Semana bonaerense de la ESI: mucho ruido y pocas nueces
Julieta Bottoni, docente y delegada Suteba San Isidro, y Catalina Coles, docente y abogada, integrantes de Alternativa Docente y del MST en el FIT Unidad
Del 26 al 30 de agosto “se desarrolló” la Semana de la Educación Sexual Integral en la Provincia de Buenos Aires, según lo establecido por el Calendario Escolar 2020 y acorde la Ley nacional 26.150 y la Ley provincial 14.744. En estas líneas hacemos un análisis y reflexión acerca de la misma, perspectiva y propuestas.
Veamos la realidad de la ESI en la “normalidad” y la pandemia. Son múltiples los factores que influyen en el trabajo docente, en especial en cuarentena, pensado desde la diversidad que abarca nuestro sistema educativo, diferentes franjas etarias, generaciones; y, en sí misma, distintas realidades de estudiantes y docentes.
Entonces, podría unx pensar en la inmensa cruzada que deberíamos atravesar hasta llegar a grandes logros desde lo académico, como la construcción de una mirada cultural inclusiva, la mirada científica epistemológica y epistemofílica[1] de la deconstrucción, y que solo queda en el discurso triunfalista de las políticas educativas.
Aspiramos entonces a establecer brevemente cuáles son las condiciones que anteceden y las que transitamos en el país en época de pandemias. Pues vemos y vivimos una clara omisión, desde la palabra y la acción que comparten nuestrxs funcionarixs, de estas condiciones reales a las que nos enfrentamos lxs docentes, que es lisa y llanamente la falta de recursos humanos y materiales. Lamentablemente, estamos a años luz de un plan serio y posible de educación en este contexto. Es así como se termina de dimensionar el rol social de la escuela cuando todo se detuvo y cómo ese lugar quedó vacante.
¿Qué pasa entonces con la ESI en este contexto?
Nos parece más real hacer un análisis breve de lo que sucedía en la “normalidad” anterior. ¿Qué pasaba con la ESI? Si analizamos los contenidos y el marco teórico de dicha ley, podemos llegar a sentir que algo maravilloso nos espera en su abordaje… pero nos queda enclavada en la maravilla.
Y entonces nos preguntamos, ¿cómo llevar a cabo un trabajo con un marco ideológico tan lejos de la realidad de una cantidad significativa de docentes, que con gran esfuerzo intenta deconstruir su propia conciencia desde la nada misma? ¿Cómo entender, vivenciar, y modificar conductas con simplemente leer unos lineamientos que nos prescribe y nos dice el nuevo cómo ser, el nuevo cómo actuar? Por supuesto, sin que ello se limite a una actividad aislada en el aula, a los ponchazos porque “no entiendo muy bien de qué se trata esto”. Que permita pensarnos desde una conciencia diferente en cuestiones de diversidad, de inclusión, de des-etiquetar, de pensar la violencia, los micro-machismos y la reproducción en los pequeños actos cotidianos.
Un recurso humano que no está preparado para abordar la temática en las aulas y que desde las políticas de gobiernos allí se quedan: en el discurso triunfalista de pensar que con la “gracia” de hoy, en cuarentena, podemos contar con el acceso a miles de obras en pdf que hablan de la sexualidad integral, de todos los flyers que hay para denunciar la violencia machista que sufren en sus casa niñxs, adolescentes, mujeres y disidencias… y que ¡pum! cuando pisás la calle, la violencia machista institucional culmina el trabajo fino de violencia que ha comenzado en casa. Cómo tratar de poner en práctica una ley de ESI, que avalan y enarbolan los gobiernos porque conocen muy bien lo que sucede dentro de los hogares de la comunidad educativa, pero la potestad de deconstruir las instituciones que deberían contener y dar solución a la violencia, la discriminación y acompañar la plena libertad de la sexualidad integral, quedan enterradas en la negación por omisión.
En la Semana de la ESI, la propuesta de conmemorarla no supera para nada esta realidad: la falta de capacitación de calidad y real de la docencia, los recursos materiales limitados y que se reducen a teleconferencias y encuentros más dirigidos a legitimar esos discursos vacíos que a aportar categorías de análisis y movimientos reflexivos y trascendentes en nuestra conciencia y pedagogía. Hacen a una ley librada al azar y a la buena voluntad de lxs trabajadorxs de la educación, una ley que hace mucho ruido pero tiene pocas nueces.
Nuestra salida
Nosotrxs somos y seguiremos siendo lxs primerxs en defender la ESI, como así también todos los derechos inalienables referidos a las mujeres y disidencias. Por eso damos la pelea por el aborto legal seguro y gratuito, por la separación de la Iglesia y el Estado, y en contra de la violencia machista, entre muchas otras.
La ESI es un derecho que, al igual que todas nuestras conquistas, la supimos conseguir con la lucha del movimiento feminista y disidente. Como tal, es una obligación del Estado garantizar su real implementación y cumplimiento. No puede quedar librada al azar la posibilidad que cada docente o cada escuela tengan para su tratamiento y aplicación en el aula.
Consideramos que es urgente que tanto el gobierno bonaerense como el nacional destinen recursos suficientes. Porque las leyes sin presupuesto, como sabemos, son letra muerta. Recursos que permitan capacitaciones para los más de 350 mil docentes bonaerenses, material didáctico y todo lo necesario para poder implementar de manera real y concreta la Ley de ESI en la provincia y en todo el país. Recursos sobran, si dejamos de pagar la deuda externa ilegítima y fraudulenta, si dejamos de financiar y subsidiar la educación confesional y las escuelas de gestión privada.
Por último, queremos señalar que hoy más que nunca hace falta un congreso pedagógico, transversal y democrático, que debata los temas urgentes de esta área en nuestro país y decidamos entre todxs qué tipo de educación queremos.
[1] Epistemología: estudio del saber, epistemofilia: amor al saber.