Cruce de caminos en la UBA
Escriben: Agus Romero y Mica Escobar – Juventud Socialista MST
Las imágenes de la potente marcha del 23A aún quedan marcadas. Se calcula más del millón de personas a nivel nacional y en CABA alrededor de 800 mil. Un capítulo histórico fruto de semanas de protestas y organización en cada facultad. Se realizaron vigilias luego de masivas asambleas interclaustros, abrazos y clases públicas en Psico, Filo, Sociales, FADU y Exactas. Acciones clave que involucraron a miles de activistas a defender la universidad y el CONICET.
Autoconvocadxs y la izquierda batallamos contra la burocracia de la Franja Morada y el peronismo que fueron claros en sus posiciones programáticas limitadas solo al presupuesto universitario. Pero la realidad es que todo el proceso de lucha y organización contra el desfinanciamiento se dió en la víspera de la votación de la nueva Ley de Bases. Desde la izquierda sosteníamos que para que la lucha creciera necesitábamos rechazar de conjunto el plan de Milei, articulando con el resto de los sectores en lucha, convocando, rechazando la nueva Ley de Bases y sin limitar el plan de lucha para el 23. El peronismo y el radicalismo, dirigidos por rectorado y decanatos confrontaron en cada asamblea con este planteo.
Las posiciones de las conducciones se cristalizaron ante la votación de la ley: la UCR la avaló con sus diputados y el peronismo, más allá de rechazar de palabra, no convocó a movilizar y enfrentar esta quita de derechos. Solo hace falta imaginar los efectos que hubiera tenido la magnitud de otro 23A frente al Congreso para frenar la ley y las temibles facultades delegadas: impasse para el gobierno.
Negociadores seriales
Post marcha federal, el CIN y sus rectores (otra vez, radicales y peronistas, empezando por el tándem Gelpi-Yacobitti) se reunieron con Petovello y Torrendell. La propuesta del gobierno en esa reunión fue: NADA. Al salir las autoridades redactaron un comunicado: ¿Plan de lucha? ¿Denuncia al gobierno? No. Reivindicaron con bombos y platillos la vocación de «diálogo del gobierno». Nefasto.
Desde el MST ya habíamos alertado que los rectores avalan el ajuste y su preocupación es por su caja chica, por ende podían traicionar. Por eso, propusimos movilizar a Pizzurno para denunciar. Lamentablemente ninguna organización -incluyendo la izquierda- acompañó esta propuesta. La FUBA (UCR) y las conducciones de la mayoría de los centros (UCR y PJ), como el rector, los decanos y las conducciones sindicales, son parte de los partidos que vienen de votarle la Ley de Bases al gobierno, comparten parte del programa de Milei. Saben que de desarrollarse la movilización estudiantil, más temprano que tarde, esa organización se quitará de encima a estas conducciones cómplices y solidarias del plan motosierra. Es decir, el gobierno desguaza la educación pero con estos capitanes, el barco termina como el Titanic.
Basta de vueltas, ahora es cuando
Lxs autocovonvocadxs son un reflejo del cuestionamiento de lxs estudiantes no agrupadxs a las direcciones estudiantiles y a sus métodos burocráticos. Tenemos que apostar a la máxima unidad de acción para superar a los traidores que encabezan nuestros centros y federaciones masificando los espacios asamblearios, sin imposiciones y con un intercambio que vaya desde el balance y el debate a la acción.
Desde nuestra organización pronosticamos una Marcha Federal inmensa pero alertamos con justa razón que las conducciones apuestan a cabildear más que desarrollar la lucha desde abajo hasta ganar. Por eso, si el movimiento no construye una conducción alternativa a Gelpi-Yacobitti, la FUA y la FUBA, todo el potencial desplegado se va a ir evaporando y el gobierno puede derrotarnos.
La marcha marcó el camino, tanto que el poder político y económico movió todos los hilos para acelerar las votaciones y las negociaciones. Pero el movimiento estudiantil dio ejemplo y confirmó que hay fuerza, por eso la articulación y la coordinación es de carácter urgente. Necesitamos construir una gran Asamblea Interfacultades, con todos los claustros, docentes, no docentes, estudiantes y científicxs en Plaza de Mayo o en Congreso, que motorice toda la fuerza de la marcha federal para enfrentar la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado, prepare un gran Paro General el 9 de mayo y que vaya a fondo hasta conseguir el presupuesto universitario y todas las demandas de la comunidad educativa. Hacerlo posterior a estas dos instancias claves como proponen algunos compañeros de izquierda y el kirchnerismo, es no aprovechar la fuerza que tenemos y puede ser ya demasiado tarde.