Programa Acompañar: otra medida insuficiente
El pasado miércoles 9 de septiembre, el presidente Alberto Fernández publicó en el Boletín Oficial el Decreto 734/2020, oficializando así el llamado “Programa Acompañar” para víctimas de violencia de género. En esta nota te explicamos de qué se trata y por qué lo consideramos muy insuficiente.
Dicho DNU afirma que “la medida se enmarca en el Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Motivos de Género 2020-2022 y prevé un acompañamiento integral que apuesta al fortalecimiento de su autonomía económica”[1]. Está dirigido a mujeres y disidencias que se encuentran expuestas a dichas vulnerabilidades.
La propuesta será implementada desde el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad conjuntamente con la ANSES por un período de dos años en todas las provincias del país. El programa sería un acompañamiento “integral”, con un apoyo económico equivalente al Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) durante seis meses.
Expectativa versus realidad
Aunque el anuncio se refiera a una medida necesaria de ayuda a las personas que afrontan diferentes tipos de violencia de género, por desgracia queda muy corto en relación con las necesidades reales. El subsidio no sólo es mínimo sino que además se plantea por un período muy corto: hoy el SMVM es de apenas $ 16.875 y se entregaría por un plazo máximo de seis meses.
Nadie bajo condiciones de violencia puede construir autonomía real con esa poca plata y en ese poco tiempo. El apoyo económico debe ser mayor, más aún para personas que no poseen vivienda propia y/o con hijes, y hasta lograr la autonomía. El subsidio debe ser del valor de la canasta básica, que ya supera los $ 40.000, junto con la atención y seguimiento realmente integral, con asistencia legal, psicológica y social. Y debería ser regulado por las agrupaciones de mujeres y disidencias.
Los programas de ayuda económica que hoy brinda el Estado, como el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), poseen falencias graves en cuanto a la implementación de sus cronogramas de cobro. En una cuarentena de casi seis meses sólo hubo tres pagos de $ 10.000 y nunca alcanzó a la totalidad de las personas que lo solicitaron.
Por un verdadero plan integral
Además, no se puede brindar un plan integral de emergencia contra la violencia de género sin tobilleras para controlar a los violentos, que violan las restricciones perimetrales sin control judicial ni policial, y sin casas-refugio. Hoy en el país estamos años luz del mínimo que dispone la ONU, de un refugio cada 30.000 habitantes.
Es necesario atacar los graves problemas de violencia machista, pero de verdad. No alcanza con una declaración de intenciones o una foto, ya que con la pandemia y la cuarentena siguen los femicidios y crecen los casos de violencia. Y plata para subsidios dignos, refugios e inversiones reales sobra si se deja de pagar ese fraude llamado deuda externa. Un plan integral anti-violencia genuino no saldrá de los escritorios oficiales, sino que sólo será posible con la lucha, la participación, la decisión y el control de las organizaciones de mujeres y disidencias.
Iara Saldungaray, estudiante de Comunicación, Juventud del MST de la UNGS
[1] Página web del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Argentina.gob.ar