Ni intervención imperialista ni golpistas locales. Haití: que el pueblo decida su destino
Al cierre de esta edición, el máximo tribunal de Kenya suspendió el envío de mil policías de ese país a Haití como inicio de una intervención militar y política de la ONU. La crisis haitiana se agrava con una huelga general contra la violencia, disputas entre mafias y amenazas de golpe en medio de una enorme pobreza. Reproducimos la declaración conjunta contra toda intervención imperialista en ese país, firmada por organismos de derechos humanos argentinos y organizaciones populares haitianas, así como un texto político de estas últimas.
¡No a la intervención imperialista en Haití! ¡Libre autodeterminación del pueblo haitiano!
A inicios de febrero empezaría a llegar a Haití la intervención de tropas extranjeras dispuesta por el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre pasado a instancias del imperialismo norteamericano. El primer contingente sería de 300 policías enviados por el gobierno de Kenya, pese a que en dicho país hay un fallo judicial en contra. A su vez, el 7 de febrero caduca el mandato del ilegítimo presidente interino haitiano Ariel Henry, quien solicitó la intervención militar, y se prepara una “transición” bajo el control de la ONU.
El despliegue militar por el plazo de un año, junto al dominio del régimen político de Haití por las potencias imperialistas y su “grupo central”, constituyen una ocupación e injerencia condenables. Avasallan a la vez tanto la soberanía nacional de ese sufrido país como el derecho humano del pueblo haitiano a su autodeterminación. Desde su independencia revolucionaria en 1804 Haití ha sufrido numerosas intervenciones extranjeras, que no han hecho más que agravar la miseria, la dependencia y la corrupción, incluida la MINUSTAH desde 2004 hasta 2017.
Ante esta nueva intervención militar y política imperialista, las organizaciones abajo firmantes expresamos nuestro más tajante rechazo y reafirmamos nuestra defensa incondicional del derecho elemental del pueblo trabajador de Haití a decidir libre y democráticamente su propio destino.
Primeras firmas
Haití
Renouvo Demokratik / Yves Pierre
Konbit Fanm / ROZO Nancy Marie Delcy
Fos Nasyonal pou Demokrasi (FND), Serge Jean Louis
Inyon Nasyonal Nomalyen Ayisyen (UNNOH) Josue Merilien
Asosiyasyon Ayisyano/Dominikè pou yon lòt Zile, Michel A. Leandre
Liga Etidyan Sosyalis (LES), Patricia Marie Alcide
Mouvman Rezistans Kafou Fèy / Fanel Jean St Cyr
Inisyativ Patriyòt Maryen (IPAM), Hugues Celestin
Pati Efó Solidarité Pou Knstwi Yon Alténativ Nasyonal Popile (ESKANP), Mario Coty
Komite Rezistans Popilè Benwa Batravil (KRPBB), Léon Dumontville
Renouvo Demokratik Ayiti – Lwès (RDL), Dominique G. Antoine
Rezo Oganizasyon Zòn Lwès (ROZO), Mirtha Eli
Sendika Nasyonal Plantè Yo (SNP), Eugene Dominique
Brigada Capois Lamort / Norte (BCL), Dorlus P. Bertrand
Men nan Men / Francia, Yves Descarte
Òganizasyon Peyizan Boukan Kare (OPBK), Josiane Dolcima
Latibonit Kanpe pou Ayiti (LAKAY), Garçonnet Paul Andre
Altènativ Sid / ALBA (AS/ALBA), Rodrigues Santos
Sendika Pwofesè Sen Rafayèl, Noel P. Dorlus
Asosiyasyon Monitè Alfa Pòtoprens (AMAP), Bredy Alix
Komite Rezistans Klod Anri René / Amado Lurcas
Rezo Enfòmasyon Pou Libète (REL), Lucnie Desroches
Ciudadanos comprometidos: Wilfrid Suprena, Jacques Charlemagne, Evelyne Schiluno, Magda Joseph, Yves Mensier, Erla Desrenoncourt, Yolande Laferrière, Jean Emile Fayedi, Leona Dossous.
Argentina
Nora de Cortiñas, Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora
Taty Almeida, Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora
SERPAJ (Servicio Paz y Justicia)
CADHU (Centro de Abogades por los Derechos Humanos)
APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos)
Herman@s de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia
LADH (Liga Argentina por los Derechos Humanos)
Secretaría de Derechos Humanos de la CTA Autónoma Capital
Dirección de Derechos Humanos de la CTA Autónoma Nacional
Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA Autónoma Nacional
CMM (Colectivo Memoria Militante)
CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional)
Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina
REDESDH (Red Socialista por los Derechos Humanos)
Asociación Mutual Sentimiento
EMCF (Encuentro Militante Cachito Fukman)
AEDD (Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos)
EATIP (Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial)
CAJ (Comité de Acción Jurídica)
CADEP (Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo)
PSE (Pastoral Social Evangélica)
APEL (Asociación de Profesionales en Lucha)
CEPRODH (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos)
Liberpueblo (Asociación por la Defensa de la Libertad y los Derechos del Pueblo)
Comisión Memoria Verdad y Justicia – Zona Norte
Movimiento Autoconvocado Ex Pres@s
Además de esta nueva intervención/ocupación en Haití
El caos cuidadosamente orquestado es total
Los crímenes viles cerca de la capital haitiana y en Bas Artibonite, zona estratégica para la producción nacional, aumentan a ritmo exponencial. Las bandas armadas de turno y en servicio galopan y conquistan aún más “territorios”, según la expresión utilizada por un alto funcionario de un gobierno reinante pero no mandatado por el pueblo. Los secuestros, incluyendo los secuestros extorsivos, se están convirtiendo en algo habitual en todos los rincones de la capital. El último es el de al menos siete monjas de una congregación cristiana, conocida a nivel internacional y nacional en un suburbio antes exclusivo de la principal ciudad administrativa del país, que ahora es sólo una sombra de sí misma.
Nada se mueve. Nada funciona. Moribundos y en total agonía, ciertos ministerios existen sólo de nombre. El Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo, el de la Condición de la Mujer y los Haitianos Residentes en el Exterior, entre otros.
La constatación de un fracaso socio-político total se puede leer en los rostros de todas las ciudadanas y ciudadanos preocupados que sólo buscan mejorar sus condiciones de vida para su bienestar y el de sus familias.
Y como si esta carga socio-política no fuera suficientemente pesada sobre las espaldas del pueblo haitiano, un ex soldado convertido en policía por la fuerza de las circunstancias, cómplice de lesa patria de las clases dominantes en Haití y sus secuaces extranjeros, y cómplice no arrepentido del derrocamiento de un gobierno elegido legítima y democráticamente, resurgió de repente. Y, para colmo de males y miseria, se declaró dispuesto a iniciar y liderar una revolución. La anterior, veinte años antes, no tuvo buena suerte. Y si a su historial le sumamos la detención, extradición, juicio, admisión de culpabilidad y prisión por tráfico ilícito de drogas y blanqueo de capitales, este cóctel explosivo puede causar un enorme daño a la ya devastada imagen de nuestro país en la escena política nacional e internacional.
Ante esta situación inquietante, peligrosa y desesperante que vive Haití en este preciso momento, los tutores internacionales, norteamericanos, franceses y canadienses ven por fin concretarse el mes próximo sus sueños de intervención/ocupación camuflada en países de África y del Caribe.
Estas oscuras fuerzas internacionales que inventaron, planearon y financiaron este desastre socio-político haitiano y que forman parte del infame Grupo Central tienen sólo una meta, un objetivo: marginar al pueblo haitiano tanto como sea posible, reducirlo a su más simple expresión para impedirle tomar en sus propias manos el destino de su país y mejorarlo según sus propios intereses.
Ellos alentaron los golpes sangrientos y asesinos por parte de los nacionales. Los gobiernos dictatoriales y títeres (militares y civiles) que apoyaron sin reserva alguna. Los payasos políticos (Martelli y sus sucesores Jovenel y Ariel) a quienes pusieron e impusieron en el poder con el objetivo de ahogar sus conocidas implicaciones en el despilfarro de ciertos fondos destinados a la reconstrucción del país (CIRCH, Fondos Petro Caribe). El desfile interminable de misiones de enviados especiales que llegan, observan y se van sin hablar ni ofrecer nada. El reconocimiento y la iniciativa de unir y fortalecer a las bandas armadas en Puerto Príncipe y sus alrededores. Todo esto es resultado de una estrategia de “podredumbre política” que están llevando hasta el último límite para obligar al pueblo haitiano a abdicar.
La llegada de kenianos, bahameños, jamaiquinos y otros compinches internacionales escondidos detrás de las cortinas o bajo las axilas de los imperialistas no cambiará en modo alguno la situación. Las contradicciones son demasiado profundas y los intereses en juego demasiado agudos. Sin embargo, aún no se ha dicho la verdad.
Sólo el pueblo haitiano tiene la última palabra. Por lo tanto, es deber de todos los patriotas y progresistas unirse, consultarse y aunar todos sus esfuerzos y voluntades en todo el país, en las comunidades rurales, comunales y urbanas, los sindicatos obreros y campesinos, los movimientos estudiantiles, las organizaciones de mujeres y de defensores de los derechos, para asumir las reivindicaciones y los deseos del pueblo haitiano, y apoyarlo en su resistencia más que secular al oprobio y a la infamia en su búsqueda para conquistar el poder.
Sólo así el pueblo haitiano, en una amplia unidad, comenzará a escribir un capítulo más de su historia ya atormentada, mediante la aplicación y ejecución de un gran proyecto nacional que pondrá fin a toda forma de injerencia, venga de donde venga, y toda forma de intervención u ocupación militar directa o encubierta.
¡Viva el pueblo haitiano unido! ¡Viva un proyecto nacional unificador!
Puerto Príncipe, 23/1/24