Chubut lucha y no se resigna

120 hs de paro sin asistencia en los lugares de trabajo, esa es la medida que llevan a cabo lxs trabajadores de salud como expresión profunda de la lucha de fondo que atraviesa  la provincia. Junto a ello lxs trabajadores viales, nucleados en el SITRAVICH vuelven a los cortes de ruta.  Los jubilados provinciales y docentes se suman a las acciones que empiezan a decidirse en las asambleas de lucha. Las brigadas de incendios forestales mantienen un paro por tiempo indeterminado, en reclamo del cumplimiento de los acuerdos paritarios de 2019 y por el atraso salarial. En paralelo, la movilización contra la megaminería da un salto en las calles y supera los objetivos fijados en la junta de firmas por el proyecto de ley por Iniciativa Popular. Acciones que arrinconan a un Arcioni que ha perdido todo atisbo de autoridad.  Frente a ello, una clase obrera que no descansa y vuelve a ponerse de pie contra el gobierno hambreador y represor, claro exponente del poder de las corporaciones capitalistas del saqueo y la contaminación que operan en la provincia.

O la deuda o la comida

Esa es la disyuntiva. O se paga la deuda externa, fraudulenta y extorsiva, o se pagan los salarios. La clase obrera ya decidió y votó, una y otra vez en las asambleas de lucha, por la suspensión de sus pagos y por la auditoría social. Con esos fondos necesitamos comer y robustecer nuestro sistema de salud en este contexto de pandemia y saturación de los centros de salud. Se manifestó también por el cobro de tributos extraordinarios a las grandes empresas capitalistas. Por fuertes impuestos progresivos a las empresas petroleras, terratenientes, de la pesca y el aluminio. Se manifestó una y mil veces contra la instalación de la megaminería y, junto a ello, el rechazo al modelo extractivista. Son esos los ejes de un modelo alternativo al ajuste sistemático y al hambre que proponen Arcioni, sus funcionarios y sus sostenedores, empezando por el gobierno nacional que cierra filas en aras de la gobernabilidad: gobernabilidad del ajuste. Lo que hace falta es un plan de emergencia obrero y popular para que la crisis no la paguen lxs trabajadores y el pueblo.

Fuera Arcioni

Estafó al pueblo. No cumplió en nada lo que prometió en campaña. No cumple la ley, no paga salarios en tiempo y forma a la administración pública provincial. Desatiende demandas sociales elementales como trabajo y vivienda. Crece la desocupación, la violencia y la marginalidad. Hay un abandono escandaloso de los servicios públicos. No hay escuelas, ni conectividad digital gratuita para  las familias en éstas difíciles condiciones de emergencia sanitaria. No hay hospitales en condiciones de atender, no sólo los efectos de la pandemia, sino, los tratamientos sanitarios básicos de la población. No cumple con los acuerdos salariales con lxs trabajadores de la salud, los verdaderos esenciales en esta emergencia. En este contexto, lo democrático es que el gobernador -como responsable político de la destrucción de esta provincia- dé un paso al costado. Que renuncie y se vaya: él, sus funcionarios y su política de ajuste y entrega. Para eso tenemos que seguir organizando la bronca de la inmensa mayoría de  chubutenses contra la  política del despojo. No se trata de personas y figuras, Arcioni o Sastre, su vice. Democrático es que, junto con su renuncia se convoque -como lo habilita la constitución provincial- a un proceso constituyente libre y soberano. A elecciones de diputados constituyentes para abrir una deliberación popular, política y democrática sobre un nuevo modelo de provincia. Sin extractivismo, sin saqueo y contaminación del territorio. Con inclusión y derechos sociales reales para toda la población.   Todo esto será posible solamente con un gobierno diferente, un gobierno de lxs trabajadores y el pueblo asentado en organismos de democracia directa, en una perspectiva Ecosocialista.

La respuesta de Arcioni de declarar un Asueto en todos los poderes del Estado dictaminado el día de ayer por el poder ejecutivo hasta el 12 del corriente, amparado según el gobierno en el crecimiento de los contagios de Covid, es la expresión palmaria de la falta completa de respuesta a los reclamos sociales. Es la expresión de la impotencia política de un gobierno abyecto ante el avance de la movilización obrera y popular que retoma lo mejor de las experiencias pasadas en la organización para la lucha, y que tiene un punto marcado a fuego: Fuera Arcioni.

Maximiliano Masquijo

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