Milei y Pettovello atacan a los más pobres. Los vamos a enfrentar en las calles
El gobierno nacional del presidente Milei y la ministra de Capital (in)Humano, Pettovello, anunciaron dos nuevas medidas como parte de su programa de ataque brutal y exterminio de los sectores más empobrecidos del país. Por un lado quieren liquidar el plan Potenciar Trabajo con un nuevo verso de “capacitaciones” y “mejoras” para “volver al trabajo” y por otro desenganchar el monto de los planes del Salario Mínimo Vital y Móvil, para dejarlo congelado en la cifra miserable de $78.000. Y desde hace tres meses los más de 50.000 comedores populares que funcionan en los barrios más pobres del país, no reciben ni un paquete de arroz, como ya denunció la propia Iglesia y hasta el Papa. A este brutal ataque a la vida de millones de personas lo vamos a enfrentar en las calles.
Escribe: Mónica Sulle. Coordinadora nacional del MST Teresa Vive
El ataque a los sectores más empobrecidos de la sociedad ya había comenzado con el gobierno de Alberto Fernández, con Massa como ministro de Economía y una ministra de Desarrollo Social que impulsó una política de acoso y persecución a las organizaciones sociales. Antes de irse del gobierno, Massa firmó un decreto que le dejó allanado el camino a los planes siniestros de Milei, al proponer traspasar el Programa Potenciar Trabajo a la órbita del Ministerio de Trabajo, para empezar su liquidación. Ese plan denominado pomposamente “volver a trabajar” ya había tenido un fracaso en el gobierno de Macri. Con palabras bonitas como “Puente” o “Empalme”, los distintos gobiernos esconden que lo único que no quieren es lo que reclaman millones de compañeras y compañeros en todo el país, y defendemos desde los movimientos sociales: queremos trabajo genuino, en blanco, con salarios dignos y con los mismos derechos que el resto de los trabajadores. Pero no, ellos quieren hacernos trabajar casi gratis, en negro y con condiciones de explotación, para que ayudemos a bajar los salarios del resto de los trabajadores.
Basta de mentiras! Los movimientos existimos mucho antes que los planes y programas sociales
El gobierno de Milei está desarrollando un brutal ataque a todos los trabajadores y sectores populares del país. Mientras una inflación gigante se devora los ingresos y hace que llegar a fin de mes sea cada vez más imposible, elimina la Obra Pública, deja en la calle a miles de obreros de la construcción, se paraliza ACINDAR, la principal industria de acero del país, despide trabajadores de empresas del Estado y anuncia la privatización y el ajuste de los ferrocarriles, de Aerolíneas Argentinas y muchas otras empresas, vuelven a mentir diciendo que al mismo tiempo que cientos de miles de trabajadores quedan en la calle, los beneficiarios de planes sociales vamos a conseguir trabajo.
Para hacer pasar esta política de exterminio a los sectores más empobrecidos del país, Milei dirige su ataque a las organizaciones sociales, acusándonos de ser “intermediarios” o “gerentes de la pobreza”. Una nueva mentira más. Los movimientos sociales y territoriales en la Argentina existimos desde mucho antes de que haya “programas o planes sociales”. Los movimientos sociales fuimos la forma de organización que en los años 90 encontraron los luchadores fogoneros de Cutral Có y Plaza Huincul en Neuquèn o los trabajadores de Gral. Mosconi en Salta, en su gran mayoría ex obreros y trabajadores de YPF y otras empresas que fueron privatizadas y destruídas por el gobierno de Menem, para encabezar sus luchas por trabajo genuino. No existían los planes sociales y ya había movimientos en todo el país. Y comenzaron a llamarse “piqueteros” porque el corte de ruta y el piquete fueron sus primeras medidas de lucha en un país que se derrumbaba.
De la mano de De la Rúa y su ministro Cavallo, que hundieron el país, los movimientos crecieron y se desarrollaron, porque el hambre azotaba los barrios, cientos de miles de compañeros y compañeras perdían sus trabajos, mientras la clase media perdía sus ahorros y ahí surgió ese grito de guerra que sacudió las calles del país: “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Milei dice que Menem fue el mejor gobierno de la historia y Cavallo el mejor ministro de Economía. Milei habla y miente cada dos palabras. Los movimientos sociales en Argentina fuimos y somos vanguardia en la lucha para poder comer, mientras gobiernos de distintos signo político reventaron el país y a los trabajadores y sectores más pobres. Fuimos los que logramos que en los barrios populares llegue un plato de comida, los que levantamos miles de comedores, merenderos y copas de leche en todo el país, mientras desde el Estado se robaban la Argentina y se la regalaban al FMI. Fuimos los que organizamos los barrios para que los más castigados por las políticas de ajuste, no desaparezcan del mapa. Somos los que peleamos a nuestros pibes en los barrios para que no caigan en bandas narcos. Esa es la única verdad!
La organización es el único camino para seguir la lucha por trabajo genuino y no morirnos de hambre
En los últimos años, las llamadas “Unidades de Gestión”, fueron el mecanismo que propusieron desde los gobiernos para organizar el trabajo en los barrios y comedores de las compañeras y compañeros. Pero esos mismos gobiernos trabajaron para destruir las “Unidades de Gestión” sin darles subsidios para comprar herramientas ni insumos para funcionar. Reduciendo la ayuda social y la comida para comedores y merenderos. Milei y su gobierno hablan del fracaso de las “Unidades de Gestión” pero somos las organizaciones, sin ninguna ayuda del Estado, las que las sostenemos para poder comer y seguir haciendo las capacitaciones.
Hoy vivimos en una Argentina donde más del 60% de la población vive bajo la línea de pobreza, donde comer dos veces al día es un lujo, donde conseguir una changa es una lotería y en esa situación, el gobierno nacional quiere avanzar contra los sectores más débiles. Recortar la comida, recortar la ayuda social, es parte del “ajuste”, es parte de las políticas del FMI que se deciden en EEUU y Milei aplica en Argentina. Por eso desde su llegada al gobierno arrancó liquidando el Ministerio de Desarrollo Social y lo transformó en una Secretaría de Niñez y Familia. Liquidó los ministerios de Trabajo, de Cultura y Educación y el de Mujer. Y a todos los puso bajo la bota de Sandra Pettovello, una mujer antiderechos del círculo íntimo de Milei, que odia a los pobres y su único objetivo es liquidar toda la ayuda social y exterminar a los más débiles de la sociedad. Mientas Pablo de la Torre, otro amigo de Milei y hermano del intendente de San Miguel, dirige una fantasmal Secretaría de Niñez y Familia, a la que no destina ni un gramo de alimentos desde que asumió. Desde noviembre, bajo el gobierno de Fernández-Massa, no llega nada de comida a los comedores. Y en estos tres meses de Milei eso continúa y se profundiza. El hambre no espera y nos obliga a luchar para poder vivir.
El mes de marzo hubo más de 30.000 bajas de planes sociales. Y antes hubo otras 100.000. Acusan de viajar al exterior a compañeras que nunca fueron ni a Chascomús, acusan de comprar dólares a gente que ni los conoce. Los canales de televisión amigos del gobierno usan algunos casos aislados para hacer campañas contra los millones que reciben ayuda social para poder vivir y contra las organizaciones. Quieren liquidar las organizaciones para poder pasarle a la gente por arriba sin nadie que los defienda. Pero no van a lograrlo. Ya nos habíamos agrupado decenas de organizaciones sociales en todo el país, y ahora para enfrentar los ataques de Milei nos hemos unido con muchas otras organizaciones que a lo largo y ancho de toda la Argentina somos las que mantenemos con nuestro esfuerzo los comedores populares, somos los que actuamos en la pandemia organizando los barrios para cuidar a los vecinos y acercar un plato de comida. La sociedad, a la que habían logrado poner en contra de los más pobres, también se sumerge en la pobreza y empiezan muestras de simpatía con nuestra lucha. En los próximos días, las calles, rutas y accesos de todo el país van a ser testigos de una lucha nacional para poder comer, para mantener la ayuda social, para denunciar el verso de que van a dar trabajo en un país donde lo único que crece son los despidos y suspensiones. El hambre no espera y nuestra lucha tampoco. Si seguimos unidos, si seguimos organizados, si en cada barrio hacemos asambleas y decidimos entre todos, vamos a enfrentar y derrotar los planes de Milei.