Pacto social: el retorno de una política antiobrera

Esta tarde, en la Casa Rosada, se produjo una reunión del gabinete económico ampliado. Conducida por el jefe de gabinete Santiago Cafiero, la reactivación del “pacto social” contó con la participación de la Central General de los Trabajadores (CGT), La Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA), la Unión de trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la Unión Industrial Argentina (UIA) y las Cámaras de Comercio y de la Construcción. El objetivo, como todo acuerdo de este tipo diseñado por el peronismo, es la firma de acuerdos de precios y salarios, dicho de otra forma, la sentencia del congelamiento de los salarios o acuerdos de paritarias a la baja como ya se vienen dando. Mientras esto sucedía el presidente Fernández se reunía en un salón aparte y con la presencia del ministro de Economía Martín Guzmán con uno de los empresarios más poderosos del país, Luis Pérez Companc, de la que no trascendieron informes.

En el marco de la crisis de la economía local, el gobierno de Fernández, con las presencias del ya mencionado Cafiero y los ministros Martín Guzmán, Matías Kulfas, Claudio Moroni, la vicejefa de gabinete Cecilia Todesca, el titular del Banco Central Miguel Pesce y la directora de la AFIP Mercedes Marco del Pont, tuvo una nueva cita con los mandamases de la burocracia sindical, los empresarios y dirigentes de las organizaciones sociales oficialistas. El encuentro preparatorio para trabajar en una hoja de ruta que ponga el eje en el “trabajo y la producción”, como lo promocionan desde el oficialismo, no es más que la rosca de la estrategia pensada para seguir custodiando las ganancias de los sectores concentrados. Una nueva política que permita al gobierno contener la bronca de los trabajadores y sectores populares golpeados por la crisis, para continuar abonando a un plan que tiene como eje devolver dólar por dólar de la deuda externa ilegítima que absorbe las reservas del Estado y los beneficios constantes al círculo rojo del empresariado local.

La reunión antecedida por los anuncios hechos por el gobierno la semana pasada, donde explicitó la rebaja de impuestos a la exportación y la rebaja a las retenciones del sector agrario[i], no presentó ningún tipo de solución para combatir la pobreza del 40%[ii] ni tampoco la pérdida de empleo de más de 3 millones de puestos. Mas bien, como lo expresó Héctor Daer esta mañana en un programa de la radio FutuRock, se fue con la intención de «(…) proponer que el salario mínimo vaya hacia la canasta básica pero no de un día para el otro (…)«. Un ejemplo del orden de prioridades del gobierno progresista de Alberto y las intenciones de “lucha” de la burocracia sindical.

No al pacto social

La bronca acumulada, las luchas obreras y populares en curso y la certeza para gobierno y patronales de grandes confrontaciones en ciernes, obligan a poner en pie esta política preventiva. Por las dudas, también pergeñaron el megaplan represivo.

Hay otra salida ante este acuerdo tripartito de gobierno, empresarios y burocracia sindical y social. Rechazar este pacto y preparar acciones de lucha para exigir:  aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales con actualización automática según la inflación real, creación de puestos trabajos genuinos y apertura de paritarias sin techo, como primeras medidas de un programa alternativo.

Derrotar esta iniciativa también es vencer un plan de gobierno diseñado por el FMI y abocado a pagar deuda externa. Es urgente enfrentar y derrotar esta orientación ajustadora del Frente de Todos, para recomponer la economía y ordenarla en el sentido de un plan al servicio de las mayorías. Este camino se puede seguir si se tocan los intereses de los sectores más concentrados, al contrario de lo que hace el gobierno pactando con ellos.

Nicolás Zuttión

[i] https://mst.org.ar/2020/10/01/anuncios-de-guzman-la-crisis-avanza-las-claudicaciones-del-gobierno-tambien/

[ii] https://mst.org.ar/2020/10/01/la-pobreza-alcanzo-a-18-millones-de-personas-y-llego-al-401/