El gobierno ajusta, por orden del FMI. Defendamos el salario y los ingresos populares
Tenemos nuevo billete de $ 2.000 y el de $ 5.000 lo frenaron para aparentar que no subieron tanto los precios. Hasta el presidente pretendió explicarnos que la inflación es «autoconstruida» y desconocer el ajuste en curso que aplica por orden del FMI. Como no pudo tapar el sol con las manos, terminó reconociendo la inflación pero dijo que «no se resuelve de un día para otro».
La inflación ha vuelto a acelerarse dejando muy atrás la promesa del Súperministro y presidenciable Sergio Massa. En realidad, apenas había bajado un puntito de su carrera loca contra los salarios e ingresos populares. Las distintas consultoras señalan que enero terminará con un índice de alrededor del 6%. La Ciudad de Buenos Aires publicó uno de 7,3% para enero y el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Bco. Central estimó una variación del 5,6% para el primer mes del año.
Se aceleraron los precios de los alimentos en la primera semana de febrero. Según el índice de precios de supermercados IPS-CESO en una sola semana los alimentos frescos subieron un 3,3%. Las frutas y verduras 4,4%, los fiambres 4,2%, los pescados y mariscos 3,9%. Los secos subieron un 2%. El premio de la corrida se lo llevó la carne. A fin de enero había subido un 30% y ahora, en una semana, subió otro 10,6%. En el índice general la consultora EcoGo habla de un rebrote semanal récord de 2,8%.
Ante la disparada, el gobierno inventa paliativos que sirven para poco o nada, como su nuevo programa de «Precios Injustos». Por ejemplo, anunció un descuento del 10% en las compras con tarjeta para la carne. ¡Subió un 40% y te descuentan un 10%! Encima los empresarios dicen que va al fracaso porque la mayoría de las carnicerías de barrio trabajan en la informalidad. Otro tanto con el tarifazo en la electricidad. Patearon para abril, junio y después de las elecciones, los aumentos de Edenor y Edesur para todos, pero mantienen la quita de subsidios para 5 millones de usuarios del nivel 1, lo que va a impactar en los precios de los productos de empresas y comercios que pagamos todos. La lista sigue y es larga. con los aumentos a los alquileres, prepagas, transporte, etc.,
Las organizaciones sociales oficialistas salieron a «controlar» que los super cumplan con los «Precios Injustos». Con poca fe, ya que en las declaraciones de sus dirigentes señalaban que ese control no solucionaba el problema de fondo. Mientras los empresarios y la derecha bramaron contra esta puesta teatral poniendo el grito en el cielo, el resultado de los pobres relevamientos es que más de la mitad de los productos no está en las góndolas y que más del 75% de los controlados por el INDEC superaron los aumentos pactados.
En la otra punta los salarios, jubilaciones, asignaciones, planes sociales, siguen bajando en términos reales. Encabezan la baja los trabajadores informales, los que pertenecen a los sectores más vulnerables, que ganan la mitad por las mismas tareas que los que están bajo convenio, no tienen obra social, ni jubilación, ni paritarias. Son alrededor de 6 millones. Sólo en el último año perdieron el 10% del poder adquisitivo de sus salarios. Mientras que en los últimos años tienen un retraso de cerca del 40% y su número crece todos los días.
Los trabajadores bajo convenio siguen registrando un atraso de más del 22% y sus actualizaciones periódicas en las paritarias no cubren lo perdido en los meses intermedios por la alta inflación mensual. Según el tributarista Nadin Argañaraz desde el 2018 perdieron el equivalente a 8 sueldos. En el caso de los empleados públicos la pérdida fue de 10 remuneraciones y de 13,3 en el caso de los informales.
A la baja en los planes sociales, que llevó a las organizaciones de la UP nuevamente a la calle este martes, se suman las jubilaciones miserables que completan una pérdida del 12% en el 2022, sin contar el paliativo de bonos discrecionales que no afectan la fórmula de movilidad.
La pérdida del poder adquisitivo de la población trabajadora es insoportable y podemos medir su dimensión si tenemos en cuenta que la Junta Interna de ATE-INDEC calcula que una familia tipo debería tener un ingreso de $320.700, sólo para tener sus necesidades básicas satisfechas.
Hay otra salida: con medidas socialistas
¡Hay que parar el aumento de los precios! Para ello hacen falta medidas de emergenciacomomparte de un programa obrero y popular, opuesto por el vértice al que está aplicando el gobierno para cumplir con las metas del FMI y mantener las super ganancias empresarias.
.Congelar todos los precios de los productos de la canasta básica y anular el IVA, comenzando por esos productos esenciales.
.Establecer un verdadero control popular a cargo de los trabajadores de la alimentación y los vecinos, que se abran los libros de las empresas para verificar sus reales costos y ganancias y se aplique con todo rigor la ley de Abastecimiento contra los que especulen.
.Otorgar un aumento inmediato de salarios básicos, jubilaciones y planes sociales, a un monto que cubra la canasta familiar que establece el de los trabajadores del INDEC, con cláusula gatillo de actualización automática.
.Romper con el FMI y los acreedores privados de la deuda. Nacionalizar la banca y el comercio exterior.
.Una reforma tributaria progresiva para que paguen fuertes impuestos los grandes empresarios y los ricachones.
.Una reforma agraria integral y terminar con la estructura monopólica en la distribución y comercialización de los alimentos.
.La nacionalización con control social de las empresas de energía y todas las privatizadas.