La Liberación de París: el día que los nazis huyeron

Con toda Francia en huelga general desde el 18 de agosto y los nazis huyendo, a las 21:22 hs del 24 de Agosto de 1944 «La Nueve» (compañía militar del ejército francés libre integrado por españoles socialistas, anarquistas y republicanos) ingresaba victoriosa a París. La clase obrera y todo el pueblo en las calles; armas en mano, cantando la marsellesa y ondeando las banderas de la Tercera República francesa y la Segunda República española.

La caída de Francia y el Gobierno de Vichy

Sin entrar en detalle acerca de cómo Hitler y el fascismo se hicieron con el poder en Europa, detengámonos en cómo se desarrollaba la segunda guerra mundial. Alemania se preparaba para una nueva Gran Guerra, se alistaba para conquistar e imponer el fascismo en Europa y todo el planeta. Las «democracias» de Europa occidental expectantes, con miedo a que estallara una nueva guerra mundial, no se prepararon y más allá de algunas advertencias diplomáticas, dieron vía libre a Hitler. En el peor de los casos preveían la repetición de la primera guerra mundial, con las mismas tácticas y el mismo armamento militar: una guerra estática y de trincheras. Para completar el panorama, el 23 de agosto de 1939, Stalin, mediante el Pacto Molotov-Ribbentrop (http://lis-isl.org/2020/08/23/pacto-molotov-ribbentrop-cuando-el-estalinismo-funciono-como-catalizador-del-nazismo/) cerraba un “acuerdo de paz y ayuda mutua” con los nazis.

Así, Hitler tenía el camino libre para avanzar: el 1 de septiembre de 1939 se ponía en marcha la operación Fall Weiss (Caso Blanco) mediante la cual los nazis invaden Polonia. Para el 17 de septiembre Polonia ya sufría una doble invasión, esta vez con la URSS avanzando sobre su territorio. Para inicios de octubre se rendían las últimas unidades militares restantes. La segunda guerra mundial ya había comenzado.

El 3 de septiembre Francia declaraba la guerra a la Alemania de Hitler; el 7 iniciaba la “Ofensiva del Sarre”. Este intento de socorro de los franceses a los polacos, cinco días después de su inicio, terminaba en fracaso con el ejército francés volviendo a su posición inicial.

El 10 de Mayo de 1940 la ofensiva era de los nazis, con la táctica de la guerra relámpago los alemanes se abrieron paso en territorio francés. Los ejércitos de Francia, Gran Bretaña y Bélgica que intentaban frenar a los alemanes fueron derrotados por la superioridad de la aviación y los acorazados de éstos. Los Tanques de la Whermacht burlaron los 400km de la Línea Maginot y avanzaron sobre territorio francés hasta que el 14 de julio, en solo seis semanas, se encontraban desfilando en los Campos Eliseos.

El gobierno de Francia días antes había huido a Burdeos, el Primer Ministro Paul Reynaud renunció y lo sustituyó el Mariscal Henri Pétain, héroe de la burguesía francesa tras la primera guerra mundial. El 18 de julio Pétain reafirmaba ser un héroe para la burguesía, solo que esta vez por firmar el armisticio con los nazis. Para el 22 de Julio nacía el títere “Gobierno de Vichy”, reemplazando a la Tercera República de Francia. El 60% del territorio Francés, toda la zona norte y oeste, incluida París y las ciudades industrializadas quedaban bajo ocupación nazi; el 40% restante era “territorio libre”. Francia limitaba su ejército a 100.000 hombres; sin tanques ni artillería, se comprometía a financiar la estadía de los militares alemanes en su territorio y ponía sus industrias y clase obrera al servicio de las necesidades del Tercer Reich.

En síntesis, la burguesía imperialista de Francia en un acto poco “patriota” prefería entregarse al fascismo (manteniendo el grueso de sus grandes propiedades, industrias y colonias) antes que habilitar el armamento de la clase obrera y el movimiento de masas para una resistencia popular.

La clase dominante se ponía de rodillas ante el poder de Hitler, la “democracia republicana” de Francia degeneró en servilismo fascista. Se borraron de las leyes la palabra “República”, se aborreció su pasado «democrático», se aprobaron leyes antisemitas y se desató la persecución a comunistas, sindicalistas y todo aquel considerado enemigo por los nazis. Se deportaron a 70.000 judíos franceses a los campos de concentración y mediante el Servicio del Trabajo Obligatorio (STO) se enviaron unos 700.000 trabajadores a Alemania a colaborar con la maquinaria industrial bélica.

La Résistance y la liberación de París

Con una burguesía devenida en fascista, una república inexistente, prácticamente sin ejército y el territorio ocupado, lo que quedaba de Francia se aprestaba a resistir por todas las vías posibles.

La resistencia francesa no fue un ejército unificado ni tenía una única dirección, existieron distintos grupos resistentes, cada uno con sus intereses.

Cuando los nazis rompen su pacto con Stalin e invaden la URSS en 1941, el PC francés responde al llamado de Stalin e impulsa la conformación de grupos guerrilleros para mantener las tropas alemanas ocupadas, con el limitado objetivo de defender la URSS. Así también grupos de la derecha republicana, la iglesia católica y los sindicalistas conformaron grupos guerrilleros, pero el más influyente en la resistencia interior era el PCF. Los maquis surgieron en las zonas montañosas del sur de la Francia de Vichy, estaban conformados por combatientes voluntarios de distintas orientaciones ideológicas y nacionalidades, fundamentalmente los españoles exiliados que habían sido derrotados por Franco en la Guerra Civil. Todos estos grupos desarrollaron boicots, sabotajes y atentados contra los nazis, acosándolos permanentemente, haciendo que la ocupación sea más incómoda. También impulsaron huelgas, prensas clandestinas y redes de apoyo a judíos, presos políticos y huidos del STO. A medida que pasaba el tiempo, la represión y el amedrentamiento contra la población francesa se recrudecía y al contrario de lo que esperaban los nazis, los grupos resistentes crecían en número y aumentaba el apoyo social que recibían.

Por su parte, Charles de Gaulle desde Londres se proponía reconstruir un ejército y el imperio francés. Contaron con el apoyo de miles de españoles que se sumaron al Ejército Francia Libre y que esperaban que una vez liberada París se dirigieran a España para derrotar a Franco y su régimen fascista, cosa que no pasó. El ejército Francés Libre “recuperó” las colonias francesas de Indochina y el Norte de África que eran controladas por el gobierno títere de Vichy y estaban bajo amenaza o directa ocupación japonesa o italiana.

Para 1944 los nazis se encontraban perdidos en todos lados. Estallaban rebeliones en los países ocupados, mientras que la URSS y los Aliados emprendían la carrera por ocupar Berlín. París no estaba en el objetivo de EE UU y Gran Bretaña. El 6 de Junio los Aliados desembarcaron en Normandía y se desarrollaba una nueva batalla donde fueron derrotados los nazis, los aliados pretendían avanzar por el río Rín para llegar a territorio alemán. Para ellos ir a París era desviarse de la carrera con los soviéticos y ellos contaban con su propio plan para Francia; no veían con buenos ojos un futuro gobierno de Charles de Gaulle, ya que temían la influencia del PC Francés y que estallaran nuevas insurrecciones. Su intención era  imponer en Francia una especie de Gobierno Militar Aliado para los Territorios Ocupados. Al mismo tiempo, la movilización y resistencia popular en París y toda Francia se envalentonaba con el retroceso de los nazis y el avance de la URSS y los Aliados. La resistencia parisina era dirigida en ese entonces por Henri Rol-Tanguy del PC francés. El 7 de Agosto, desde la Guarida del Lobo, Hitler ordenaba al comandante del Gran París, Dietrich von Choltitz, que en caso de que París caiga sea destruida, pero los militares nazis a cargo sólo pensaban en una rápida retirada sin batalla.

Casi a mitad de agosto estallaba la insurrección obrera y popular. Los obreros del Metro de París y la Gendarmería se declararon en huelga el 13 de Agosto. Dos días mas tarde se sumaba la policía, y al día siguiente los carteros. Los Aliados y Charles de Gaulle pretendían llegar a París en Septiembre, pero el 17 de Agosto inició “la grande fuite des Fritz” (la gran huída de los alemanes). Los nazis, conscientes de que no podían controlar la situación, procedieron a la retirada. El 18 de Agosto el Partido Comunista Francés convocaba a la Huelga General, a la que se sumaron miles de obreros, se levantaron barricadas para dificultar la movilidad de los vehículos alemanes, ocuparon la prefectura policial y aumentaban los combates llegando a su máximo nivel el 22 de agosto. El 21 de agosto el Comité Parisino por la Liberación de Francia lanzaba el siguiente mensaje:

Parisinos
La insurrección del pueblo de París ya ha liberado a numerosos edificios públicos de la capital. Ya hemos obtenido así una primera gran victoria.
La lucha continúa. Debe proseguir hasta que el enemigo sea expulsado de la región parisina.
Más que nunca, todos al combate.
Responded a la orden de movilización general. Uníos a las FFI.
La población debe, por todos los medios, impedir los movimientos del enemigo.
Derribad los árboles, excavad fosos antitanque, levantad barricadas. Es un pueblo victorioso el que recibirá a los Aliados.

 

La liberación de París ya estaba cantada, era la propia resistencia interior y la huelga general con la participación activa de la clase obrera la que hacía entrar en pánico a los nazis. Charles de Gaulle vio eso y para no dejar la liberación en manos del PC, desobedeció a Eisenhower y Churchill emprendiendo un rápido avance hacia París. Ordenó a la unidad de Leclerc que tomase la delantera y éste encargó la misión de entrar primeros a París a “La Nueve”. La Novena Compañía del Regimiento de la marcha del Chad contaba en sus filas con unos dos mil españoles socialistas del  POUM; anarquistas; republicanos y algunos comunistas sedientos de derrotar a los nazis. A medida que se acercaban a París eran recibidos por miles de franceses movilizados en las calles, los suburbios estallaban en celebraciones por la llegada de los aliados. ¡Hacía ya dos meses que los estaban esperando!

El 24 de Agosto a las 21:22 horas llegaba La Nueve al Ayuntamiento de París, si bien la capital francesa aún tenía casi 20.000 soldados nazis, el pueblo parisino estaba en las calles cantando La Marsellesa, al compás de las campanas de las iglesias. Los tanques de la Nueve estaban decorados con banderas de la segunda república española, expresión de la lucha popular antifascista. La revancha de los republicanos derrotados por Franco fue completa. Los mismos periodistas franceses y ciudadanos parisinos se sorprendieron cuando al hablar con los soldados estos respondían “soy rojo y español”.

El 25 de agosto llegarían los Aliados con de Gaulle a la cabeza, seguido por los norteamericanos. Pasadas 24 hs de esto, se haría un desfile militar festejando la liberación de París, ahora con “la Nueve” relegada, aunque igual desfilaron con sus tanques y las banderas de la segunda república que también ondeaba entre los franceses.

En síntesis, con el ejército nazi en retirada, la burguesía fascista huyendo y la clase obrera y el movimiento de masas insurrectos en las calles, era cuestión de que el Partido Comunista Francés ordenara la toma del poder para construir otra Francia, obrera y socialista. Lastimosamente, el PC y los Partidos Socialistas promovieron una política de conciliación de clases con la burguesía. Así, se reconstruía una Francia imperialista y capitalista con estos partidos integrados a los gobiernos.

La Cuarta Internacional ya se había fundado antes de que estallara la segunda guerra mundial. Precisamente cuando ésta estalla se agudiza la cacería contra los dirigentes y partidos trotskistas de todo el mundo. Fueron perseguidos por el imperialismo norteamericano, por los nazis y también por los estalinistas, que asesinaron a Trotsky y todo militante trotskista. El trotskismo a pesar de su debilidad participó activamente del proceso. Su política fue: que la clase obrera y las masas se organizaran de manera independiente del gaullismo, los aliados y el partido comunista ya que estos traicionarían la lucha, tal como finalmente lo hicieron.

Además impulsaron la prensa clandestina «Arbeiter und Soldat» y «La Vérité», la organización en las fábricas; llegando a desarrollar coordinadoras interfabriles durante la insurrección del 44′, organizaron protestas y reclamos en los campos de concentración y lucharon con los obreros para evitar que estos fueron enviados a la Alemania Nazi a cumplir con el «trabajo obligatorio».

Carlos Mareco