Ni confundides ni en transición: orgullosamente bisexuales

En el Día de la BI-sibilidad nos reivindicamos orgulloses de ser y amar tal como queremos. A pesar de los prejuicios y discriminación, les bisexuales existimos y seguimos dando la pelea politica, ideológica y cultural cotidiana contra la opresión patriarcal de este sistema capitalista que busca callarnos.

Desde 1999, el 23 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Visibilidad Bisexual. La fecha fue propuesta e impulsada por tres activistas norteamericanas: Wendy Curry, Michael Page y Gigi Raven Wilbur, inspirándose en el mes de cumpleaños de una de las más grandes figuras de la comunidad bisexual: el cantante Freddy Mercury.

El color fucsia por la atracción al mismo género, el azul hacia los demás y el violeta, las bisexualidades en general. Así se conforma nuestra bandera, cuyo origen también se lo dio Michael Page en 1998 y que hoy es el símbolo de un colectivo que es invisibilizado por todo el sistema.

Lo que no se nombra no existe

La discriminación a nuestro colectivo se presenta de distintas formas. Nos dicen confundides, inmadures, egocéntriques e incluso promiscues. Socialmente estos distintos calificativos interiorizan la idea de nuestra inexistencia. Asimismo, al interior del colectivo LGBTI se dan distintos debates: “Ser bisexual es esto, lo otro y aquello”, pero lejos están de escuchar las voces protagonistas que vivimos nuestra sexualidad a diario.

Están quienes plantean que la bisexualidad es cuando una persona se encuentra en “estado de transición” entre la homosexualidad y la heterosexualidad. Llegado el momento, quien se encuentre en este “medio indeciso” terminará por definirse. Por supuesto, estamos totalmente en contra de estas posturas que niegan la realidad y vivencias de miles, porque por detrás solo se esconde un ideal de sexualidad de estado fijo y de supuesta madurez. Encasillarnos no es más que otra presión que expresa la incomodidad de la heteronorma hacia todo lo que rompe los moldes del binarismo.

Nosotres reivindicamos la movilidad y flexibilidad de nuestra identidad, la atracción hacia nuestro género y demás géneros y “elegimos nombrarnos como bisexuales, conscientes de las complejidades que el término implica, pero con la profunda convicción de la necesidad de hacerlo como estrategia política.”[1]

Una vez más: el patriarcado

La sexualidad hegemónica se caracteriza por su binarismo, heterosexualidad y monogamia obligatorias. Todo lo disidente de esta norma preestablecida es víctima de violencia y odio. Por eso, no es casualidad que cuando nos relacionamos o vinculamos con personas de nuestro mismo género es cuando más violencia recibimos. Violencia que además de ser física y/o psicológica también es reproducida por cada una de las instituciones de este sistema capitalista.

Una vez más, nuestra sexualidad no está puesta al servicio de nuestro deseo ni de nuestra libertad. Al contrario, es prioridad encajar en la ecuación de la reproducción obligatoria, binaria y heterosexual. Todas las variantes que atenten con este orden “no deben existir” o “están mal”.

B de Bi-sibles.

Poco se conoce de la historia de nuestro activismo fuera y dentro del colectivo LGBTI. Las revueltas de Stonewall dieron motor a todas las luchas de nuestro colectivo. A inicios de la década del 70’ surgía entonces el movimiento bisexual en Estados Unidos. En 1972 se publica en la revista The Advocate la “Declaración Itaca sobre la bisexualidad” dirigida al propio colectivo en busca de conciencia. Pronto la organización se hizo presente en distintas partes de Estados Unidos, Europa y Australia conformando así en 1991 la Primera Conferencia Internacional de Bisexualidad.

En Argentina, nuestro taller de los encuentros anuales de mujeres y disidencias fue una conquista a raíz de que en 2011 un grupo de compañeras se autoconvocaron de forma extraoficial, conformando así un espacio para el debate de las experiencias y vivencias bisexuales. Hoy distintas organizaciones activan en la lucha de la recuperación histórica del activismo y la visibilidad bisexual. Entre ellas: La Fulana, Bisexuales Feministas y Bisagra Bisexual.

Orgulloses y organizades. 

Terminar con la discriminación empieza por la aplicación de la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos y además, la incorporación de contenido con respecto a las bisexualidades y las formas de vincularnos. Peleamos también contra los discursos de odio de los sectores religiosos que solo reproducen violencia hacia nosotrxs y por eso exigimos la separación de la Iglesia del Estado.

Es esencial reivindicar nuestra visibilidad sin miedo y con la inmensa necesidad de nombrarnos para que dejen de negar nuestra existencia. Somos identidades políticas. Como nos enseñó Carlos Jáuregui, ser visibles es la clave para empezar a poner en jaque la violencia y discriminación de este sistema capitalista y patriarcal, padre de todas las opresiones.

 

Fuentes:

  • Libro: La rebelión de las disidencias. Editorial La Montaña, Ediciones Socialistas.
  • Nota: Activismo bisexual: (casi) todo lo que hay que saber. Por Agencia Presentes.

[1] Documento: Ni confundida, ni en transicion: ser bisexual es mi decisión. Taller “Mujeres y bisexualidades” autoconvocado del Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Bisexuales, Trans y No Binaries, Bariloche 2011.