Hospital Larcade. Ochenta días de organización y lucha

El 22 de enero de este año uno de los grandes hospitales de la zona noroeste del Gran Buenos Aires dijo basta. Ese día, que quedará en la historia de las luchas de los trabajadores, explotó la bronca acumulada por décadas de explotación, precarización e injusticias. Se cumplen ochenta días de lucha y organización del equipo de salud.

Escribe: Candela Ramírez

Salarios básicos de $9.000 para una enfermera, de $11.500 para los ambulancieros, de $20.000 para administrativos y de $30.000 para los médicos. Contratos mensuales renovables en pleno siglo 21. Quitaron la carrera profesional y las jefaturas no se pagan. Tales los detonantes de una lucha a ser seguida y apoyada por todos los trabajadores. Asambleas casi diarias para resolver pasos y medidas, aplausazos dentro del hospital y salidas a la calle, para difundir la lucha y dos marchas masivas hasta la Municipalidad. Enfrentando al intendente Jaime Méndez (Juntos por el Cambio) y su secuaz el abogado Héctor Calvente. Y la complicidad de los dirigentes del sindicato municipal, que transan a espaldas de los trabajadores.

Fueron 80 días donde la organización de base, democrática y paciente que los trabajadores forjaron durante mucho tiempo, se hizo visible y se mostró como uno de los pilares de la fortaleza de esta lucha. Fueron 80 días de soportar ataques, mentiras y calumnias por parte del municipio y de sus socios. Sanciones a trabajadores y persecuciones, que tuvieron el punto más alto cuando Calvente y funcionarios del municipio entraron al hospital junto a la policía federal, e intentaron impedir las elecciones de CICOP y la conformación de ATULH. Pero el equipo de salud rechazó este intento que rememoraba las épocas de la dictadura o cuando el carapintada Aldo Rico fue intendente. Los trabajadores defendieron la elección de CICOP, enfrentaron a las fuerzas policiales, protegieron y guardaron las urnas, la elección se hizo y la CICOP ya tiene nueva seccional en el Larcade.

Y el 30 de marzo, una poderosa y masiva movilización arrancó desde las puertas del hospital hasta la plaza de San Miguel y allí, frente a un municipio custodiado por policías y la patota de Méndez, los representantes de los trabajadores Sergio Amigo, Martín Biagetti, Stella Maris García, Marcos Petrachi, Eugenia Monachesi, Marcelo Morato, Gabriel Jans,y otros junto a la CICOP (Guillermo Pacagnini y una representación del CDP), le dijeron en la cara al intendente que esta lucha va a seguir hasta conseguir todos los reclamos del equipo de salud.

En estos 80 días de una heroica batalla contra enemigos tan poderosos, hubo cuatro pilares que fueron claves para hacer posible esta organización y esta lucha. Cuatro pilares que tenemos que cuidar, potenciar, desarrollar y defender. Desde Alternativa Salud y el MST con nuestra compañera Vilma Ripoll creemos que son los fundamentales.

Representantes por sector y el comité de representantes

Esta lucha no nació de la nada el 22 de enero. Con organización sector por sector, llegando a todos los rincones del hospital, administrativos, cirugía, enfermería, ambulancieros, nutricionistas, pediatría, Covid, higienistas, fueron eligiendo democráticamente a sus representantes. Esto permitió que las decisiones de las asambleas lleguen en forma rápida a la base y a todos los sectores. Las y los representantes elegidos por los trabajadores comenzaron a construir esa red que empezó a discutir y a llevar propuestas a las asambleas. Estos representantes fueron el embrión de una poderosa organización que surgió desde abajo y esto le dio una fuerza y representatividad enormes. La elección de CICOP y el nacimiento de ATULH potenciaron esta organización para que se siga desarrollando.

Asambleas permanentes y todo decidido por ellas

Las asambleas casi diarias en las primeras semanas de la lucha también fueron claves para seguir avanzando. A pesar de las persecuciones de la dirección, de las cámaras de seguridad, de los buchones del intendente y la presión de Calvente, el equipo de salud y los representantes no abandonaron nunca el método de las asambleas. Lograron que en ellas se discuta, se debata, se expresen las diferentes ideas y propuestas y en ellas se vote. Asambleas democráticas y representativas, no como las tradicionales asambleas de algunos gremios que son más parecidas a actos para bajar órdenes que a un funcionamiento democrático y participativo. Las asambleas regulares, las grandes decisiones debatidas y resueltas en ellas con las posteriores salidas a aplaudir en la puerta del hospital, hicieron que los trabajadores recuperen confianza en su fuerza y en su organización, al ver que lo que se discutía y se resolvía, se implementaba.

Deciden todo los trabajadores y nadie los puede suplantar

Desde que comenzó la lucha del Larcade, hubo varios intentos de imponer decisiones y propuestas distintas a las que surgían de las asambleas y de las reuniones de los representantes. El primero que quiso poner condiciones fue el Sindicato de Trabajadores Municipales. Las marchas y las acciones debían hacerse como querían ellos y no como resolvían las compañeras y compañeros del equipo de salud. Ellos querían poner la fecha y la forma de las marchas, organizar quién iba adelante y atrás, todo era en función de su conveniencia y, por supuesto, el intendente. También la CGT zona norte acercó propuestas y condiciones. Prometió movilizar varios miles que nunca aparecieron, a condición de que se abandone la relación con la CICOP. Promesas mentirosas que siempre fueron rechazadas por los trabajadores. Desde el municipio también se intentó chantajear y prometieron reuniones y mesas de trabajo que tampoco se hicieron realidad.

Desde Alternativa Salud y el MST lo dijimos el primer día de la lucha, porque nosotros de verdad estamos desde el primer día, y lo volvemos a decir ahora. Toda organización que acerque su apoyo y su solidaridad debe ser bienvenida. Pero ese apoyo y esa solidaridad no puede estar condicionado. Todo apoyo, toda la solidaridad y todas las propuestas, deben ponerse a consideración de las asambleas y subordinarse a las decisiones del equipo de salud. Ningún sindicato, ninguna comisión, ninguna organización puede imponer decisiones o condiciones a esta gran lucha. Todo «apoyo» que quiere imponer condiciones es porque detrás se esconde el proyecto de debilitar esta heroica lucha.

La movilización y la lucha hasta ganar todos los reclamos

La lucha del Htal. Larcade arrancó el 22 de enero y el 11 de febrero fue la primera gran movilización al municipio. Como dice la canción que inventaron los trabajadores, «el gigante del Larcade se despertó…». Y ese día, varias largas cuadras del equipo de salud, vecinos y organizaciones desde el hospital hasta el municipio, anunciaron que ya nada volvería a ser como antes. Ese día Méndez y su gabinete entendieron que la organización y la lucha del Larcade llegaron para quedarse. Y los días 3, 4 y 5 de marzo entendieron también que a pesar que nos les guste la CICOP ni sus métodos democráticos, ni su compromiso con todas las luchas del equipo de salud, la CICOP ya es una realidad en el Larcade y en San Miguel.

Si necesitaban más, la gran marcha del 30 de marzo donde participaron todos los sectores del hospital, volvió a dejar bien claro que esta lucha sigue hasta conseguir el cumplimiento de los reclamos del equipo de salud. En los días que pasaron desde el 30/3 hasta ahora, el municipio no solo no ha aflojado, sino que ha incrementado el hostigamiento y los ataques al equipo de salud. Por eso los trabajadores están discutiendo cómo responder a estos ataques. Con sus representantes por sector, con sus asambleas democráticas regulares, con la nueva seccional de CICOP ya organizada y con la organización en todos los sectores, se está discutiendo cómo sigue esta pelea. Sabiendo que es una lucha dura, que será larga y que sigue enfrentando enemigos poderosos, pero con la fuerza de la unidad, de la organización democrática y total convicción, a esta lucha la vamos a ganar.