Hasta sepultar la ley, el DNU y todo el plan de guerra. Paro y seguirla con plan de lucha
Las acciones del 20, los cacerolazos y la presión por abajo arrancó un paro para este 24 que no era el plan original de las centrales sindicales. Por eso mismo, hay una tarea enorme a llevar adelante para garantizarlo desde abajo. La entrada del movimiento obrero en escena será un punto importante que tonificará la lucha en contra del plan Milei, pero para poder derrotarlo será necesaria una continuidad y una determinación de profundizar las medidas hasta ganar.
Escribe: César Latorre
La brutalidad del ajuste es tan grande que cada día que pasa aumenta la temperatura del descontento social. Esta realidad pone de manifiesto la posibilidad de un paro que tenga mucha fuerza, a pesar de que la burocracia sindical no se juegue a fondo.
La génesis del paro
La exigencia de paro había tenido su primera expresión pública en el documento que se elaboró para ser leído en la plaza de mayo el día 20 de diciembre pasado. Acción que supimos articular desde distintos sectores como el plenario del sindicalismo combativo, los movimientos sociales organismos de derechos humanos, ambientales y de género, entre otros.
La movilización del 20 además desafió el megaoperativo represivo de Bullrich y su protocolo antiprotesta que buscaba amedrentar al conjunto de la población. El éxito de la jornada favoreció los cacerolazos de ese mismo día en donde se podía leer en distintos carteles y escuchar en las canciones la necesidad del paro general.
La burocracia del PJ apostaba a la negociación
Las primeras declaraciones de la CGT y algunos de los máximos burócratas gremiales fue la de que era necesario esperar, que al gobierno nuevo “había que dejarlo caminar” y ante los primeros anuncios, Omar Plaini (canillitas) aclaró: “si hay algo que es el movimiento sindical argentino es racional, responsable”.
Luego de la marcha del 20 y los cacerolazos tuvieron que sacar una iniciativa para intentar descomprimir y negociar: una concentración en la plaza tribunales para acompañar una cautelar contra el DNU. Intentaron controlar la movilización llevando solo “cuerpos orgánicos” pero la plaza estuvo desbordada con una gran presencia del espacio multisectorial independiente que alzó la bandera exigiendo el paro general activo y plan de lucha.
El logro del Paro
La burocracia sindical tuvo su reunión confederal en un contexto político que no le dejó más margen:
- Una presión enorme por abajo que le produjo elementos de desborde,
- Un espacio indepeniente con mucho peso que levantaba un programa de lucha alternativo,
- Descontento social en aumento y
- Poco margen de negociación.
Esta combinación ya está desarrollada en otras notas de este periódico aunque quisiera detenerme en el segundo punto.
Amplias franjas de trabajadores de vanguardia vieron con mucha simpatía el rol jugado por los sectores combativos y la izquierda desde el inicio del proceso de enfrentamiento al proyecto Milei el 20 de diciembre y en cada paso siguiente. Expresando un programa que empalma con estos sectores. Esta realidad ejerce una presión adicional para la burocracia que viene de una crisis muy grande por todas sus traiciones. El desprestigio y la falta de un soporte sólido que hubo de tener históricamente ya no es tal. Este fenómeno que fue el característico de los últimos años puede pasar de su fase esencialmente negativa a una positiva. Es decir, la decepción que corroe desde hace tiempo las bases de las centrales sindicales puede encontrar una alternativa clasista y combativa concreta.
En este contexto, la CGT largaba el paro con movilización para el 24 de enero, sin margen para hacer otra cosa a sabiendas de que no podrá regimentarlo como quisiera. Todavía guarda en la retina el desborde y el simbólico robo del atril en el 2017
Garantizar un fuerte paro
Es evidente que la burocracia tanto de la CGT como de las CTAs no van a impulsar hasta el final el paro y por eso mismo es clave seguir haciendo esfuerzos para prepararlo por abajo, con recorridas por los sectores de trabajo, volanteos, asambleas, debates en los grupos del trabajo y todo lo que esté a nuestro alcance.
En los gremios de la CTA en donde hay un ataque directo sobre todo con trabajadores del estado es clave fortalecer convocatorias y acciones aprovechando el paro general más global y retroalimentando las medidas del sector. Hay que seguir debatiendo la necesidad de profundizar y radicalizar las medidas en contra de los despidos, el congelamiento salarial y la quita de derechos tan brutal que ya están aplicando. Aprovechar toda la bronca que hay por abajo para desarrollar una gran acción el 24. Armar asambleas en cada lugar de trabajo para ir a un paro contundente a la vez que se siga desarrollando la exigencia de un plenario general de afiliados y no afiliados para discutir un plan de lucha escalonado. Es clave el debate, combatir el temor que infunden, la adaptación al protocolo antipiquete y las acciones testimoniales que se vienen convocando desde las direcciones de estatales.
Retomar los contactos e intentar convocatorias con docentes que están en período de receso escolar para organizar a este sector tan importante que tiene un ataque directo, pretenden declarar servicio esencial y que también se lo pretende estigmatizar con el objetivo de ganar base social en su contra.
En los gremios de la CGT convocar o exigir asambleas en cada lugar de trabajo, explicar profundamente el proyecto de Milei y el atropello que significa a los derechos laborales, salariales y democráticos de los trabajadores. Combinar esto con el planteo de reapertura de paritarias y aumentos salariales inmediatos para poder hacer frente al terrible deterioro de nuestro poder adquisitivo.
Aprovechar los espacios comunes para poder fomentar la discusión sobre todos estos temas y hacer de cada uno de esos momentos reuniones para potenciar el paro y también la perspectiva y la necesidad poner en pie un plan de lucha.
El poder de la clase obrera
El 24 entra el movimiento obrero organizado. Desde el siglo pasado que no hay una convocatoria a paro activo por parte de todas las centrales sindicales. Este dato por sí solo muestra la trascendencia que va a tener el paro y la urgencia del debate de su preparación y acción. La cultura del paro activo ya ha pasado varias generaciones de trabajadores que directamente no la han vivido. Sin embargo, esta es una enorme oportunidad para desarrollar esta experiencia masiva y colectivamente, como nuevo punto de apoyo para fortalecer la lucha y su continuidad.
El paro como acción independiente de la clase trabajadora pone en tela de juicio un problema central: quien es la clase que produce la riqueza y, por lo tanto, cual es la clase imprescindible. Este tema no es menor y por eso mismo la burocracia cómplice siempre intenta no convocarlo y la clase dominante sufre la vivencia de perder el control de su fuente de privilegios: la explotación y apropiación del trabajo ajeno.
Esta es la realidad de un paro y su fuerza inherente y deja totalmente claro que la fuerza social de la clase trabajadora es determinante. El ingreso de la clase laburante con sus métodos en la lucha por derrotar el plan de ajuste de Milei es un salto de calidad.
Es por eso mismo que el país y el oficialismo hoy está corriendo contrarreloj para intentar acelerar los tiempos del debate parlamentario para anotarse algún porotito mínimo antes de la medida de fuerza. Por más que se hagan los bravucones, la realidad es que el anuncio del paro está condicionando hasta la propia agenda del presidente.
Sin embargo, es necesario decir que la resolución de la Ley bondi, el DNU y el protocolo antiprotesta será derrotado con acciones en la calle y no en el parlamento que se encamina a pasarlo con modificaciones.
La burocracia intenta sacarse la responsabilidad de encima y subordina la acción de los trabajadores deliberadamente sobre el parlamento tratando de preparar el camino para una justificación legalista en caso de que pase. La realidad es al revés: la resolución del conflicto está en el movimiento independiente de la clase trabajadora con el acompañamiento de todos los sectores sociales y este es el hecho de donde sale la presión para todos lados.
Es altamente probable que el 24 sea un punto de inflexión importante y factiblemente marque una nueva dinámica en esta pelea abierta y en pleno desarrollo, pero por eso mismo aunque importante es un paso o una batalla más y por lo tanto toca…
Seguirla hasta ganar
Hay posibilidades de derrotar el ajuste. Las acciones que describimos más arriba desde los diez días de gobierno y ahora el ingreso de la clase obrera en escena con la existencia de un paro general a menos de dos meses de gobierno constituye una prueba de esto. Pero es una pelea abierta en donde está claro que el gobierno va a intentar llevarse todo por delante.
Por eso es necesario profundizar esta pelea hasta el final con un plan de lucha contundente, sin ambigüedades y con determinación. Con la determinación de reventar este proyecto autoritario de la libertad avanza. Es necesario seguir presionando por este rumbo y es por ello muy importante que también en este paro exista un espacio multisectorial que en unidad y bajo la consigna de “plan de lucha hasta derrotar el ajustazo de Milei y el FMI” se presente nuevamente de manera independiente.
Desde ANCLA la corriente sindical del MST vamos a poner todo nuestro esfuerzo colectivo en imprimir este rumbo y en ese camino fortalecer la perspectiva del desarrollo de una nueva dirección sindical y política para de una vez por todas terminar con esta agonía y malaria tocándole los intereses a los mismo vivos de siempre que se enriquecen a costa de nuestro trabajo y explotación.