo se dividió en múltiples expresiones? ¿Por qué ninguna organización Internacional de la que nos hemos reclamado del trotskismo, logró tener peso de masas? Y desde ya, ¿por qué no logramos tomar el poder en algún país? Algo que nos pregunta muchas veces la vanguardia, que incluso reconoce la certeza de muchos de nuestros planteamientos.
Evidentemente existen, han existido causas objetivas que no podemos negar, pero también han existido desviaciones revisionistas y errores garrafales por parte de la dirección que quedó al frente de la cuarta internacional muerto Trotsky y también de los que intentamos agarrar la posta de Trotsky a lo largo de todos estos años. La crisis de dirección de la cuarta fue el inicio de la dispersión, pero luego se profundizó con los años. Se han cometido más errores y habido más divisiones, incluso en el período más inmediato se han dado una gran cantidad de divisiones, de rupturas, de crisis en nuestras organizaciones.
A lo largo de todos estos años, de todos estos 80 años, se han perdido oportunidades extraordinarias, por ejemplo en la revolución boliviana del 52, que podría haber cambiado la historia del trotskismo. Las jóvenes generaciones tienen que estudiar lo que pasó ahí, es muy importante que saquen conclusiones.
Surgió el oportunismo como una corriente muy arraigada en las filas de la Cuarta, la adaptación y seguidismo a cualquier dirección no revolucionaria que estuviera al frente de una revolución o de un proceso de masas, así se le claudicó al estalinismo en determinados momentos, al castrismo, al sandinismo, al que incluso sectores del trotskismo apoyaron cuando nos expulsó, a los que venimos de la corriente morenista, que quisimos pasar de la lectura de los libros a la práctica y aplicar la revolución permanente, intentando profundizar la revolución en Nicaragua.
Ahora también surgió la contracara del oportunismo, que es el sectarismo en nuestras filas, qué parte de aislarse de los procesos tal cual son, de abstenerse de no tener política y tácticas adecuadas si las direcciones que están al frente de procesos de masas son reformistas, frente populistas o nacionalistas. Esto también provocó la pérdida de muchas oportunidades.
En los 90 podríamos agregar que tomó fuerza el escepticismo, que llevó a muchos a abandonar la lucha por el socialismo y la construcción del partido revolucionario, y a otros a descreer de que sea posible construir organizaciones de masas, negándose a tener políticas audaces frente a los nuevos fenómenos que se han ido desarrollando.
En algunas organizaciones se cristalizó el nacional trotskismo, que parte de la idea equivocada de creerse que desde un partido nacional se puede ganar influencia de masas de manera evolutiva y en algún momento tomar el poder y sostenerse sin ser parte de una organización internacional.
Los que siguieron dando la pelea por construir una organización mundial de los revolucionarios, lo hicieron separados del resto. A partir de un partido más o menos desarrollado, que construye la política para el mundo entero y grupos menores a su alrededor que son copias del partido madre.
Los fracasos de todos estos experimentos a lo largo de estos 80 años, la mayoría cubiertos de métodos burocráticos para evitar la discusión de los errores llevaron a crisis y divisiones. En casi ningún lado pudo haber recambio de direcciones sin provocar estallidos de nuestras organizaciones, porque prácticamente los dirigentes se consideraban intocables.
Todo esto, la combinación de todos estos problemas o de algunos es lo que explica que hoy a 80 años de la muerte de León Trotsky, el trotskismo siga siendo una minoría. Que en vez de reagruparse cada vez se divida más.
Hoy, la realidad nos comienza a dar nuevamente oportunidades, que solo podremos aprovechar si nos atrevemos a cambiar, a revolucionarnos a nosotros mismos, a no tenerle miedo al cambio. Trotsky se equivocó en relación al partido que proponía Lenin, pero se animó a cambiar y desde ese momento fue el mejor bolchevique. Lenin estaba equivocado sobre la dinámica de la revolución en Rusia, pero no tuvo ningún problema en aceptar la teoría de la Revolución Permanente de Trotsky para que triunfe la revolución. Un revolucionario no puede tener miedo a los cambios, porque si no hubiera cambios no habría revolución.
Compañeros del Partido Obrero, nosotros consideramos francamente que tienen que cambiar la concepción nacional trotskista que los ha llevado a no poder construir una importante organización internacional estos años. Tienen que cambiar y dejar de generalizar desde Argentina políticas para todo el mundo, recetar lo que hay que hacer en otros países, cuando muchas veces esas recetas no se pueden usar ni siquiera en Argentina.
Su negativa completa a disputar en organizaciones anticapitalistas amplias como el Psol o el NPA, solo por dar dos ejemplos muy discutidos por ustedes, en parte explican porque nunca se han podido desarrollar en Brasil ni en Francia. No se puede construir un partido desde afuera de los procesos progresivos de reagrupamiento de la vanguardia y disputarle la dirección al reformismo absteniéndose y dando consejos desde la vereda de enfrente. No hay crecimiento evolutivo para nuestros partidos, no se puede construir partidos con influencia de masas ganando de uno en uno, sin discutir políticas audaces para intervenir en los procesos más dinámicos.
Tampoco creemos que se puede dirigir el movimiento obrero sin dar batallas políticas a su interior. No se dividen los organismos de masas llevando la política de la izquierda revolucionaria. Se dividen los organismos cuando no se practica la democracia obrera, cuando no se apela la base para que decida, cuando se reproducen vicios que son heredados de la propia burocracia en las organizaciones que nosotros dirigimos. Pero sí negamos la disputa política, si no llevamos todos los planteos políticos a la clase obrera es imposible ganar a la clase obrera para la política revolucionaria.
Compañeros del PTS, es imposible construir una internacional que se transforme en un polo y reconstruir la Cuarta a partir de las elaboraciones de un solo partido y una corriente internacional que gira permanentemente en torno a un partido madre, y que además se considera el único sujeto revolucionario y considera a todo el resto del mundo como centristas. Ustedes ni nadie tienen la autoridad, nosotros tampoco la tenemos, que tuvieron los Bolcheviques y Lenin y Trotsky para reagrupar a los revolucionarios. Moreno para nosotros, Nahuel Moreno, fue el único en la posguerra que, salvando las distancias, más se acercó a ser un dirigente integral pero lamentablemente murió demasiado joven. Por eso compañeros, tenemos que discutir que el modelo internacional de partido madre ya se ha demostrado un fracaso, pero no sólo para ustedes, para todos los que hemos intentado en determinado momento de nuestras vidas intentar que funcione.
Miren compañeros, la única forma de unir realmente a los revolucionarios, es en primer lugar aceptar que hay otros y construir otro modelo de internacional, donde puedan existir organizaciones trotskistas que provienen de distintas tradiciones, donde se pueda convivir fraternalmente en base a principios comunes, pero también con diferencias parciales. Donde prime el polo democrático y no el centralismo, porque vuelvo a insistir, nadie tiene autoridad para imponer absolutamente nada. Donde se trabaje para construir una dirección superadora de las actuales, esto no tiene nada de laxo como hemos visto que han escrito, pero si tiene un 100% de realidad.
Hoy en día, sólo así vamos a poder transformarnos en una organización fuerte, en un polo a nivel internacional, sólo así vamos a poder recomponer las fuerzas de la Cuarta, reorganizarla, volver a ponerla en la primera fila. Tenemos que discutir cómo dejamos de ser pequeños grupos, pequeños agrupamientos internacionales, no conformarnos con lo que somos hoy. Si no discutimos claramente todo lo que fracasó, para abrirnos a probar nuevas experiencias, nuevos modelos que nos permitan empalmar con otros revolucionarios. El mundo está lleno de revolucionarios compañeros y compañeras, pero nos hemos formado por separado, hay cuadros, dirigentes, aportes teóricos que provienen de distintas corrientes, que tenemos que unir en primer lugar aceptando que tenemos que convivir en un sistema de iguales. Donde nadie tiene que seguir a otro con confianza ciega, porque la confianza sólo se logra a partir de dirigir procesos del movimiento de masas. Lenin y Trotsky no fueron los dirigentes que posibilitaron la construcción de la tercera porque sí. Lo fueron porque dirigieron revoluciones y si nosotros no discutimos cómo hacer para unirnos, los que no hemos dirigido prácticamente nada, para ver si en algún momento podemos disputar el poder, para hacer una internacional de masas, nunca vamos a ganar la confianza necesaria para ir por más en este mundo tan convulsionado y lleno de oportunidades.
Compañeros/as, después de mucho tiempo, nosotros estamos haciendo una experiencia para intentar unir a los revolucionarios. Es la experiencia que estamos haciendo en la LIS, queremos discutirla, estamos abiertos.
Ahora nos hemos puesto de acuerdo con ustedes compañeros del PTS en qué hace falta tener políticas para algunos agrupamientos amplios, por eso no me voy a detener en eso. Si me quiero detener en algo que discrepamos: la política que había que tener frente a fenómenos más difusos, como Proyecto Sur o el frente Cívico en su momento. Discrepamos porque en países como los nuestros, donde no hay tradición socialdemócrata ni comunista sino que sufrimos el cáncer del Peronismo, del nacionalismo burgués -algo que pasa en muchos países- tenemos que estar abiertos a utilizar determinadas tácticas cuando, en momentos muy puntuales algunos personajes del peronismo, pequeño burgueses, no burgueses como se dijo por ahí, se caen de las ramas y provocan fenómenos políticos de masas. Negarnos a tener política ante estos procesos, es negarnos a disputar la dirección del movimiento de masas. No podemos discutir estos fenómenos con el diario del lunes, sobre cual fue la evolución posterior de Pino Solanas. Miren, todos los agrupamientos que estamos discutiendo, absolutamente todos, incluyendo el NPA, el PSOL y agrupamientos anticapitalistas amplios que conocemos son efímeros En alguno momento del camino siempre giran a la derecha, cada vez más a la derecha y algún momento explotan, entran en crisis y desaparecen. El problema es que política tenemos cuando agrupan a la vanguardia y franjas de masas los siguen con simpatía, cuando producen fenómenos de masas. Negarnos a tener política frente a ellos, es negarnos a disputar, es negar la esencia de trotskismo, es querer ser siempre una pequeña secta, a un pequeño grupo y tenerle miedo a disputar las masas para disputar el poder, para pegar saltos en nuestra construcción. Nosotros reivindicamos el entrismo al PSUV como en su momento reivindicamos el entrismo al PT, como creemos que había que hacer entrismo en el período de auge de Syriza, incluso de Podemos, son tácticas que toman lo mejor del Trotskismo.
Pero bueno, miren me queda poco tiempo, queremos hacer una propuesta. Sabemos incluso que no vamos a tener acuerdo de arranque, pero hay compañeros que propusieron por ejemplo en su momento hacer un partido único de la izquierda en Argentina, nosotros creemos que no está planteado para nada. Pero sí podríamos abrirnos a discutir un proyecto de un partido con tendencia. A transformar el FITU en un partido de tendencias d onde nadie perdiera absolutamente nada de su independencia política ni organizativa, pero pudiéramos actuar en común no sólo electoralmente sino en la lucha de clases y resolver democráticamente los distintos posicionamientos, eso nos permitiría pegar un salto.
También les queremos decir con claridad que tenemos que aprender a discutir las diferencias políticas que tenemos sin chicanas. Miren, yo con esto termino, a nosotros prácticamente por discutir una política para los pequeños productores no han puesto al lado de la sociedad rural, por discutir una política hacia fenómenos como el de Pino en su momento, nos han planteado que habíamos dejado de ser revolucionarios, de ser trotskistas, que íbamos a desaparecer. Seguimos siendo Trotskistas, estamos acá con ustedes, estamos más vivos que nunca, nacional e internacionalmente. Ahora bien, tenemos que aprender a discutir, por ejemplo, hace pocos días el PO cometió un error garrafal en la legislatura del Chaco, y hace un tiempo también cometió un error garrafal en la legislatura de Córdoba, pero no por eso decimos que el Partido Obrero se transformó en el PJ o marcha de la mano del PJ como dicen algunos. En la legislatura de la ciudad de Buenos Aires se viene de cometer un error enorme por parte del PO y del PTS, pero nosotros no vamos decir que los compañeros son Sionistas. En el parlamento nacional creemos que fue equivocado votar las leyes de los Cayetanos, pero no por eso vamos a decir que nuestros diputados nacionales, porque nos ponemos la camiseta, son de la Iglesia. Ojo, hay presiones, tenemos que discutir porque pasan estas cosas. Porque la democracia burguesa tiene armas tremendas, pero tenemos que aprender a discutir entre camaradas e incluso los errores que se pueden cometer, sin caer en una lógica que nos lo impida, impidiendo con chicanas el debate político.
Si logramos hacer eso vamos a avanzar, y vamos a lograr cambiar algunas de las concepciones que tenemos arraigadas, porque nadie tiene la verdad revelada, ni nadie tiene la autoridad que se logra dirigiendo procesos y no vamos a dirigir procesos si no cambiamos, si no somos autocríticos de lo que venimos haciendo, si no nos animamos a tener tácticas audaces para intervenir siempre y cuando mantengamos la estrategia de la construcción del partido revolucionario. Nada más, espero que podamos abrirnos la cabeza entre todos, escucharnos, escucharnos. Nosotros por ejemplo queremos escuchar, porque estamos convencidos que si nos escuchamos, por lo menos un poquito, todo este debate no va a ser en vano ni va a servir solamente para que reafirmemos cosas y actuemos como sordos. Nada más. Muchas gracias
Intervención de Sergio García
Hola, buenas tardes compañeros y compañeras. Por el tiempo me voy a referir a algunas cosas tratando de aportar. Creo que es muy importante sacar cosas positivas de un debate, incluso de un choque de opiniones.
Me parece que para eso, en primer lugar es muy útil no perder de vista la veracidad de los hechos para discutir seriamente. Por ejemplo, en este debate se ha dicho que nuestra corriente en Venezuela tuvo un oportunismo sin principios, por ser parte de un gobierno nacionalista burgués. Eso es una falsedad. Los hechos en concreto dicen que, frente a un proceso revolucionario, el más importante que tuvo el continente en su momento, nuestra corriente decidió tener una táctica política de entrismo sobre las organizaciones políticas donde la base obrera y lo mejor de la vanguardia de ese país se estaba expresando y haciendo una experiencia. Jamás fuimos parte del gobierno, jamás perdimos independencia política. Tuvimos nuestra propia organización, nuestro propio periódico, nuestros propios cuadros, nuestros propios cursos de formación y construimos una organización a caballo de este proceso.
¿Por qué digo que son muy importantes los hechos? Porque para nosotros hay que partir de los hechos y al mismo tiempo evitar mezclar entre nosotros, que somos todos dirigentes y dirigentas, conceptos tan elementales como principios, estrategia y tácticas, que son conceptos distintos precisamente. Una táctica política está en función de una estrategia y se la valora como positiva o no, si contribuyó a esa estrategia de construir organizaciones revolucionarias. La realidad de nuestra corriente en Venezuela hoy, es que somos mucho más fuertes de lo que éramos antes del proceso revolucionario. Y la realidad de quienes antes del proceso tenían más fuerza y no tuvieron ninguna táctica, es que hoy son muchos más débiles.
Me quiero referir al tema de los principios, porque es muy profundo. Las tácticas políticas en función de una estrategia son muy importantes y no se puede acusar a otra corriente de no tener principios por eso. Si no habría que decir que Lenin no tenía principios porque les aconsejaba a los comunistas ingleses que tuvieran una táctica sobre el partido laborista. Es más, si leen exactamente lo que decía Lenin era: vótenlos y ayúdenlos a ganar porque los obreros confían en el partido Laborista, tienen que terminar esa experiencia. Que pocos principios tenía Lenin, ¿no? Fíjense el consejo que les daba a los comunistas. Que pocos principios tenía Trotsky, que recomendaba hacer entrismo a los partidos socialistas para apegarse a su juventud socialista y a su ala izquierda. Porque opinaba que a partir de esa táctica política se podía construir, de un salto muy importante, un partido revolucionario. A nadie de nosotros se nos ocurriría decir que no tenían principios.
Digo esto porque es muy importante no confundir. Si queremos discutir positivamente no hay que mezclar conceptos que son bastantes básicos y que tienen que estar enlazados precisamente de manera dialéctica.
Cuando se discute la táctica de Proyecto Sur, le puede gustar o no a alguna corriente, pero estamos discutiendo de tácticas. Lo que se tienen que preguntar en todo caso, es si el MST en esa táctica perdió independencia política y no construyó un partido revolucionario. Y no es así, nosotros jamás dejamos de tener nuestro partido. Ni siquiera en la Legislatura, cuando ingresamos tuvimos nuestro propio bloque. Revisen las votaciones de nuestro diputado en los cuatro años. Fue una conquista política de nuestra táctica. No hay una sola votación que se pueda cuestionar por violar principios de clase.
Entonces a la táctica uno la puede apoyar o no, pero tiene que tener elementos objetivos para decir si ayuda o no a fortalecer un partido revolucionario. Como podrán ver, nosotros seguimos construyendo partidos revolucionarios y construyendo una internacional. Como ustedes construyen sus partidos y todos estamos de acuerdo con eso.
Esto es muy importante para el balance del trotskismo y del morenismo. Yo veo compañeros que critican, como los compañeros del PTS, a la historia de Moreno en función de las etapas o en función de si claudicaba o no al oportunismo. Miren, yo les voy a dar una definición, la base de la claudicación al oportunismo es dejar de construir un partido revolucionario y no ha habido en toda Latinoamérica una corriente que haya construido más partidos revolucionarios que el morenismo. Entonces al negar ese hecho, es difícil discutirlo. A partir de ahí, nosotros estamos a favor de no ser dogmáticos con Moreno, como no hay que ser dogmáticos con nadie. No creemos que sea una biblia, no creemos que todo lo que se haya escrito sea correcto. Todo se puede discutir, porque todas las corrientes tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y todos seguramente cometemos errores.
En el plano internacional, también hay que discutir en ese sentido. No creo, como decía Christian Castillo, que sea un problema organizativo, es un profundo problema político. Si nosotros tenemos un programa socialista y anticapitalista, por ejemplo el de la LIS es público y está en todas las páginas. Con ese programa se puede salir a construir con otros, o se puede creer que hay que imponerles a otros ese programa y una autoridad de dirección. Nosotros proponemos un mecanismo distinto, que es en base a un programa, tratar de fortalecer un concepto de construcción internacional que no sea sobre la base de tendencias nacional-trotskistas, que ya han sido experiencias muy malas.
Termino, porque no tengo tiempo. Los compañeros del Partido Obrero decían que un partido de tendencias no, que fue la propuesta que Alejandro hizo al inicio. ¿Cuál es la propuesta entonces? Porque en el FIT-U tenemos un estadio bastante de acuerdo electoral y no mucho más. Tampoco el FIT-U actúa en común en la lucha de clases, hemos dado algunos pasos, pero habría que dar muchos más. ¿Cuáles son las propuestas? Alejandro hizo una, podemos avanzar a un partido de tendencias. Discutamos, porque lo peor que podemos hacer es que el FIT-U se quede en el estadio que tiene hoy y no tenga la estrategia política de avanzar a acuerdos más profundos, aunque tengamos fuertes debates, para ver si intervenimos mucho más fuerte en la lucha de clase y en la lucha política de nuestro país. Que son dos cosas unidas y no separadas.
Intervención de cierre de Alejandro Bodart
Bueno, creo que el debate es útil, por supuesto que el tiempo en tirano, pero daría para más. Uno no puede responder a todo lo que se ha dicho y no creo que haga falta solo un boletín para poder discutir, podemos usar también nuestras prensas, de hecho, nosotros en las dos últimas prensas que hemos sacado incluso en papel, hemos abordado los debates de la Conferencia anterior, debates que existen en el Plenario del Sindicalismo Combativo y desde ya vamos a abordar los debates que existieron hoy. Y podemos por esa vía entablar un debate que sirva para clarificar y al mismo tiempo para buscar los puntos de acuerdo.
A nosotros en primer lugar nos interesa mucho la discusión de cómo poder construir una internacional de masas y partimos de un balance, no se ha logrado. Estamos discutiendo 80 años, no un año o veinte, 80 años de la muerte de Trostky y seguimos en veremos, con un trotskismo más en veremos qué otra cosa. Yo no quiero hacerles la lista de las divisiones del trotskismo en los últimos 6 o 7 meses, de un año o dos atrás, pero son muchos compañeros. En Argentina, en Brasil, en Inglaterra, es decir, hay un problema. Tenemos que discutir, no se trata como dice el compañero Castillo, de un debate organizativo. Ya mi compañero Sergio abordó este tema, es un debate profundamente político porque si no resolvemos este problema, no hay ninguna posibilidad de la revolución socialista compañeros.
Ningún partido nacional va a resolver el problema de la revolución mundial. Incluso el partido Bolchevique, luego de la debacle de la II Internacional, no pudo inmediatamente construir una organización internacional. Recién logro comenzar a construir la III Internacional en 1919 por el prestigio de haber logrado tomar el poder, pero no pudo ayudar a construir rápidamente fuertes partidos en otros países, por ejemplo, para aprovechar la revolución alemana que fue inminente y que de triunfar hubiera cambiado el rumbo de la historia. Se necesitan años para construir fuertes partidos nacionales y solo se pueden construir si son parte de una internacional, que pueda ayudar a formar y ganar influencia de masas. Se necesita una internacional fuerte para que, si en algún lugar podemos tomar el poder, la revolución se extienda a la región y el mundo, porque si se estanca en un solo país, va a retroceder y comenzar a burocratizarse, porque la burocracia no es un problema de voluntad, es un problema social, político, económico.
Por lo tanto el debate de cómo hacer una internacional no es un problema organizativo, es un problema profundamente político. Desde ya, nosotros no estamos a favor de construir una organización internacional con un programa mínimo, ni con cuatro puntos del momento, en eso tenemos diferencias con los compañeros del Partido Obrero. Ahora, tampoco creemos que se pueda llegar a un programa acabadísimo a partir de las formulaciones teórico políticas de una tendencia de las muchas que existen en la realidad. Podemos ponernos de acuerdo en un programa principista, pero hay que aceptar un funcionamiento donde haya diferencias parciales.
Compañero Castillo, ustedes ponen mucho el ejemplo de Lenin hacía esto, Trostky hacia esto, pero saben cuál es el problema, no están ni Lenin ni Trostky. Por lo tanto, nadie tiene autoridad para hacer lo que hacían Lenin y Trostky. Y si alguna vez queremos tener autoridad hay que dirigir una revolución, pero para dirigir una revolución hace falta que le encontremos la vuelta a cómo construimos una internacional, como construimos partidos de masas para no seguir discutiendo en foros, cómo hacemos algo que nunca hacemos. Por lo tanto, el problema de buscar un funcionamiento que se base en un programa lo más acabado que se pueda, pero que acepte a otras tendencias y otras tradiciones por igual, es fundamental, porque hay una tradición del trotskismo inglés compañero que está muy extendida en una parte muy importante del mundo, hay otra tradición del trostkismo francés que se ha extendido, hay tradiciones propias de rupturas con corrientes que se han formado en Brasil, que se han formado en Pakistán, que se han formado en otros países ,y no van a aceptar ir a las definiciones teóricas de la corriente del PTS, ni de la del MST, ni la del Partido Obrero. Quieren otro tipo de funcionamiento y es profundamente político esto. Y por favor no vengamos con que el antídoto contra el partido madre es la red de Izquierda Diario, que parece que para los compañeros es el Santo Grial. En el otro seminario ya cuestionamos la idea que con Izquierda Diario se podía disputar el sentido común que logra imponer la burguesía, algo completamente equivocado. Para debatir bien tenemos que aplicar bien el centralismo democrático. El problema del partido madre tiene que ver con una concepción arraigada por la división que arrastramos desde hace décadas y de las tradiciones que se han ido construyendo y lo vamos a eliminar si nos abrimos a cambiar y construir de otro modo.
Las tácticas, me quiero referir a esto. Creo que las únicas dos posturas claras son las del Partido Obrero y la nuestra. ¿Por qué? Porque el PO dice nada con nadie ni en ningún lugar. Ni con el NPA, ni con Luís Juez, ni con esto ni con aquello, una política para mí equivocadísimo pero clara. Tienen una política evolucionista, creen que van a crecer de uno en uno sin empalmar con nadie. Bueno, pero es una posición clara. Yo la respeto.
Después hay otra postura, como quedo claro en el debate, que plantea acá sí un agrupamiento amplio, acá no, que es la del PTS. Acá me gusta un poco porque estoy yo, allá no me gusta. Allá estoy en contra, pero dame un candidato. Es una política, disculpen compañeros, completamente equivocada e incongruente.
Después, de Izquierda Socialista no me voy a referir mucho porque es poco seria. Accá nos critican por Proyecto Sur y después va a Perú y entran el Frente Amplio. Yo les digo sinceramente, voy a hacer un chascarrillo, creo que Pino Solanas era el Che Guevara al lado de lo que es el Frente Amplio de Perú.
Pero bueno, son discusiones, pongámonos de acuerdo, nosotros lo decimos claramente, no es en todo el lugar, pero hay procesos de la realidad, donde se forman reagrupamientos amplios en los que tenemos que disputar, tener políticas y tácticas hacia ellos. Surgen independientemente de lo que queramos. Desde ya nos gustaría que, en vez de partidos amplios de masas, ser directamente nosotros los que capitalizáramos los giros a izquierda que se producen. Pero por lo general esto no pasa. Surgen mediaciones, existen otras realidades, existió el PT en Brasil, existió el PSOL en Brasil y ¿por qué solo los morenistas tenemos fuerza en Brasil? Porque fuimos los únicos que tuvimos políticas y tácticas frente a eso.
Ahora, ¿Cómo se mide el éxito o no de una táctica, si es lícita o no? ¿Cuál es la relación con la estrategia? Para nosotros, la estrategia en relación a lo que estamos discutiendo es la construcción del partido revolucionario, el que abandona la construcción del partido revolucionario por una táctica, pierde la estrategia. Si salís fortalecido de una táctica, con un partido revolucionario más fuerte, es una táctica que fue licita y correcta. Hablemos de Juez, ¿Ninguno de Uds. van a sacar conclusiones de porque la izquierda más dinámica en Córdoba somos nosotros? En el plano electoral, por ejemplo ¿por qué retrocedieron y nosotros avanzamos en el último tiempo? No es solo por la táctica que tuvimos en su momento hacia el Frente Cívico, hacia Juez, desde ya, pero es evidente que ayudo y mucho. ¿Dónde está el hundimiento de nuestro partido por haber tenido una política para un fenómeno de masas como el juecismo? Nuestra figura pública, que fue una figura importante dentro del juecismo, se transformó en la figura más importante de la izquierda cordobesa. Así se miden las tácticas. El Partido Revolucionario, el MST en Córdoba está más fuerte y ustedes están más débiles. Les guste o no les guste, esa y no otra es la realidad. Entonces, discutamos las tácticas en función de la estrategia, porque no hay otra medición, no hay otra medición, no hay otra medición de la realidad.
Para terminar le quiero decir al compañero Santos del PO que no se preocupe, no nos vamos a ir del FITU, al revés, tenemos propuestas y una política para fortalecerlo. Por ejemplo, nosotros creemos que hay inmovilismo en el Frente, que no actúa más allá de las elecciones. La derecha en el país ya hizo como veinte marchas y nosotros no podemos salir ni una sola vez para transformarnos en un tercer polo. Nuestras propuestas son para fortalecer. Creemos que un partido de tendencias en la Argentina, transformar el FITU en un partido de tendencias lo fortalecería, permitiría que entre gente que hoy no entra porque no quiere entrar por los partidos, ni tampoco quiere ser solo un votante. No hay peligro de reformismo, porque somos todos trostkistas.
Vamos a pelear para que el FITU se transforme en algo mas fuerte, pero para eso tenemos que discutir varios problemas que vemos. Por ejemplo, nos vamos a debilitar si desde se sigue impulsando la separación entre el Plenario del Sindicalismo Combativo y el FITU. No me imagino a Trostky diciendo yo no, no quiero ser presidente del Soviet de Petrogrado porque no soy obrero, sino que soy de una tendencia de la izquierda. Hagamos estos debates si queremos fortalecer el FITU, a partir de la realidad. Nosotros tenemos propuestas para hacerlo.
Y, por último, termino con esto, creo que ya estoy en el tiempo. Compañeros de Izquierda Socialista, ya que critican al PTS, creo que con razón, porque muchas veces tergiversan el debate, no tergiversen ustedes tampoco. Nosotros no rompimos la UIT para irnos al chavismo. Eso es mentira por partida doble. Se olvidan que lo que se rompió fue el MST compañeros. Ustedes eran una minoría en nuestro partido y no aceptaron ser minoría, por eso se fueron. Ustedes eran parte de la vieja dirección del MAS que nunca aceptó que surgiera una nueva dirección en el partido, en Argentin.a después del desastre que termino en la destrucción del viejo MAS, y creyeron que a partir de ahí iban a poder construir un partido aquí y una internacional. Fue muy profundo el debate que tuvimos como para sintetizarlo a través de una chicana, falsa además porque como ya explicamos, nunca fuimos parte ni del gobierno, ni del chavismo. Hicimos entrismo y reivindicamos la política y podríamos explicar 20 ejemplos de Trostky llamando a no ser sectarios, a tener tácticas y políticas frente a los Partidos Socialdemócratas después de la traición de la 2da Internacional, después de haber sido los que mataron a Rosa Luxemburgo y a Karl Liebknecht, que reventaron la revolución alemana. Por lo tanto, discutamos un poquito con cierto nivel sobre las tácticas, estemos a favor o estemos en contra. Pero no tergiversemos nada porque esos son métodos estudiantiles, esos métodos son ajenos, muchas veces heredados del estalinismo, no del trotskismo. Tenemos que debatir con un método sano, franco, para llevar luz, luz y más luz a los debates. Muchas gracias.