La fuerza del FITU y una amplia confluencia. Histórica Plaza contra el FMI
Fue uno de los hechos centrales de la realidad del país. La masividad en Plaza de Mayo, el carácter nacional de la jornada y la simpatía general que produjo, mostraron el amplio rechazo al acuerdo con el FMI y al gobierno que lo impulsa. Pero también evidenció la fuerza del FIT Unidad cuando se postula, saca a la calle su programa y convoca ampliamente a ganar las calles. Queda planteada la continuidad y nuevos desafíos por delante.
Escribe: Guillermo Pacagnini
El hecho no pudo ser ignorado por los medios de prensa que debieron reflejar la masividad de la jornada en primeras planas y el rol de la izquierda. Las columnas confluyendo hacia la Rosada, combativas y nutridas, colmaron la histórica Plaza y las calles adyacentes, configurando una de las principales movilizaciones de carácter político de los últimos tiempos. Contrastando no solo por el contenido sino por la masividad con el acto artístico y de apoyo al gobierno del día anterior. En la mayoría de las ciudades del país, se replicaron marchas y actos. «No al pacto con el FMI y el pago de la deuda. Las estafas no se pagan. Abajo el plan plurianual y el ajuste, no a la reforma laboral. Basta de saqueo ambiental extractivista. La deuda es con los pueblos y la naturaleza, no con el FMI. Por un plan de lucha nacional contra el acuerdo». Las consignas son una síntesis del documento unitario que se leyó en la Plaza con una salida obrera y popular muy distinta a la de ajuste y represión con que, al ritmo del acuerdo con el Fondo, prepara el gobierno para la «nueva etapa».
Las razones de una jornada masiva
La enorme movilización se explica en primer lugar por el clima de mal humor social por la miseria, la carestía, la desocupación, el hundimiento de los salarios, la represión en ciernes, y la bronca contra el gobierno que es identificado como el responsable y no logra revertir los efectos de la derrota electoral. Y si bien no todos son conscientes de la relación entre los efectos de la crisis y el pago de la deuda cada vez son más los que desconfían y repudian al Fondo. Hay una larga experiencia de acuerdos y sus efectos negativos para el pueblo. Por ello pese a la tremenda campaña desde todas las alas del gobierno, la oposición de derechas y hasta la burocracia para avalar el acuerdo y barnizarlo con supuestos beneficios, no logran torcer la bronca y el repudio que genera en la gente.
Pero hubo un factor decisivo para que en este clima de efervescencia se pueda hacer la marcha que de otra manera no hubiera sido posible frente a la tremenda traición de todas las direcciones. Hubo un polo convocan-te, un enorme acierto político del FIT Unidad de convocar ampliamente a una confluencia con otros espacios y sectores políticos, sindicales y sociales. Más de cien organizaciones respondieron a la convocatoria unitaria dando una clara señal de qué es lo que hay que hacer para generar una acción masiva. La acción demostró el peso del rol articulador del Frente de Izquierda Unidad, quien lanzó la iniciativa, convocó a articular un espacio unitario y a conformar un programa integral contra el FMI y con medidas anticapitalistas. Se logró así la mayor muestra de movilización política y social contra el pago de la deuda externa y por la ruptura del acuerdo con el FMI en mucho tiempo. Un hecho inmensamente progresivo que colocó a la izquierda en el primer plano político nacional.
También fue posible esta acción por la ubicación con la que emergió el FITU de las últimas elecciones. Tercera fuerza nacional, un fenómeno político dinámico y con la posibilidad de crecer más. Es ese lugar ganado en el escenario político nacional quien lo coloca en la posibilidad y responsabilidad de tomar la iniciativa, de marcar una perspectiva y de abrir convocatorias y llamamientos a diversos sectores. Algo correcto e indispensable en la lucha contra el FMI y también en otras luchas políticas y sociales.
Contrastes, dos plazas, dos políticas
La envergadura que fue tomando esta convocatoria desde las semanas previas, movió la estantería en el Frente de Todos donde hay un debate: no si acordar o no con el FMI, sino qué tipo de acuerdo hacer con él. El gobierno reaccionó pocos días antes llamando para el viernes 10 a una movilización apelando a golpes de efecto para lograr convocatoria. Usaron el aniversario del regreso de la democracia, a Lula, Mujica y artistas conocidos para garantizar una fuerte presencia junto a Cristina y el presidente. Intentaron confundir con la tesis del acuerdo bueno, trataron de colocar un dique de contención para muchos que desde la propia base social critican estas políticas y repudian al Fondo. Pero perdieron la batalla por las calles. No lograron empañar la enorme manifestación anti FMI y opositora al gobierno por izquierda, del día siguiente. Que fue protagonizada por decenas de miles y seguida con atención y simpatía por muchos más, incluido sectores de la propia base social del gobierno.
Las dos plazas, tuvieron diferentes programas y perspectivas. Algunos periodistas afines al gobierno intentan mostrar las dos jornadas como progresivas, pero no se puede tapar el sol con la mano; en la plaza del gobierno se reafirmó acordar con el FMI y pagar una deuda escandalosa. En la plaza de la izquierda y del FIT Unidad se levantó en forma unitaria la única voz política y social contra ese fraude y una propuesta de ruptura. Son dos caminos, y solo uno, el de la izquierda, es alternativo a un modelo de ajuste y sumisión.
El discurso oficialista habla de «acordar sin ajuste», «crecer y después pagar», o «no pagar con el hambre del pueblo». Pero la crisis social desmiente día a día estas afirmaciones y el mayor ajuste que se viene más las reformas reaccionarias, son percibidos con preocupación por los de abajo.
El rol del MST
Hemos debatido largamente y desde hace tiempo al interior del FITU sobre la necesidad que el frente tenga una postulación política fuerte y permanente, con iniciativas y respuesta programática a los hechos de la realidad y de ampliar y fortalecer la unidad. Fue un eje central de nuestra política en las PASO cuando planteamos que había que revolucionar la izquierda.
Todo este proceso que desembocó en la masiva jornada de movilización nacional demuestra que ello fue un acierto y que hay que continuar y profundizar este camino. La potencialidad del FITU posibilitó esta acción masiva. Y nuestro partido se jugó a fondo desde la convocatoria, la preparación y la propia acción, para que la jornada culmine en un éxito y el FITU juegue este rol articulador y se fortalezca. La marcha fue enorme y el contingente del FITU imponente. En ese marco nuestro partido ha movilizado una de las principales columnas con varios miles de compañeras y compañeros, con un componente de calidad en la cabecera internacionalista integrada por delegaciones participantes del Congreso de la LIS. Fuimos claros protagonistas del impulso a esta unidad contra el Fondo.
Y seguiremos impulsando la necesidad de mantener una fuerte postulación política del FITU, generar nuevas convocatorias y espacios de unidad. Y seguir en la calle contra el plan plurianual, los nuevos ajustes y pagos al FMI . Por ello es muy auspicioso que el Frente de Izquierda Unidad llame a nuevas reuniones de este espacio de confluencia y se debata la continuidad.
Desafíos y continuidad
Pasada la movilización y la definición del gobierno de seguir pagando y renegociando esta estafa se plantea la continuidad de esta pelea.
La fuerte articulación política y social construida desde la convocatoria abierta del FIT Unidad, debatirá como seguir esta lucha política y social. Mientras desde el gobierno, la derecha y la burocracia llamar a apoyar sin titubeos el acuerdo, mientras otros que posan de progresistas y lo critican nos dicen que «no da la relación de fuerzas», la enorme movilización unitaria construida desde la izquierda es una prueba más que evidente de que hay fuerza social de sobra para emprender un camino independiente y avanzar a un no pago soberano, romper con el modelo de dependencia con los organismos de crédito y otras medidas como nacionalizar la banca y el comercio exterior y cobrarle impuestos a los ricos para que la plata vaya a salario, trabajo, salud y educación. Desde el MST planteamos la necesidad de dar continuidad a la articulación y a la movilización.