El Encuentro ya es plurinacional y con las disidencias. Que sea histórico de principio a fin
Que organice las luchas por nuestros derechos, contra el ajuste y el extractivismo del gobierno y el FMI.
Escribe: Nadia Burgos
Se acerca el fin de semana y llega el reencuentro. Después de dos años se concreta en San Luis el 35º Encuentro, esta vez Plurinacional y con las disidencias. Un encuentro histórico, que refleja un proceso de continuidad y cambio a la vez. Continuidad, porque recoge la historia previa. Y cambio, porque es plurinacional y de mujeres, lesbianas, travestis y trans, bisexuales, intersexuales y no binaries. Este cambio es una conquista al calor de la ola feminista y disidente, que terminó asestando un duro golpe a una conducción histórica, acartonada y reaccionaria. Pero también propone nuevos desafíos. Además de impulsar discusiones de fondo sobre los métodos y las formas en las que se toman las decisiones dentro del encuentro, debemos construir el Pluri como un espacio de coordinación e impulso de todas nuestras luchas, de manera independiente de los gobiernos, las iglesias y las burocracias. Tarea urgente en un contexto de ajuste, saqueo y entrega.
Un Encuentro, todas las luchas
Llegamos a este encuentro después de dos años, nos volvemos a re encontrar, con cambios importantes. Un nombre que nos incluye a todes y en un contexto donde el encontrarnos puede ayudar a socializar nuestras vivencias en estos dos años y organizar las luchas centrales. Es importante la denuncia a este gobierno y al ajuste que aplica de la mano del FMI con la complicidad de la derecha. Tenemos que organizarnos para defender cada uno de nuestros derechos conquistados y prepararnos para ir por más.
El Encuentro es una oportunidad histórica para fortalecer las luchas que a lo ancho y largo del país enfrentan las políticas del gobierno del Frente de Todos, que aplica las recetas de la derecha de la mano del Fondo y a una derecha que presiona para que ese camino se profundice.
Es concreto: los planes ajustadores de los gobiernos vulneran los derechos de mujeres y disidencias, trabajadores y jóvenes. Destruyen y entregan nuestros territorios a cambio de dólares para pagar una estafa.
Todo esto nos muestra que la derecha no se viene, con Massa ya gobierna, y que no tenemos que arrodillarnos, por el contrario, solo con lucha y organización se les puede torcer el brazo al gobierno ecocida, a las patronales y a los anti derechos.
Así lo demostramos con años de luchas en las calles, lo demostró nuestra marea verde que conquistó el aborto, lo demostraron las puebladas de Mendoza y Chubut en defensa del agua contra el extractivismo. Mientras ellos nos dicen que no se puede, ¡nosotres junto a la clase obrera le demostramos que sí! Como lo demostraron los trabajadores del neumático rodeado de la solidaridad de trabajadores y organizaciones, siendo un duro golpe a la burguesía en general.
Nuestros cuerpos siguen siendo territorio de violencias
Pero no solo el Gobierno del Frente de Todos con Alberto, Cristina y Massa son responsables del ajuste en nuestras condiciones de trabajo y de vida; también afecta directamente los derechos de mujeres y disidencias, por eso tenemos que denunciar un ministerio de cartón, a cargo de la ministra Gómez Alcorta, que no resuelve ningún problema ante la violencia de género y la desigualdad creciente.
Exigir presupuesto real para combatir la violencia de género es urgente cuando en el país se destina menos de $40 por mujer por año. Los “grandes pasos” que este gobierno se vanagloria en haber realizado, como el Programa Acompañar, no cubre la canasta familiar y es solo por seis meses. Expresan dos caras de un mismo problema, no hay voluntad política para resolver ni lo urgente, ni lo necesario. Seguimos sin tener refugios o programas de re instalación laboral para víctimas de violencia, una justicia lenta que no actúa frente a las denuncias, pero que, si lo hace, no hay recursos para que las mujereres se independicen del violento. ¡Nos siguen matando!, ¡Seguimos exigiendo Ni Una Menos! Nosotras y nosotres no vamos a permitir seguir siendo la variable de ajuste más vulnerable.
Es necesario atacar estructuralmente las bases de la feminización de la pobreza si queremos terminar con todas las formas de violencia, y ponerle fin a todas las bases de esta sociedad patriarcal.
Hoy podríamos destinar toda la plata que va para el pago a la deuda externa, fraudulenta y usuraria, a educación, salarios, escuelas en condiciones, capacitación en ESI. En presupuesto para salud pública. Podríamos destinar esos millones de pesos en más presupuesto para asegurar métodos anticonceptivos gratuitos e insumos para aplicar la IVE en todo hospital, para garantizar realmente la Ley de Identidad de Género en cada rincón del país.
Hoy todas las variantes patronales se aprontan para discutir un presupuesto 2023 de ajuste, que contempla el recorte del presupuesto a los planes de ayuda social y a la obra pública. Recortes que van a ser un obstáculo para la aplicación efectiva de la ESI en todas las escuelas y niveles del país. Que van a seguir siendo un freno en la aplicación efectiva del cupo laboral trans y sin precarización, y la real aplicación de la Ley de VIH.
Un presupuesto que sigue contemplando subsidios y privilegios a la Curia y colegios religiosos, que como bien denuncia OLA esos privilegios se desprenden de decretos-ley establecidos en la dictadura militar y que ningún gobierno de los que se dicen democráticos modificó. Tomaremos las calles para gritar una vez más, esta vez en San Luis: ¡Iglesia y Estado asuntos separados! ¡Libres nuestros cuerpos y territorios! Frenemos el extractivismo.
La crisis del sistema capitalista a nivel mundial y el acuerdo con el FMI a nivel nacional, agudizan los planes del agro negocio, la mega minería, y el extractivismo. Estamos presenciando el remate de nuestros derechos.
El extractivismo y el patriarcado se enlazan para servir como mecanismos
complementarios de la explotación y la acumulación del capital sobre les trabajadores y las mayorías sociales. Las mujeres y disidencias, al igual que la naturaleza, somos sometidas ante una violencia tan cruel como clandestina. A nosotres nos acosan, violan y matan. A la naturaleza se la mercantiliza: el petróleo, los alimentos y ahora hasta el agua, principal fuente de vida, cotiza en la bolsa de los amos del mundo.
Para que los cuestionamientos a estas prácticas no se masifiquen, hace falta una maquinaria e ingeniería enorme, llenas de violencia. El Estado junto con la Iglesia, el Congreso, la Policía, la Justicia, los Medios de Comunicación y un sin fin de instituciones más son las garantes de objetivar y enajenar nuestros cuerpos y territorios. Son quienes nos imponen mitos y mandatos como que las tareas del cuidado son de mujeres o la provisión ilimitada de recursos en un planeta geo-físico limitado. ¿Un denominador común? para ellos, somos bienes dispuestos a ser poseídos. La tierra y la mujer se compran, se venden, se cercan y pisan.
El sistema de dominación es el mismo: el capitalismo. Colonialista, depredatorio y patriarcal. Hoy en crisis, desgarrado en contradicciones, acorralado por la marea verde feminista y ambiental que crece y crece. Defendiendo poder decidir, cómo vivir, sin morir en el intento. La defensa de nuestros derechos de género tiene unidad con la lucha contra el extractivismo.
Somos nosotras, nosotres a las que más golpea la crisis climática, al ser de los sectores más vulnerables, los efectos son más duros con nosotres. Pero también somos quienes, al calor de estas dos mareas verdes, tomamos fuerza para luchar para que ni nuestra tierra, ni nuestros cuerpos sean zonas de sacrificio.
Es por esto, que en este encuentro también queremos exigir el tratamiento y aprobación de la Ley de Humedales consensuada, que este gobierno sigue cajoneando. Y porque no somos indiferentes a la tragedia climática y humanitaria que se vive en Pakistán, y nuestro feminismo es internacionalista, queremos rodear de solidaridad al pueblo que perdió todo, y en especial a las mujeres y niñas que lo están padeciendo.
Es necesario que el Pluri sea ese espacio de coordinación de nuestras peleas, también para cuidar nuestro futuro, ya que no hay planeta B y no es algo que a los poderosos le importe, pero sí a nosotras y nosotres. Basta de falsas soluciones, organicemos nuestra lucha también al servicio de la defensa del ambiente.
Con el MST, feminismo socialista
Este encuentro puede ser histórico también por las luchas que organicemos, por eso creemos que es clave llevar estos debates a cada taller y a cada compañere, pero también va de la mano de pensar y desarrollar un programa político alternativo.
Nosotres con Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y la Red Ecosocialista, estamos en cada una de las luchas y a la vez planteamos propuestas para dar vuelta todo y terminar con el padre de todas las violencias que es el sistema capitalista, patriarcal y ecocida. La salida es un feminismo de clase, antiimperialista, anticapitalista y anticlerical, con perspectiva ambiental e internacionalista y para eso te invitamos a sumarte a construir nuestro feminismo socialista, por nuestros derechos, por la igualdad y por una vida libre de violencias.