Movilizar cuando se trate en el Senado. Una ley para los ricos, contra los trabajadores
Haciendo referencia a su nombre, esta “Ley” es una “Base” para limpiar derechos sociales y favorecer a los ricachones y al FMI. No hay ni una medida que beneficie a los trabajadores y sectores populares, por eso la rechazamos, pese a que la CGT y las CTA no movilizaron para impedir que pase. Destacamos acá los puntos más nefastos, exigiendo el paro y movilización cuando la traten en el Senado para impedir que sea ley.
• Reforma Laboral: extiende los períodos de “prueba”, elimina las multas a las empresas por tener trabajadores no registrados por lo que podrán mantener el trabajo precario sin consecuencias, elimina la posibilidad a ser reinstalado por la justicia ante un despido discriminatorio por actividad sindical, de género o ideológica, ataca las indemnizaciones por despidos, las patronales podrán tener trabajadores fuera de convenio, sin responsabilidad al contratar tercerizadas con la figura de “colaborador”, es decir, que tengan hasta 5 trabajadores sin relación de dependencia, sin jornada laboral ni licencias, nada. Es parte de la transa de la CGT, a cambio de salvar la caja sindical, manteniendo la cuota “solidaria” compulsiva.
• Más ajuste previsional: elimina la moratoria vigente, lo que implica en los hechos, aumentar la edad para jubilarse a los 65 años al 90% de las mujeres y al 70% de varones, quienes no podrán cobrar una jubilación, sino solo acceder a una Prestación de Retiro bastante menor, cobrando un 20% menos que una jubilación mínima, un bono a la ancianidad…
• Reforma del Estado: con la idea fija liberfacha de “reducir la estructura estatal, disminuir el déficit y equilibrar las cuentas públicas”, ajustan para pagar la estafa de la deuda, al poder eliminar funciones y hasta cerrar organismos públicos, con lo que se ataca a trabajadores del Estado, de la cultura y la ciencia. El artículo 3 abre a la disolución total o parcial de casi 100 organismos públicos, donde solo 14 son exceptuados, aunque no de una reestructuración casi total, como el INCAA, CONICET, INTA, el Malbrán, INCUCAI, ANMAT, ENACOM o la CONAE, que no podrán “disolver”, pero sí quitarles funciones y transformar su estructura, con miles de trabajadores en la calle.
Atacan también la estabilidad laboral de las y los estatales para poder despedir, al pasar a disponibilidad por un año a quién afecten con la reestructuración, el cambio de funciones o la supresión de organismos públicos y luego poder echarlos, algo inconstitucional al chocar con el Art. 14 bis. También pueden disponer su “movilidad” de una dependencia a otra, incluso fuera de la provincia, con traslados compulsivos por un año como apriete a quien no responda al gobierno. Dispone las jubilaciones compulsivas, modifica las sanciones y causas de cesantías y ataca el derecho de huelga, al fijar como norma el descuento por los días de paros.
• Fondos fiduciarios públicos: habilitan a liquidar fondos como el que asiste a víctimas de trata, entre los que están también el Procrear, con créditos para viviendas o para urbanizar barrios populares, las becas Progresar a estudiantes, para la compra de garrafas, combatir incendios forestales, proteger bosques nativos o hacer obras viales y ferroviarias. En una transa espuria, los gobernadores lo aceptan si esos fondos se reparten vía coparticipación, un escándalo.
• Ley de Hidrocarburos, al gas y la electricidad: las modifican para garantizar a las petroleras el saqueo de los hidrocarburos. La “emergencia” energética habilita también mayores tarifazos. Esta ley, escrita por los holdings del petróleo y el gas, los habilita a hacer lo que quieran, exportar o importar libremente, sin garantizar el consumo interno, pueden poner el precio que quieran, en concesiones de 25 a 30 años y más. Incluso les asegura a las petroleras toda área de exploración y explotación a futuro, entre otros puntos para rematar nuestros bienes comunes y estratégicos, con mayor facilidad para afectar el medioambiente al propiciar la megaminería, el fracking y el extractivismo.
• Beneficios a “inversores” extranjeros: el RIGI, Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, da fuertes incentivos tributarios y aduaneros, beneficios cambiarios y de todo tipo a las corporaciones con “inversiones” de U$S 200 millones. Es tan entreguista que legisladores “dialoguistas” pidieron bajar ese piso para que no se beneficien solo empresarios extranjeros. No cuestionan esas prebendas, solo que no dejen afuera los “inversores locales”, como buenos empleados del capital, cada uno defiende a su patrón.
• Procedimiento administrativo: son reformas para dar “mayor eficiencia y eficacia” a la actividad privada, lo que liberaría a los “argentinos de bien” de las cadenas del colectivismo socialista, pero solo buscan montar una estructura administrativa y de negocios que sirva a los pocos vivos capitalistas para los que este gobierno trabaja.
• Paquete fiscal regresivo: reinstalan el impuesto al salario a más de 1 millón de trabajadores, mientras dan todo tipo de facilidades impositivas y condonan deudas a los grandes capitalistas. Como el blanqueo de capitales, el más favorable de la historia para los ricachones que fugan, el 1% de la población, en un país donde Milei trata de “héroe” al que fuga, a la par de permitir lavar plata del narcotráfico y la corrupción. Con rebajas en el impuesto a los Bienes Personales, más una moratoria a los grandes deudores y evasores, en un paquete fiscal de mayor regresividad tributaria al incluir la suba en lo que pagan monotributistas y autónomos.
• Liquidar la obra pública: el gobierno nacional podrá renegociar o rescindir los contratos de obra pública o de provisión de bienes y servicios. Lo que ya implica menos viviendas, escuelas, hospitales, rutas, puentes, canales y el despido de 100 mil trabajadores, como denunció la Cámara Argentina de la Construcción, mientras la UOCRA alerta que son más.
En definitiva, una media sanción para una ley más acotada, pero pérfida. Debemos movilizar y exigir el paro cuando la trate el Senado. Porque hay fuerza para decir: Basta de Milei, su ajuste y represión.