Salta: rechazamos el uso de pistolas Taser
El debate nacional por el uso de las pistolas Taser por las fuerzas de seguridad hizo eco en Salta. Los diputados Nacho Jarsun y Omar Exeni, del bloque “Salta tiene futuro”, presentaron un proyecto de ley solicitando al gobierno provincial que, vía el ministro de Seguridad Juan Manuel Pulleiro, compren Taser para equipar a la policía y así “dar herramientas para que puedan accionar con mayor efectividad ante los delincuentes”.
Desde el MST en el FIT Unidad rechazamos este proyecto, que en consonancia con la política de Alberto Fernández y su Presupuesto 2021 pretende poner más plata para represión y no para quienes de verdad son esenciales: lxs trabajadorxs de la salud y demás estatales.
La pandemia que atraviesa el país agravó la desigualdad social y sanitaria entre ricos y pobres bajo el capitalismo. Según el INDEC, en Argentina la pobreza alcanza a 18,5 millones de personas. En Salta es peor: el 45,5% es pobre y el 11,4% indigente.
Según datos nacionales, el 56,3% de lxs menores de 15 años están bajo la línea de la pobreza. En el rango de 15 a 29 años, ese nivel es del 49,6%. Estos datos muestran que la niñez y la juventud son las más afectadas por el aumento de la pobreza. Lxs pibxs sufren la exclusión educativa y del mercado laboral formal, lo que empuja a muchxs a la marginalidad, al lumpenaje y a veces a ser mano de obra barata en redes de delito.
El Estado debería tomar medidas que reduzcan esa brecha y garantizar acceso y seguridad en cuanto a educación, salud, vivienda, trabajo y salario digno para la juventud y toda la comunidad. Es necesario comprender que la “delincuencia” no se combate con armas de tortura como lo son las picanas eléctricas Taser. Para enfrentar la desigualdad social hace falta un plan urgente de inclusión educativa y laboral juvenil que brinde perspectivas y ayude a desalentar las conductas delictivas.
Además, el rol de la institución policial y las fuerzas de seguridad se sintetiza en el control social y en mantener el “orden” establecido. Eso lo imponen mediante la represión, como lo hemos vivido en las luchas docentes, a los remiseros, a los obreros mineros y en las tomas de terrenos, sólo por nombrar algunos ejemplos.
La policía es responsable de los casos de gatillo fácil y de desaparición forzada seguida de muerte, como el de Facundo Castro. Ni qué hablar de los llamados delitos económicamente organizados: narcotráfico, trata y explotación sexual, contrabando, tráfico de armas. Todos cuentan con la intervención mafiosa o el aval policial.
Repudiamos este intento de envalentonar a la policía y fortalecer el aparato represivo. Un primer paso para resolver la inseguridad es desmantelar y disolver esta policía. Es necesario crear un nuevo cuerpo de seguridad totalmente distinto, que sea comunitario, democrático, de carácter esencialmente preventivo y de disuasión del delito, bajo control de los organismos de derechos humanos y de las organizaciones sociales.
La pospandemia viene con ajuste para lxs de abajo. Si no se cambian las prioridades, se seguirá profundizando el hambre, los despidos, las rebajas salariales y la represión al pueblo trabajador y la juventud. Para resistir esa ofensiva, te invitamos a organizarte con nosotrxs.