Ni antiderechos ni doble discurso. Género: del dicho al hecho…

La ola feminista, que con altibajos viene desde 2015, influye a nivel social y político. La derecha antiderechos la rechaza. El gobierno peronista busca atenuarla y utilizarla en beneficio propio. Desde la izquierda, en cambio, trabajamos para que se fortalezca y vaya contra el sistema capitalista y patriarcal.

Escribe: Jeanette Cisneros

A veces más frontal, a veces menos, la cuarta ola feminista cuestiona a las instituciones, su rol social y quiénes ejercen el poder. Decimos «el Estado es responsable» porque sabemos que la justicia, la policía, el gobierno, la Iglesia, el sistema de educación y salud, ejercen y reproducen la desigualdad y la violencia de género.

La derecha liberal y conservadora saben que la propiedad privada capitalista va asociada al modelo familiar tradicional, monogámico, heterosexual y patriarcal. Por eso buena parte de su ofensiva política y religiosa antiderechos se basa en «defender» ese estereotipo caduco contra todo avance feminista. Lo vimos cuando se debatió el matrimonio igualitario, en la campaña anti-ESI «con mis hijos no te metas», en su cruzada medieval contra lo que llaman ideología de género y en los recientes intentos de frenar la ley de aborto por vía judicial.

Por su parte, y camuflando a sus propios dinosaurios, el peronismo gobernante tiene una política distinta frente a la ola feminista y disidente: trata de aplacarla, desviarla y hacer utilización política de ella. Mejor dicho, hace uso y abuso. Porque mientras a diario habla de género y se pinta de verde aborto, de violeta feminista y de arcoíris diverso, el gobierno incumple con sus promesas, desfinancia políticas públicas de género y hasta apela a la culpa individual para negar su propia responsabilidad. Del dicho al hecho…

En ese mucho trecho, perdemos

Para responder a la ola feminista y asimilarla al orden institucional, Alberto Fernández creó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y lo puso en manos de Elizabeth Gómez Alcorta, referente de Mala Junta y con discurso «de género». No obstante, el ministerio tiende más a la gestualidad que a las soluciones concretas:
.Femicidios. La Ley 26.485 anti-violencia sigue sin cumplirse como se debe, ya que en la mayoría de las provincias no hay patrocinio jurídico gratuito ni casas-refugio suficientes. «Según el propio gobierno, durante 2020 recibió 108.403 denuncias, con casi 300 llamados por día, de los que 29.706 tuvieron alguna intervención del Estado. En resumen, sólo el 27% de las víctimas obtuvo una respuesta y tampoco se informa cuántas de esas situaciones fueron realmente resueltas»(1). El principal programa es el Plan Acompañar: un subsidio de apenas
$ 21.000 y por sólo seis meses, con el cual ninguna mujer víctima de violencia puede lograr una verdadera autonomía.

.Diversidad. En mayo se lanzó el Plan Nacional de Igualdad 2021-2023, con 15 acciones. Pero de esas quince, «3 ‘articulan’ o crean oficinas, 3 dan cursos, 5 no existen o no tienen decreto, una dibuja un mapa, otra escribe un proyecto, otra tunea ‘de género’ el presupuesto y otra es el cupo laboral trans que se aplica a cuentagotas, a dedo y para la tribuna»(2).

.Presupuesto. Esa trampa de tunear lo ya existente pero sin ningún cambio estructural ya se había visto en el Presupuesto nacional 2021. La cacareada perspectiva de género «se limita a ponerle esa linda etiqueta a 29 programas o políticas públicas ya existentes. Pero la crudeza de la brecha de género no se puede tapar con una pincelada violeta»(3).
El verso se ve también en la ejecución de esos fondos. Pasados ya seis meses, el Ministerio de Mujeres sólo ejecutó un 24,7%: la mitad de lo asignado. O sea, ponen poca plata y encima no la aplican. Según la propia Oficina de Presupuesto del Congreso, «los programas destinados a la salud sexual y reproductiva tuvieron un recorte, en este primer semestre, de poco más de $ 370 millones (-6,9%) de su crédito inicial, mientras que aquellos que apuntan a prevenir la violencia de género sufrieron una poda de casi $ 473 millones (-7,5%)»(4).

Avancemos juntas y a la izquierda

No hay casi ninguna lucha social en donde las mujeres no juguemos un papel destacado. Y lo hacemos codo a codo con nuestros compañeros varones. Desde las conductoras de colectivos que exigen el cupo femenino en el transporte, las trabajadoras de la salud pública y privada por sus salarios y condiciones de trabajo, las empleadas de Garbarino contra el cierre, las desocupadas, en todos lados y a pesar de todo.

Frente a esas luchas y demandas, la derecha las combate o las niega y el gobierno del Frente de Todos busca neutralizarlas y hacer uso político para su campaña. A diferencia de unos y otros, las feministas socialistas del MST en el FIT Unidad somos consecuentes en defender cada derecho y en proponer un programa de fondo para combatir y derrotar la opresión, la explotación y la violencia estructural de este capitalismo patriarcal.
En las calles siempre y ahora en las elecciones, te invitamos a ser parte de esta construcción colectiva para dar vuelta todo.

1- Violencia machista. 3J. Ministerio de cartón vs lucha y exigencias en www.mst.org.ar, 26/05/2021.
2- Más verso de género. «Plan Nacional de Igualdad en la Diversidad 2021-2023» en Periodismo de Izquierda, 13/05/2021.
3- Otra vez doble discurso. ¿Presupuesto 2021 «con perspectiva de género»? en Periodismo de Izquierda, 30/09/2020.
4- Una bandera del Gobierno: fuerte subejecución y reducción en partidas destinadas a las políticas de género en La Nación, 05/07/2021