Pablo Flores: la vida de los choferes importan
El jueves 1 de octubre cerca de las 22 horas, el compañero Pablo Flores transitaba su segunda vuelta en el interno 75 de la línea 218, empresa Almafuerte, cuando en la ruta 3 a la altura del barrio San Javier, municipio de La Matanza, recibió 5 disparos muriendo en el acto.
Pablo es uno más de los tantos compañeros choferes muertos, golpeados, cortados, en los últimos años. Nuestro gremio, la UTA, nunca hizo nada por todo esto. Aparecen después de los hechos alguna declaración para los medios, alguna reunión con funcionarios y nada de nada.
Choferes autoconvocados paran y cortan Gral. Paz
De inmediato empezó la autoconvocatoria de sus compañeros de trabajo frente a la comisaría de Virrey del Pino sur, que en forma pacífica pedían discutir medidas con la departamental, recibiendo como respuesta una andanada de balas de goma y gases lacrimógenos, todo un ejemplo de cómo este gobierno de Alberto Fernández y Axel Kicillof responden a los reclamos de los trabajadores que con colectivos detonados de pasajeros y largas jornadas transitamos entre zonas liberadas, pandemia descontrolada y bajos salarios.
Hace 2 años y cerca de ese lugar, Leandro Alcaráz dejaba su vida en el colectivo sin que las promesas de cabina blindada, custodias y controles hayan sido cumplidas por las patronales, el estado y la burocracia de Roberto Fernández que llama a paros por zona para desinflar y no darle continuidad a los reclamos. Solo un pedorro botón antipánico que la mayor parte del recorrido no tiene cobertura de antena.
El estallido de la bronca por la represión dejó varios patrulleros quemados y un corte en la General Paz y Juan Bautista Alberdi que obligó a “bajar” a Berni y declarar lo que todos sabemos, “que la inseguridad no tiene solución mágica”. Berni y todos los policías que trajo vinieron rápido porque estaba cortada la Gral. Paz. Son muy veloces para reprimir y para atacar los reclamos de los choferes, pero después pasan los días y todas las promesas que hacen se las lleva el viento. Berni,y su policía y la corrupta casta política que integra son parte del problema y no la solución. Por eso ese día retumbaron los cantos contra él y las puteadas que no va más la burocracia de Roberto Fernández y sus alcahuetes de UTA.
Los choferes somos esenciales pero nos tratan como descartables
Desde que empezó esta pandemia nos dijeron que los trabajadores del transporte, igual que los de salud, éramos trabajadores esenciales. Estuvimos obligados a salir a la calle desde el primer día, aunque hagamos turnos. Tenemos un salario que sigue perdiendo mes a mes con la inflación y en la medida que crecen el hambre y la miseria, crecen también los hechos de inseguridad en la calle. Y siempre perdemos los choferes.
Por eso es que es muy importante remarcar la autoconvocatoria que hicieron los trabajadores de la 218. Es importante la respuesta de paro total de la línea y el paro de otras 40 líneas de la zona, la decisión de organizarse, de cortaR la General Paz y de mostrarle a todo el país, que los choferes no vamos a quedarnos cruzados de brazos mientras seguimos perdiendo compañeros.
Por eso volveMos a exigir un plan de seguridad que sea discutido, votado y controlado por las trabajadores del volante. Queremos cabinas blindadas ya, ¡que dejen de chamuyarnos! Tenemos que impulsar las autoconvocatorias, unirlas a los cuerpos de delegados que de verdad defienden a los trabajadores y sacarnos de encima a la burocracia de la UTA y a Fernández. Y un aumento inmediato de salarios para todos los trabajadores del trasporte.
Antes fue Leandro Alcaraz, ahora Pablo Flores. Ellos son víctimas de la inseguridad de los trabajadores del volante. ¡Siempre estarán presentes! Y lucharemos para que sus muertes no sean en vano.
Martín Schermer, chofer de la línea 60