Mentiras, presiones, querellas. No a la campaña sionista de censura
Todo criminal busca ocultar o justificar su crimen. El sionismo no es la excepción. En todo el mundo intenta silenciar cualquier expresión de repudio a su genocidio antipalestino. Como parte de la solidaridad con Palestina, hay que enfrentar esa campaña totalitaria.
Escribe: Pablo Vasco, CADHU-MST
Un ejemplo de ese accionar antidemocrático del sionismo fue cancelarle las reservas en los hoteles Faena y Alvear de Buenos Aires al reconocido músico británico Roger Waters. Ante esa ofensiva, sindicatos estatales le ofrecieron alojamiento y nuestras diputadas Cele Fierro y Vanesa Gagliardi presentaron en la Legislatura porteña un texto en solidaridad con él. Pero hubo más: la sionista Delegación de Asociaciones Israelitas en Argentina (DAIA) pidió a la justicia que directamente cancele el recital por supuesto antisemitismo. Y la fiscal que “monitoreó” las declaraciones públicas de Waters es Andrea Scanga, la misma que actúa a favor de la DAIA en su mentirosa denuncia contra nuestro compañero Alejandro Bodart.
De todos modos, en los dos recitales vibrantes y masivos que realizó en el Monumental, Waters reiteró su apoyo a Palestina y a los derechos humanos. El público no solamente lo ovacionó, sino que también cantó y saltó contra Milei. En las entradas al estadio, en gazebos con banderas palestinas, compañeros del MST volantearon y juntaron firmas para que el gobierno nacional rompa relaciones con Israel.
Ofensiva en todo el mundo
En los Estados Unidos, por ejemplo, días atrás la Cámara baja aprobó por 234 a 188 votos una moción de censura a la diputada demócrata Rashida Tlaib, de origen palestino, quien afirmó: “No seré silenciada y no dejaré que distorsionen mis palabras… La idea de que criticar al gobierno de Israel es antisemita sienta un precedente muy peligroso, y está siendo utilizado para silenciar a diversas voces que defienden los derechos humanos”. Y, entre otros casos, a la actriz Susan Sarandon su agencia representante le cesó el contrato por criticar a Israel.
La conocida activista ambientalista sueca Greta Thunberg, que condenó la masacre israelí en Gaza, también fue censurada por ese gobierno. El ministro israelí de Educación eliminó toda referencia a ella en los planes de estudio. Y la semana pasada, en un acto en Ámsterdam, tras haber Greta invitado a hablar a una mujer palestina, un hombre trató de quitarle el micrófono.
Además, se han prohibido actos por Palestina en países como Alemania y Francia, donde también amenazaron con sacarle la personería al Colectivo Palestina Vencerá y le suspendieron las cuentas de Instagram y Twitter al Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) que publica el periódico Révolutionnaires! Y según la ministra del Interior británica, “ondear la bandera palestina puede no ser legal en determinadas situaciones”. Aun así, como ocurre en numerosos países del mundo, las marchas por Palestina son masivas.
Enfrentarlos también acá
Ante el ataque sionista, el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ) difundió una clara postura: “Esta campaña, que hipócritamente pretende igualar antisionismo a antisemitismo, ha cobrado particular virulencia en la Universidad de Buenos Aires, con calumnias de falsos ataques y amedrentamientos de parte de quienes defienden al pueblo palestino, más vandalizaciones de espacios en la Universidad. Esto también ocurre en las universidades de General Sarmiento, Cuyo, Entre Ríos, San Juan y otras del país. A su vez hay un ataque concentrado contra dirigentes y militantes de las fuerzas de izquierda -del PO, el MST e Izquierda Socialista en facultades de la UBA y en el Profesorado Joaquín V. González- y contra sindicatos combativos como Ademys o Amsafe Rosario, en el intento de acallar las voces que denuncian la barbarie sionista cada vez con más fuerza, tanto en Argentina como en el mundo.
“Dicha campaña se suma a la detención de Cristian Díaz desde hace meses; las amenazas a Myriam Bregman, Vanina Biasi, Cele Fierro, Néstor Pitrola y Gabriel Solano tras el debate presidencial, antes a Juan Carlos Giordano y Luciana Echevarría, así como el juicio de la DAIA contra Alejandro Bodart, en todos los casos por su apoyo al pueblo palestino.”1
Así es. Enfrentar la censura sionista requiere la mayor unidad de acción posible en defensa de la libertad de expresión, que es un derecho humano fundamental, y, al mismo tiempo, denunciar que el Estado de Israel se victimiza y utiliza cínicamente el Holocausto nazi de ayer para tapar su genocidio antipalestino de hoy.
1. Ver texto completo en https://periodismodeizquierda.com/emvyj-basta-de-amenazas-sionistas-a-la-solidaridad-con-el-pueblo-palestino/