Santa Fe: pandemia son los empresarios
Desde el sábado 12 de septiembre en La Capital entraron en vigencia las nuevas medidas anunciadas por el gobierno provincial que dispuso una vuelta atrás en las aperturas comerciales y recreativas por dos semanas, ante el ascenso de casos de covid-19. Al ser una medida sin estar acompaña de medidas económicas para cumplir la cuarentena la bronca de varios pequeños comerciantes no se hizo esperar.
En ese abanico de reclamos, fue noticia la publicación de un empresario gastronómico conocido en la ciudad, Ignacio Preti, quien alertó en su red social: «En quince días, cuando retomemos nuestra actividad gastronómica va estar prohibida la entrada a todo político o empleado que se relacione con ellos, de cualquier partido, sea cual sea».
El enojo del empresario se hizo viral y circuló por medios nacionales como vocero de un descontento general. Ahora bien, en las respuestas públicas en las redes sociales se dio a conocer un prontuario de demandas laborales por parte de trabajadores que trabajan o trabajaron para tal empresario. Algo nada sorprendente que viven cientos de precarizades en el rubro de la gastronomía. Despidos sin motivo, falta de vacaciones, salarios de miseria, sin aguinaldo y podríamos seguir mencionando. En fin, derechos básicos pisoteados.
El empresario es dueño de varios bares en la ciudad: Bowie, Bilbao, Yucca, Ovidio y organiza el conocido festival Harlem. La foto completa evidencia que no representa al sector que hoy no llega a fin de mes, o vive la cruda realidad de quedarse sin un ingreso durante meses en esta pandemia. Para seguir manteniendo su ganancia y rentabilidad obviamente necesita seguir con la misma dinámica de trabajo.
Ahora bien, no vemos a este sector empresarial igual de preocupado en cómo resolver la situación de precariedad laboral de sus empleades, ni mucho menos pensar en las condiciones en las que pretende que trabajen atendiendo la situación sanitaria y los insumos necesarios para prevenir contagios por parte de sus trabajadores.
Que la crisis combinada con la cuarentena ha generado una situación límite en el sector gastronómico no es ninguna novedad para nadie. El problema es que son les trabajadores, que acumulan años de precarización, quienes pagan los platos rotos. Porque a la hora de socializar, socializan las perdidas pero nunca sus grandes ganancias. Todo esto sucede con completa complicidad del sindicato que en sintonía con los gobiernos: nos dicen esenciales y nos tratan como descartables.
Años sin una organización sindical realmente democrática y combativa que enfrente esta falta de derechos laborales y atropellos sobre les trabajadores, combinado con el miedo con el que juegan los empresarios a que perdamos nuestro trabajo si no mantenemos cierto perfil: nos quieren en silencio, divididos y desorganizados.
Ante esto, nuestro colectivo de precarizades DVT (Dar Vuelta Todo) llegó para quedarse y para que nuestros barbijos no callen nuestros reclamos. Como en distintos puntos del país cientos de precarizades de diferentes sectores se vienen organizando. Estamos convencides que ese es el camino a seguir. Se pueden conquistar derechos y el miedo puede cambiar de bando, así lo vienen demostrando compañeres a lo largo del país y en el mundo. Para terminar de una vez con la precarización laboral hacen falta medidas políticas que le pongan un freno a los empresarios y que ningún gobierno ha tomado como prohibir despidos y suspensiones, que haya un control del pago de ATP por les trabajadores. Y de la mano, construir otro agrupamiento alternativo al sindicato burocrático de gastronómicos, cómplice de las patronales. Que se traduzca en la elección de delegades por local, mediante asambleas democráticas y plurales. Todo un desafío, pero claro está que nuestras vidas valen más que sus ganancias.
Colectivo de precarizados “Dar Vuelta Todo” – Santa Fe