Homenaje a Fabián Tomasi, símbolo de lucha contra los agrotóxicos
Se cumplen dos años de la muerte de Fabián Tomasi, víctima emblemática de la contaminación por agrotóxicos. Fabián era un trabajador rural en Basavilbaso, Entre Ríos, donde desempeñó varias tareas ligadas a las fumigaciones aéreas de agrotóxicos. Así se enfermó y pasó de una robustez de 80 kilos a ser, como decía él, “pura piel y huesos”. Bajo distintos tratamientos médicos comenzó a llevar sus denuncias para que se sepa la verdad sobre los agrotóxicos a cuanto foro, asamblea, programa de radio y televisión que quisiera escucharlo: “Nadie sabe cómo estos millones de toxinas que se hunden en el suelo están afectando nuestra salud. No hay estudios a largo plazo. Científicos de la Universidad de La Plata visitaron Basavilbaso. Encontraron el veneno en nuestra agua y en el aire. Ahora hay miles de víctimas”.
Los agrotóxicos se introdujeron en Argentina durante el gobierno del peronista Carlos Menem, bajo la cartera de su lugarteniente en la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación Felipe Solá, quien dio luz verde a Monsanto para la utilización de soja transgénica, convirtiendo a la Argentina en un laboratorio de negocios agrícolas altamente contaminantes: el agronegocio. Este modelo de lucro y muerte se profundizó de forma exponencial bajo los mandatos del kirchnerismo y el macrismo. Hoy, el gobierno de Alberto Fernández busca dar un nuevo salto en la profundización del agronegocio con su “Plan 2030”, una hoja de ruta que busca dólares para el pago de la fraudulenta deuda al FMI. Nuevamente es Felipe Solá quien comanda desde Cancillería esta embestida que tiene como fin la instalación de megafactorías de carne porcina para China y a la vez extender la frontera de la soja.
En este homenaje nos dice Patricio Eleisegui, periodista investigativo comprometido contra el uso de agrotóxicos, autor de “Envenenados” y “Agrotóxicos”, y amigo de Tomasi: “Fabián ha sido un maestro inspirador, una referencia obligada para entender cómo funciona y los efectos nefastos que comprenden al agronegocio. Tomasi encarnó y encarna el génesis, desarrollo y desenlace del modelo agrotóxico cuando se lo ajusta a lo que representa la vida de una persona. La promesa del trabajo y la mejora económica -siempre incumplida-, una labor que comprende tareas impuestas mediante el engaño -el glifosato es «biodegradable»-, el daño irreparable en la salud, el patrón que se deshace del trabajador, el aparato político y mediático intentando instalar argumentos falsos para desacreditar al afectado. La historia de Fabián es la historia del modelo agrotóxico argentino. Repasar sus vivencias es caminar por un jardín del espanto. Pero es un paseo doloroso que hay que dar para seguir planeando una salida”.
Desde la Red Ecosocialista y el MST hacemos este sentido homenaje y decimos a viva voz:
Fabían Tomasi, ¡Presente!
Tomás Vázquez