De la mano de las Verdes, avanza la cegetización de ATE
Con una conducción cada vez más entregada al gobierno, transitamos un periodo de pelea en las calles y en las elecciones a delegados. Contra el ajuste y por una nueva dirección en ATE.
Escribe: Ingrid Urrutia, Deleg. Gral. ATE INCAA, Alternativa Estatal CABA.
El rumbo que consolida el gobierno de Fernández es el de priorizar el acuerdo con el FMI, cuya consecuencia será más pobreza, ajuste y sometimiento político. Es un rumbo donde el dólar y la inflación aumentan, mientras lxs estatales seguimos perdiendo poder adquisitivo y engrosando las filas del sector asalariado pobre. Según los datos de ATE INDEC al 31/10, una familia tipo necesita un salario de casi $120.000 para poder vivir en el AMBA y acceder a una Canasta Básica Total. Desde distintas usinas se avizora un escenario de más crisis económica, social, es decir, una olla a presión imposible de negar con el 40% de la población pobre.
Esa impronta persigue la reducción del déficit fiscal y la brecha entre el dólar blue y el oficial: ajuste y más ajuste para quienes vivimos de nuestro salario. Un Estado paralizado con presupuestos congelados es la imagen que se repite en todos los niveles del Estado nacional, provincial y municipal. En lo cotidiano se expresa en vaciamiento y políticas públicas que se sostienen a fuerza de sus trabajadores. Las problemáticas centrales siguen siendo los salarios por debajo de los índices de pobreza, la precarización con la proliferación de distintas modalidades contractuales y el pluriempleo fundamentalmente en sectores y áreas técnicas y/o profesionales.
El gobierno nacional está por cumplir la mitad de su mandato y un primer balance es que siguen sobrando promesas y faltan medidas de fondo para revertir la situación de lxs estatales. Sin ir más lejos, el pase a planta permanente es uno de los reclamos centrales y, aunque se sabe que muchos llegan al punto de jubilarse con contratos basura, el “compromiso” del gobierno fue regularizar sólo 29.000 puestos de trabajo, hoy eso sigue siendo un anuncio. Se conocen disposiciones administrativas que anuncian el descongelamiento de vacantes en distintos organismos, pero queda una parte del proceso muy importante: concursar cada uno de esos puestos sin perder salario, derechos y otras conquistas. Las condiciones del empleo en el sector público son críticas, y a su vez, es el único lugar donde el gobierno, que es la patronal, puede mejorarles si tuviera la voluntad de ir para ese lado. No lo hace porque priman los compromisos con los sectores minoritarios que concentran las enormes riquezas del país.
¿Dónde está el sindicato?
El descontento político con el gobierno es evidente, hay bronca entre todxs lxs estatales porque la tendencia no es a resolver los problemas de arrastre, sino a perpetuarlos. La bronca está, van surgiendo luchas pero son parciales y de resistencia. Si no logran ser una referencia más, que trascienda y nuclee otras peleas generales, es por el rol de las centrales y conducciones sindicales. Las variantes verdes en ATE y su conducción nacional han decidido, de manera vergonzante, pasarse a las filas del gobierno. Han decidido entrar en la pelea por un ministerio, una gerencia, una dirección y no por defender los intereses de lxs trabajadorxs.
Esto se evidencia en la renuncia de banderas y consignas históricas, que hacen a un modelo sindical supuestamente alternativo al de la traidora CGT, desde el no pago de la deuda externa, el saqueo y la defensa de los bienes comunes, hasta los espacios democráticos y asamblearios para debatir y decidir y la necesidad de contar con independencia política de quien gobierne, bandera forjada al calor del 2001.
La burocratización sin fin
Las limitaciones de origen en el proyecto político de la verde ANUSATE de ATE nacional llevaron a una dinámica de vaciamiento y parálisis del sindicato, marcado por la lucha internista durante el último gobierno de Cristina Kirchner e íntimamente ligado a la crisis de la CTA. Pero los cantos de sirena que anunciaron una “supuesta refundación” de ATE decantaron en el enfrentamiento de seccionales, juntas internas, vaciamiento de los espacios de participación, en debilidad para responder a los despidos masivos, a la reforma laboral en el sector que puso en práctica el macrismo y continúa hasta hoy bajo figuras de presentismo, productividad, régimen de alta dirección pública, etc.
Vergonzante integración al gobierno
Desde los primeros meses del 2020, el gobierno de Fernandez congeló las contrataciones y presupuestos haciendo uso de un DNU del macrismo. Desde entonces, la dirección de ATE resigno sostener el reclamo por la recomposición salarial, negó el ajuste y la inflación, abandonó el no pago de la deuda externa, que sostuvo hasta las elecciones generales del 2019, y así con todo lo que vino después. Se preocuparon más por comprender al gobierno y valorar sus “esfuerzos”, que por canalizar los reclamos reales, como los que levantaron la primera línea y las enfermeras en todos los hospitales del país. Aunque de manera aislada y sin ninguna voluntad de continuidad hayan marchado contra el FMI, paso a paso muestran que acompañan al gobierno, inclusive en este punto.
La pasividad ante el ajuste no puede ser de lxs trabajadores. Si la conducción, esta o la que sea, dejo se ser una herramienta para dar las peleas que necesitamos les estatales y se transforma en un obstáculo, se torna urgente superarla. Y un camino en ese sentido es construir una alternativa que coordine a quienes sí quieren dar la pelea por salario, por el pase a plata y también por un modelo político diametralmente opuesto al de la derecha y también al del PJ, que confirma que en los puntos nodales no hay mucha grieta y si intereses minoritarios a defender y cuidar.
Por nuevos delegados combativos
Con el término de la prórroga de mandatos sindicales se abre una periodo de elecciones a Juntas Internas, cuerpos de delegades (seccionales en algunos casos), y es una gran oportunidad para combinar dos debates y preocupaciones claves: el modelo de país y el rol de los trabajadores como sujetos activos, para poner en pie un modelo sindical que sea una herramienta real y no un apéndice de algún que otro ministerio.
Rechazamos las maniobras de la conducción verde que se están evidenciando en diversos lugares para impedir las listas combativas.
Defendemos la más irrestricta democracia a la hora de tomas de decisiones y la elección en asambleas, que no haya privilegios para nadie; que se puedan revocar los mandatos de quienes incumplen y que quienes dirigen vivan como a quienes se busca representar. Inicia un proceso en el que nos jugamos a fortalecer Alternativa Estatal ANCLA y la unidad en las Multicolores, para que cada delegadx sea un punto desde el cual dar estas peleas.