Todos peleados, hasta Máximo y Kicillof. El PJ no es salida ni con elección interna

El PJ no logra recuperarse de la derrota sufrida a manos de un exponente de la ultraderecha vernácula como Milei. Peleados y sin conducción, con la disputa bonaerense entre Máximo, Cristina y Kicillof. Para safar llaman a elecciones internas para el 17 de noviembre. Pero ¿hay salida en reorganizar al PJ o necesitamos hacer algo nuevo, con la izquierda y los luchadores?

Escribe: Francisco Torres

Antes de asumir, Milei tenía en el Congreso solo un bloque de dos diputados nacionales, electos un par de años antes, quienes hoy son el presidente y la vice del país ¿Cómo fue esto posible? El desastre del gobierno anterior con Massa, Alberto y Cristina que dijeron volver “para ser mejores”, pero hundieron el país en la pobreza y atado a la estafa de la deuda con el FMI, les allanó el camino y terminó abriendo la puerta al rejunte de librefachos y derechozos de todo pelaje.

Apalancado por la corporación mediática y los grupos capitalistas que hoy facturan en su gobierno, Milei pudo captar el voto de una importante franja de desencantados con Macri, pero también con el gobierno del PJ, al que no se quiere volver. Se asentó en el cuento de que el ajuste lo pagaría la casta.

Pero como aflora el malestar, expresado en movilizaciones multitudinarias que no se veían hace mucho, con un parazo nacional el 9 de mayo, el segundo en estos meses y el más grande en décadas, hasta Cristina al homenajear al padre Mujica, se preguntó “¿cómo puede ser posible que haya gente que apoya estas cosas?”.

Claro que lo dijo sin esbozar alguna reflexión autocrítica ni asumir responsabilidad en que, luego de sus dos presidencias, ganara Macri. Y que después de gobernar con Alberto y Massa, ganara Milei. Así solo suma a la idea difundida por el PJ de que la responsabilidad estaría en la gente. Cuando es la dirigencia del PJ la que sepultó aquello de “combatir al capital” y arrió las banderas peronistas de justicia social, independencia económica y soberanía política.

El PJ se transformó en un pilar del régimen de alternancia, en esta democracia burguesa para ricos, al servicio del FMI y el saqueo. Más allá de diferencias en los ritmos, métodos, formas y sectores de poder a quienes aspiran responder.

Argentinazo, crisis del PJ y fragmentación política

Por la crisis de representación y la fragmentación política luego del 2001, se pasó del bipartidismo PJ-UCR a la alternancia de dos coaliciones de partidos. Y asistamos al intento de un nuevo realineamiento, después de liquidarse Juntos por el Cambio, así como las transformaciones del PJ en sus alianzas, ya como Frente para la Victoria, luego Unidad Ciudadana y ahora Unión por la Patria.

Al sostenerse como puntal del capitalismo semicolonial y decadente al que llevaron el país en las cuatro décadas de retorno democrático, y defraudar a millones, los últimos gobiernos del PJ terminan derrotados por variantes de derecha y ultraderecha, al haber aplicado esa agenda derechosa.

Ese fracaso, que millones viven como estafa, no se resuelve con “hacer docencia” como dice Cristina, prometiendo que “las cosas van a cambiar”, para acumular la bronca con Milei y capitalizarlo en el 2025. Ni como dice Pablo Moyano, al prometer ahora que movilizarán al Senado para que “de una vez por todas se caiga” la Ley Bases, sin reconocer que ni la CGT ni las CTA ni los gremios y movimientos sociales que responden al PJ movieron para impedirlo cuando se votó en Diputados.

Con una media sanción que Milei logró gracias al voto cómplice del PRO, la UCR, Pichetto, Stolbizer, Carrió y gobernadores provinciales, pero también del PJ como Llaryora de Córdoba, Sáenz de Salta y Jaldo de Tucumán. Con mayor complicidad ante ese “nuevo estatuto de coloniaje, versión siglo XXI” que denunció Cristina por el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversores) que pudo aprobarse gracias al voto cómplice de 6 diputados del PJ de Catamarca y San Juan.

Tampoco se resuelve con política de Grabois de justificar a la podrida burocracia de la CGT al no movilizar cuando se votó la Ley Bases en Diputados. No se trata de “hacer escandaletes y discutir quién es más combativo” como dice Grabois, sino que ese día -como dijo en sus redes-, fue “otra jornada infame en la historia argentina. Ganaron las corporaciones transnacionales, ganaron las elites privilegiadas, perdieron las mayorías populares”.

Un desastre que ocurrió porque la bancada del PJ hacía “encendidos” discursos contra la Ley Bases dentro del Congreso, pero no movieron nada afuera en las calles. La CGT y las CTA se negaron a parar y movilizar para rodear el Congreso, con un millón de personas como está planteado. Tampoco movió el Frente Patria Grande de Grabois y la resistencia quedó en manos de la izquierda, una vez más.

Rodear el Congreso cuando la Ley Bases se trate en el Senado

Ahora ante la presión social y para lavar culpas, hasta el PJ nacional resolvió movilizar cuando la trate el Senado. Pero si llevamos más de 5 meses del ajuste brutal de Milei y el FMI junto a los distintos gobernadores, es por responsabilidad del PJ y las burocracias sindicales que le responden. Porque no buscan derrotarlo a Milei y su ajuste, sino desgastarlo para capitalizar electoralmente después.

Es que el peronismo es también capitalista, por eso Cristina insiste en responder al imaginario que los asocia con la “izquierda” o el “socialismo”. Repitiendo la falacia de un supuesto capitalismo de “rostro humano”, cuando solo trae miseria, ajuste, represión, guerra y saqueo.

Lo hace dentro de un PJ sacudido por la interna entre La Cámpora y Kicillof, con CFK haciendo un acto en junto a Mayra Mendoza para dejar claro que banca a su hijo. Al que Kicillof tildó de “vago que se esconde en la pollera de Cristina”. Mientras Máximo critica a los intendentes que se alinean con el gobernador en su lanzamiento del Frente Patria y Futuro, diciendo que “se agarran de Néstor y Cristina para ganar intendencias y después la desconocen”.

En definitva, el PJ no va más, es una bolsa de gatos que ya ni se reproducen como decía el General para justificar las internas. En el último congreso nacional realizado en marzo, solo pudieron aceptar la “licencia” de Alberto Fernández como presidente. Fue tan pobre la concurrencia, con apenas la mitad de los congresales y tantas las internas, que no pudieron resolver siquiera quiénes integrarían la Comisión de Acción Política.

En medio de esa crisis y descomposición, Insfrán insiste en sumar a los que están fuera, como el PJ cordobés, Pichetto, Guillermo Moreno o un Berni que se fotografía con Scioli en Bariloche y lo defiende como “compañero”. Aspiran a que vuelvan al redil para lograr un PJ más competitivo de cara al 2025. Pero nada bueno vendrá para la clase trabajadora y el pueblo de ese rejunte de quienes solo quieren mantener sus privilegios y gobernar para los de arriba y el Fondo.

Es la hora de lo nuevo, junto a la izquierda

Debemos luchar por salir del gobierno de Milei, pero sin volver hacia atrás, sin caer en nuevas y reiteradas frustraciones. Porque el PJ no va más ni tampoco va más la política de “tragar sapos” y dar pelea desde adentro con la excusa de “acumular” para “enfrentar a la derecha”.

Porque al PJ lo conduce la derecha. Antes con Menem, al que Milei reivindica como el mejor presidente. Y más reciente con el “dedo” de Cristina que ungió a Alberto Fernández como presidente y luego al ajustador Massa, amigo de la Embajada yanqui.
En ese marco la actual disputa entre Máximo y Kicillof no es de proyecto, sino de “lapicera”. Por ver quién la maneja para ubicar más “tropa propia” en las listas de 2025, pensando en las generales de 2027.

No disputan por cómo luchar mejor para decir: basta de Milei, su ajuste, entrega y represión. Por eso Kicillof ajusta a las maestras, enfermeras, estatales y profesionales de la salud, argumentando que “no hay plata” porque se la niega el gobierno nacional.

Con los miles de luchadores, jóvenes y trabajadores decepcionados con el PJ, que ponen el cuerpo en las calles contra el gobierno liberfacho, activistas sociambientales, de género y la diversidad, intelectuales e independientes de izquierda, proponemos convocar a un gran Congreso Abierto del Frente de Izquierda Unidad. Un evento democrático y de lucha, que organice a decenas de miles para plantar una alternativa que solo la izquierda puede abrir e impulsar.