Nación y Ciudad. No tan distintos
Escribe: Alternativa Salud / CABA
Finalmente, no hubo pos-pandemia y todos los pronósticos exitistas del poder político se disiparon. Ahora, están obligados a “recalcular”. El 2021 arrancó con rebrote de casos y la presión del mes de enero fue enorme sobre todo el equipo de salud, principalmente sobre la enfermería. Así lo vivimos en los hospitales de CABA y en el Garrahan. Y como no hubo incorporación masiva de personal y preparación de nuevo material humano en 2020, la tensión recayó sobre el estresado equipo existente. Y frente a la escala de contagios, se resolvió negar licencias y extremar las exigencias laborales. A ese panorama, hay que sumarle la estampida de la inflación que, con precariedad y pobreza salarial, fuerza el pluriempleo. Es decir: las condiciones de malestar e indignación en nuestro colectivo son enormes. En 2020 fue así, y la perspectiva para este año ratifica que las prioridades de todos los gobiernos son:
- Subsidiar al empresariado de las prepagas.
- Pagar deuda externa.
- Hacer “caja” para el año electoral.
Por eso, indigna la situación del equipo de salud, que se cargó al hombro la atención en la pandemia y, sin embargo, la mayoría tiene ingresos por debajo de la canasta de pobreza. Y hay COVID para el 2021, porque los tiempos de la vacuna los definen los grandes laboratorios y farmacéuticas, y la política tradicional en países como el nuestro, se subordinan a esas determinaciones. Esta es, en resumen, la política sanitaria del gobierno de Larreta-Quirós, pero también de Alberto-Ginés.
El pacto en el Garrahan de Ginés y UPCN
Es un hospital infantil de alta complejidad. Tiene en total más de 6000 trabajadores. Su prestigio, ganado a fuerza del rol excepcional de su equipo de salud, contrasta con la orientación de su conducción política. La casta que gobierna esta institución la elige directamente y reporta al ministro Ginés. Los años de macrismo fueron duros para el equipo de salud. La nueva gestión prometió superar esa etapa. Sin embargo, en lo esencial, se reforzó lo peor del macrismo. La política salarial hacia el personal es de precarización y achatamiento, pero lo más aberrante es la cristalización de privilegios en los funcionarios políticos que dirigen como un feudo el hospital:
- El presupuesto total para el Garrahan en 2020 equivalió a 4 días y medio de intereses de deuda externa.
- De 2015 a 2019 el presupuesto cayó 11%. En 2020, con pandemia, esa tendencia se profundizó
- Los miembros del Consejo de Administración cobran salarios superiores a 350 mil pesos mensuales.
Esa “casta” privilegiada, tiene ingresos que equivalen a cerca de 10 veces el sueldo de un camillero y 6 veces el de un profesional médico. Escandaloso.
Para imponer esta aberración el Consejo de Ginés “pacta” con la dirigencia burocrática de UPCN la “paz social” en el hospital. Sin embargo, no tuvieron paz: tuvieron 5 meses de paros, movilizaciones y todo tipo de iniciativas que forzaron a dar más de lo querían, pero menos de lo que necesitamos. En 2021, ya nos preparamos para retomar las medidas de fuerza por todo lo que nos merecemos como esenciales. En este punto, la Asociación de Profesionales y Técnicos, con su combativa Comisión de Enfermería como motor, coordinando con Mediques Autoconvocades se prepara para seguir siendo impulsora de democracia sindical y unidad para ganar.
El eslabón más postergado
La enfermería en CABA sufre discriminación legalizada. Mientras 24 licenciaturas de las más variadas (“Estadística para la salud” o “Antropología”, por ejemplo), son consideradas como “profesiones de la salud” y encuadran en la Ley N° 6035 con todos sus derechos, la enfermería está excluida. Son miles de licenciadxs marginados legalmente. Tienen formación universitaria, preparación y reúnen todos los requisitos: pero no están encuadrados en esa legislación. ¿Por qué? Muy simple: en CABA hay un pacto entre el macrismo, la conducción de SUTECBA y la Asociación de Médicos Municipales con poder de lobby para bloquear ese elemental acto de justicia. Lo hacen por motivos varios que también confluyen:
SUTECBA porque se asegura miles de afiliados (y sus aportes) que perdería si la enfermería fuera considerada profesional (hoy encuadran en el escalafón municipal).
Médicos Municipales porque se asegura el monopolio en la designación de jefaturas y gerencias (si la enfermería fuera parte de la 6035 podría concursar y acceder a jefaturas).
Y el macrismo, claro, con la burocracia de SUTECBA y la corporación elitista y reaccionaria de Médicos Municipales, se garantiza una relativa “tranquilidad” en los 33 hospitales y decenas de centros de salud de la ciudad.
ALE encabeza un reagrupamiento de fuerzas para construir una nueva herramienta gremial. Con un proyecto distinto obviamente, que tiene el propósito de quebrar el régimen de poder en los hospitales y hacer justicia para la Enfermería. El año pasado fue como organización animadora de un movimiento de lucha que apeló a paros, marchas, acampes, escraches y cortes de la 9 de Julio para ganar peso social y forzar a que el poder ceda lo que no quiere. Como saldo, al Ministerio de Salud de CABA no le quedó más remedio que reconocer a ese sindicato como interlocutor junto a referentes de hospitales del colectivo de la enfermería que estuvo en las calles. En la perspectiva, la ALE se juega a ganar influencia en cada hospital para impulsar la conciencia y organización de nuestro sector. Con la estrategia de luchar por desmantelar el “modelo médico hegemónico”, y suplantarlo por el de “equipo interdisciplinario de salud”, horizontal y sin discriminación de élite. El punto de partida es lograr el reconocimiento que el “pacto” de Larreta-SUTECBA-Médicos Municipales le niega. Este año, reafirmamos ese compromiso construyendo ALE en toda la CABA.
Otro modelo de salud,otro modelo social
La enfermería en CABA merece y exige reconocimiento profesional, salarial y laboral. En el Garrahan, los profesionales y técnicos, bloquean los planes del “pacto” de Ginés-UPCN. Alternativa Salud, nuestra agrupación, tanto en ALE como en la Asociación del Garrahan, plantea un proyecto de salud distinto: que suprima lo privado, que unifique y centralice toda la aparatología y capacidad humana, sin precarización laboral y al servicio de una planificación democrática que asegure la salud como derecho. Que exija producción pública y masiva de vacunas, levantando como bandera la eliminación de las patentes privadas, para derrotar de verdad al COVID. Y un elemento más: que ponga todo el sistema sanitario bajo el gobierno directo del equipo de salud, no de tecnócratas, burócratas sindicales y lobbystas de laboratorios. Nuestro compromiso consciente tiene esa orientación en cada hospital, en cada servicio: empoderar a los esenciales, para que gobiernen el sistema de salud los que lo sostienen en la primera línea. Esta es nuestra concepción sanitaria, para otro modelo social en CABA y en todo el país.