Las ideas y propuestas que aportamos desde el MST
En estas elecciones, en medio de una fuerte crisis económico-social, sanitaria y ecológica, hay muchas cosas en debate y nuestro futuro está en juego. Quienes venían a “terminar con el desastre que hizo el macrismo” no han cambiado casi nada, sino decepcionado mucho. Y para colmo, viejos y nuevos derechistas, eternos defensores del ajuste y la entrega, buscan mostrarse como salida: indignan. En ambos lados de la grieta están los responsables de que millones de familias trabajadoras no lleguemos a fin de mes, de una juventud sin futuro.
Hace falta cambiar toda esta situación y podemos hacerlo. Quienes te dicen que “no se puede”, que “no da”, te mienten y te desmoralizan. Quieren que te acostumbres a este sistema y a este modo de vida cada vez más desigual e injusto. Son los ideólogos de “lo posible”, los tibios que siempre arrugan porque nunca se animan a tocar los intereses de los poderosos. Por eso, con ellos jamás vamos a vivir mejor: porque defienden y administran este sistema capitalista decadente y en crisis.
Nosotras, nosotros, nosotres queremos dar vuelta todo, todo este sistema que está mal, y también (r)evolucionar a la izquierda, para hacerla tercera fuerza una verdadera opción de poder. Y para eso hay que ponerle fin al dogmatismo, al sectarismo, sin condicionantes, para abrirla a mayor participación, ¿quién quiere entrar a un espacio donde todo ya está definido? Donde los candidatos son los eternos de siempre, donde no hay lugar para quienes ser parte. Desde el MST en el FIT Unidad te proponemos otra cosa. Ante los problemas, nosotres queremos ser parte de la solución con un proyecto transformador, superador, que acá te contamos.
Que esta crisis la paguen los ricos, para que cambie lo que tiene que cambiar
En nuestro frente tenemos un programa de fondo, anticapitalista y socialista. Es clave para cambiar esta situación y hacer que los ricos y corporaciones paguen la crisis. Se puede hacer si se toman medidas duras contra los intereses de los que más tienen, avanzando sin tibieza contra esos pocos que tienen casi todo. Lo que hace falta es la voluntad política de querer hacerlo y convocar a millones de trabajadores, mujeres y jóvenes a ser protagonistas de estas medidas.
Podemos ponerles un verdadero impuesto permanente a las grandes fortunas, empresas, bancos y terratenientes, para que los ricos paguen siempre.
Podemos terminar con el robo que es la deuda externa: esa deuda odiosa, esa estafa impagable que nos somete a la dependencia y nos deja sin recursos para las necesidades sociales. No hay otra que romper con el FMI y el Club de París.
Podemos tener trabajo y salarios dignos, si esos miles de millones de dólares que hoy se van del país se vuelcan para crear nuevos empleos. Poner en marcha un plan de obras públicas de construcción de viviendas para garantizar así el derecho a una vivienda digna y crear trabajo digno, empezando por quienes hoy no tienen y priorizando a la juventud. Poner el salario mínimo por encima de la canasta familiar, aumentar las jubilaciones con 82% móvil real y otorgar un IFE de $ 40.000 a todo desocupado.
Podemos expulsar a las corporaciones, y prohibir la megaminería, fracking y el uso de agrotóxicos, que destruyen y saquean nuestros bienes comunes. Queremos otro modo de producción alternativo, dirigido por la clase trabajadora y las comunidades, para que nuestras vidas valgan más que sus ganancias.
Podemos defender cada derecho de género e ir por más. Por igualdad salarial. Fin a los femicidios, crímenes de odio y toda la violencia machista. Respeto a la ley de aborto, aplicación de la ESI, el cupo laboral y la ley integral trans. Separar a la Iglesia y el Estado, anulando todo subsidio.
Podemos actuar para que la juventud tenga trabajo y futuro, si se prioriza la educación pública, se genera un programa nacional de primer empleo y se prohíbe la precarización laboral que hoy sufren miles de pibas y pibes.
Podemos tener vacunas para todes y bajar a pique la cifra de muertes y contagios, si les ponemos los puntos a los laboratorios que producen acá, pero mandan afuera. Se puede declararlos de utilidad pública y estatizarlos.
Podemos priorizar la salud pública volcando mayores recursos, garantizando el aumento salarial que merecen y los derechos laborales de la primera línea. Cortar el lucro del sector privado, unificar todo el sistema de salud bajo gestión estatal y control de sus trabajadores, para que la salud sea un derecho y no un negocio.
Podemos tener el control de todo lo que se produce, con planes nacionales de producción diversificada de alimentos, reparto de la tierra y sin las corporaciones del agronegocio.
Recuperar nuestros puertos y nacionalizar la banca y el comercio exterior. Ningún negocio privado con todo lo que debe ser público.
Podemos tener un proyecto de país para las familias trabajadoras y nuestra juventud. Un proyecto soberano, independiente, anticapitalista y socialista a tono con los vientos de rebeliones que soplan en el continente. Un país gobernado por las y los trabajadores.