Oportunidad y desafíos para un salto mayor. Gran elección del Frente de Izquierda Unidad
Terminadas las elecciones generales, una de las noticias destacadas e imposible de ocultar, es que la izquierda organizada en el FIT-U se consolidó como tercera fuerza nacional. Dejamos nuestro análisis sobre los motivos de esta conquista política, su alcance nacional, sus nuevas bancas. Las perspectivas que se abren y la relación entre lo electoral y las luchas en cada sector. Y la orientación política necesaria para preparar un salto mayor del Frente de Izquierda el tiempo que viene.
Escribe: Sergio García
Ya no vivimos un tiempo dónde en forma intencionada y apoyados por resultados electorales, los grandes medios de comunicación transmiten sin problema la idea de que hay solo dos opciones posibles que se llevan más del 90% de los votos. Si bien siempre lo hacen e intentarán seguramente hacia 2023 buscar un escenario de polarización, igualmente ya nadie puede evitar decir que una importante franja de la población ya no vota a esas dos variantes, y que ha surgido una tercera fuerza nacional que es la unidad de la izquierda expresada en el FIT-U. Este es un hecho que tomo forma en las PASO y se consolidó en las elecciones generales.
Este hecho muy positivo es parte de un fenómeno que no es solo de nuestro país, sino que hace parte de la situación mundial en general y latinoamericana en particular. Ante la crisis y desgaste de las fuerzas tradicionales que aplican planes de ajuste, el descontento tiende a reflejarse a veces en rebeliones y grandes acciones de calle, a veces en surgimiento y salto electoral de fuerzas ubicadas a la izquierda y a veces en una combinación de ambas cosas. En algunos países ese salto electoral fue aún mayor, capitalizado por sectores con discurso a izquierda con un programa más conciliador que entra en crisis apenas asumen el gobierno, como es el caso de Perú entre otros. Lo cual no elimina el hecho positivo de que millones hayan optado por votar el discurso más a izquierda que allí había. Lo mismo en relación a la alta votación de tiempo atrás en Chile a candidaturas independientes, que también expresaba una búsqueda positiva de una importante franja de la población, a la izquierda de los partidos del régimen chileno. Ahora en Argentina, nuestro Frente de Izquierda da un salto electoral importante, comparativamente todavía por detrás de saltos electorales más grandes que se dieron en otros países sudamericanos, pero política y programáticamente nuestro frente es más sólido y claramente anticapitalista y socialista, lo cual en la perspectiva es un elemento que nos juega a favor, a condición de saber aprovecharlo sin cerrazón.
A la par de nuestro frente también emergió un polo a derecha, los libertarios, lo cual tampoco es casualidad, sino que también hace parte de la situación regional y mundial. Frente a la crisis, el surgimiento de nuevos fenómenos hacia los polos más radicalizados de izquierda y derecha, es un elemento claro de la situación en medio de la crisis capitalista. Y no hace más que reafirmar que vivimos un tiempo de fuerte polarización social y política, y que eso va a tender a profundizarse en el marco de gobiernos atados al FMI, como es nuestro caso y el de muchos otros países. En este contexto, que en nuestro país nacionalmente seamos el Frente de Izquierda la tercera fuerza, es un dato alentador y muy positivo que hace parte del presente y de las tendencias a futuro. Un dato que igual, dialécticamente, no nos hace olvidar las importantes votaciones de los derechistas Milei y Espert en el corazón político del país. Eso también es parte de la realidad que tendremos que enfrentar el tiempo que viene.
La votación y logros del FIT-U
Tercera fuerza nacional, 1.300.000 votos en todo el país, más del 6% nacional, un 20% más de lo sacado en las PASO, todos datos que muestran un avance de lo obtenido en las anteriores elecciones de 2019 y de lo obtenido en las PASO de septiembre de ese año. Cuatro diputados nacionales electos, dos diputados provinciales en Buenos Aires, dos legisladores en CABA y una nueva conquista de enorme significado; una decena de concejales electos en el corazón del conurbano bonaerense, en el territorio de los «varones» antes intocables. Por primera la izquierda derrumba en parte esa pared que antes parecía inquebrantable.
Esa loza se comenzó a romper y es la expresión primaria de un proceso más profundo que tiene posibilidades de expresarse a futuro mucho más. Es sin duda el proceso al que más atención debemos ponerle y no solamente en el plano electoral, sino sobre todo en la vida real en las fábricas, barrios populares y en la enorme juventud sin futuro. Porque el avance electoral es la expresión en el terreno de los votos, de un proceso de descontento y ruptura que viene de abajo y se disputa a diario en cada lugar. Con los resultados a la vista y la noticia de que la izquierda somos tercera fuerza y por primera vez ingresamos a los concejos, esta nueva realidad alentará aún más a otras franjas a acercarse, a quienes van a vernos cada vez más como algo importante, visible y en ascenso.
Desde ya que lo mismo y más aún sucede en Jujuy, dónde una de cada cuatro personas vota a la izquierda, llevando al FIT-U encabezado por Vilca a una votación histórica. Allí nuestro MST también hizo su importante aporte en las PASO y ayudó al logro en esta campaña aportando ese importante caudal de franjas de votantes. Y también como parte de las conquistas provinciales, nuestra compañera Betina Rivero asumirá en pocos días como concejal en Palpala.
En otras varias provincias se hicieron muy buenas elecciones, llegando alrededor del 8% en Neuquén, Chubut y Santa Cruz, y alrededor del 7% en Buenos Aires y CABA, el 6% en San Juan. En Salta se estuvo cerca del 5% con una destacada campaña de nuestra compañera Andrea Villegas, en una muy buena votación, pese a que parte importante de los votos que antes aportaba PO se fueron a la lista de Política Obrera. En provincias importantes cómo Córdoba costó avanzar más y pesó la polarización entre las otras fuerzas. Y en Santa Fe siguen teniendo un lugar destacado fuerzas ubicadas más a la centroizquierda, que por ahora ocupan un espacio y evitan que el FIT-U avance mucho más. Más allá de estas desigualdades, en todo el país el Frente de Izquierda es una realidad, en Entre Ríos, La Rioja y las demás provincias.
Avanza un proceso de ruptura con el peronismo
Durante el último mes de campaña, se comenzaron a vivir fenómenos, todavía incipientes, pero muy positivos. Desde distintos sectores que no hacen parte del Frente de Izquierda, nos comenzaron a llegar distintas muestras de apoyo y de colaboración. Desde referentes sociales que anunciaban que votarían por el FIT Unidad, la militancia de varias organizaciones piqueteras independientes del gobierno que se sumaron a fiscalizar, jóvenes que rompieron con el PC que pedían boletas del FIT-U para repartir entre su militancia y su periferia, trabajadores que se reconocían antes como votantes del kirchnerismo, se acercaban a las mesas en la calle a contarnos que ahora votarían a la izquierda, afiliados y bases críticas de las CTA´s que en redes sociales criticaban el apoyo al gobierno y anunciaban que votarían a la izquierda. En las barriadas populares una mayor afluencia a nuestras marchas y actos, en eventos sindicales de apoyo al frente, como el más grande que hicimos en La Matanza, con la intervención de trabajadores de líneas de colectivos y varios gremios, dónde antes dominaba sin problema el peronismo. También referentes feministas y ambientalistas independientes, militando activamente por el voto a la izquierda.
Todo este proceso de ruptura con el viejo peronismo es tan solo el comienzo. Es la punta que estamos viendo de un fenómeno más profundo que puede avanzar. Veremos hasta dónde y en que tiempos. Porque lógicamente, con el triunfo de Juntos por el Cambio, ahora el peronismo en todas sus alas intentará convencer a sus bases críticas, que hay que apoyarlos para no perder las elecciones de 2023. ¿Lo logrará mucho o poco, en el marco de un acuerdo con el FMI que viene con más ajuste? Cómo mínimo nos animamos a decir que solo lo puede lograr parcialmente, que no va a detener que una nueva franja se aleje de esas viejas estructuras y mire cada vez más a la izquierda anticapitalista. Y nuestra política tiene que ayudar a que ese proceso de ruptura se consolide y amplie, para que se debiliten las concesiones y políticas de conciliación de clase.
Una política firme, una convocatoria audaz
Por estas razones de enorme importancia, en el Frente de Izquierda tenemos que debatir a fondo que política y orientación vamos a tener frente a este proceso. Arrancando por saber que la misma comienza impulsando ahora mismo, la más amplia movilización contra el nuevo acuerdo con el FMI. Ya hay dos espacios debatiendo movilizarse, los autoconvocados contra la deuda y el movimiento piquetero independiente. Hay que unir esas dos convocatorias y el FIT-U tiene que ser protagonista de impulsarla, y de convocar a muchos otros que se oponen a este acuerdo, a que todas y todos nos encontremos en la calle en una gran jornada de lucha contra el FMI y el pago de esa estafa, como parte de otras medidas que podemos debatir e impulsar en adelante.
Los importantes logros políticos y electorales de este 14 de noviembre, no pueden ser vistos como un techo sino como un nuevo punto de partida, que nos da un fuerte impulso para abrirnos paso y avanzar mucho más en todos los terrenos. Se requiere audacia y una ofensiva política de nuestro frente.
Durante todo este año y en ambas campañas (PASO y generales) desde el MST a través de nuestros principales voceros y referentes como Cele Fierro y Alejandro Bodart, y a través de intercambios en reuniones y de textos publicados, insistimos permanentemente que el FIT-U está para mucho más que ser un frente electoral. Que hay condiciones para pensar en algo más profundo, más permanente. Hemos propuesto reiteradas veces que podríamos ser un gran movimiento político o partido común de tendencias, que tenga su coordinación nacional, que se reúna semanalmente, que debata y acuerde como intervenir en todos los frentes de lucha apoyando e impulsando en común las luchas y peleas por la dirección en el movimiento obrero y en la juventud. Y donde cada cual siga teniendo su propia independencia y organización como corriente.
Que avance a pensar, por ejemplo, como incorporar activa y en forma permanente a sectores independientes, intelectuales, referentes sociales. Cómo les damos un lugar que sea de un protagonismo mayor, y no tan solo apoyarnos con su voto en cada campaña. También tenemos que pensar propuestas para sectores de bases de otras organizaciones que se alejan del peronismo, como aprovechamos ese proceso y a la vez sirva como ejemplo para alentar a que otros también vengan hacia la izquierda.
Nuestro frente no se plantea hoy estos importantes problemas políticos. Es un error político y un retraso a corregir lo antes que podamos, si de verdad queremos dar un salto mucho más cualitativo de lo ya conquistado. Tenemos un programa anticapitalista, socialista y de independencia de clase muy correcto, que es nuestra garantía del rumbo que queremos y una estrategia de lucha por un gobierno de los trabajadores, que nos ubica inequívocamente contra las variantes reformistas y posibilistas. Con ese programa y ese norte, con toda la fuerza política y militante acumulada entre los partidos que conformamos el FIT-U, podemos convocar, abrir nuevos espacios, generar reuniones e intercambios. Y hacer un debate a fondo y franco sobre cómo mejorar mucho al Frente de Izquierda, como lo preparamos mejor para las grandes luchas sociales y políticas que se vienen estos años. No es tiempo de conservadurismo, ni rutinarismo, ni de atarnos a formatos solo electorales. La política revolucionaria es la que no se detiene en ese estadio y busca avanzar más a fondo e integralmente. Es tal vez el mejor momento en muchos años, para jugarnos a ubicar a la izquierda revolucionaria en un plano mucho mayor del que ya logramos. Y eso se hace con un programa, una política y aprovechando las oportunidades y los tiempos, que no son eternos y necesitan respuestas acordes a la nueva situación que se viene.
El MST en la rotación de las bancas logradas
Como parte de las conquistas políticas de haber logrado bancas en distintos e importantes distritos y categorías, nuestro partido será parte de las mismas en tres ámbitos políticos de suma importancia y en concejos de distintas provincias.
En la provincia de Buenos Aires y CABA, como producto de la muy fuerte campaña y lucha política que por el MST en el FIT Unidad encabezaron nuestros compañeros Alejandro Bodart y Cele Fierro, se logró ingresar a diversas e importantes rotaciones.
Nuestra compañera Vilma Ripoll, reconocida luchadora, ingresará a la rotación de una banca de diputada nacional por la provincia. Nuestro compañero Guillermo Pacagnini, actual secretario general de Cicop, también ingresará en la rotación de una banca como diputado provincial por Buenos Aires. Y en CABA, nuestra compañera y referente de enfermería Caro Cáceres, ingresará en la rotación de una banca de legisladora de la ciudad. Aquí también el próximo año asumirá Vanesa Gagliardi, nuestra parte de la rotación obtenida en las elecciones anteriores.
Junto a ellos, también ingresarán en las rotaciones de concejales un importante número de compañeros de cinco municipios de La Matanza, Moreno, Merlo, José C. Paz y Florencia Varela peleando este último voto a voto. Sobre este hecho histórico del Gran Buenos Aires, reflejamos todo en una nota aparte.
A todo esto, se suma que, como parte de elecciones de este año, también asumirá su banca en Jujuy Betina Rivero, como concejal de la importante ciudad de Palpala. Además, entraremos en la rotación de una banca en el concejo de Neuquén con el compañero Juan Bari, conseguida en las elecciones del mes pasado. La cual se suma a nuestra rotación de otra banca en el concejo de la ciudad capital, obtenida en las elecciones anteriores y en la cual asumirá Priscila Otton. También en Salta asume esta semana nuestro compañero Carlos Zarzuri como constituyente provincial, ingresando a la rotación conseguida en las elecciones de meses atrás. Acompañando con fuerza ese avance en nuestra ubicación política, en Córdoba nuestra compañera Luciana Echevarría, continúa todavía dos años más como diputada provincial.