Mar del Plata no está tan feliz
El viernes 13, Mar del Plata fue escenario del ajuste antipopular que lleva adelante el gobierno nacional, en este caso de la mano del intendente Gustavo Pulti (Acción Marplatense). El jueves 19, el centro de la ciudad es un caos por el conflicto ante 120 despidos en el transporte urbano.
Las sesiones del Concejo Deliberante se venían haciendo los jueves. Los medios locales informaron que el viernes 13 habría dos sesiones extraordinarias. En una, aprobarían el Presupuesto 2012 y un aumento de tasas, y en otra, enseguida, un paquete que incluía «otorgar facultades al Ejecutivo para responder a un pedido del empresariado del transporte de actualizar las tarifas»… ¡en plenas vacaciones de enero!
Un día de bronca
Varias organizaciones de izquierda actuamos en unidad y logramos entrar al Consejo antes de las 10 hs. Luego se acercaron a la puerta del municipio trabajadores de la pesca de FETIA-CTA, que fueron reprimidos con balas de goma y rociados con gas pimienta al intentar entrar, mientras detrás de ellos se quedaban mirando la JP y La Cámpora. Adentro volaron sillas y se oyó «que entren todos, la puta que lo parió». Una puerta lateral tuvo que ser abierta para dejar pasar a los trabajadores y también entraron las organizaciones que estaban afuera. La sesión pasó a cuarto intermedio.
Después llegaron los recolectores de residuos, que piden una mejora para 20 compañeros. Por haber tomado una medida, el municipio amenaza con una sanción de $ 250.000 que sin duda les harán pagar a los trabajadores. Con bolsas de basura, montaron fogatas en las esquinas del municipio. Pese al intento de sesionar, al presidente del Concejo le tiemblan las manos ante los reclamos…
Por la tarde, los trabajadores fileteros logran un acuerdo y se retiran del recinto. Las agrupaciones K lo harían una vez que sus concejales, junto al resto de la oposición, dieran una conferencia de prensa diciendo que «no avalarían una sesión realizada con represión a los trabajadores». A Acción Marplatense se le cerraban todas las salidas. Pese a tener mayoría, querían sesionar con al menos un concejal “opositor”: aunque estuvo en la conferencia de prensa, el duhaldista Alcolea les hizo el juego.
El rol del kirchnerismo
Mostrándose como opositores al ajuste, los K intentan postular a su ex candidato a intendente: Cheppi, surgido de la interna del FpV. Por eso la «gloriosa» JP sólo hizo el aguante hasta las 17 hs e incluso durante los momentos de represión actuó para que desde los balcones no defendamos a los fileteros. Siempre se mantuvieron en la tribuna del público y nunca se jugaron a impedir el aumento de tasas y de boleto, haciendo sólo una demostración de fuerza. Pulti no se pondrá la camiseta de la JP, pero es un fiel aliado al kirchnerismo: igual que Carlos Menem en La Rioja, su lista fue pegada a la del FpV.
Los medios de comunicación, pro gobierno municipal y nacional, informaron que se «aprobó el aumento». Jugaron un triste papel, difundiendo una mentira para favorecer al intendente.
El debate sobre qué hacer
Lamentablemente, la Federación Universitaria Marplatense (PS, GEN, Libres del Sur y PCR) volvió a faltar a una lucha que la afecta, ya que se intentaba aumentar el boleto. La Franja Morada, PS y GEN, que dirigen centros de estudiantes universitarios ni siquiera salieron a la calle.
Desde el MST siempre planteamos la necesidad de suspender las dos sesiones. Al boletazo nos opusimos todos, pero la mayor parte de las organizaciones resolvió dejar sesionar el paquete que incluía el impuestazo. Al final, ese paquete se aprobó.
No alcanza con hacer conferencias de prensa para contestar las mentiras oficiales. Hay que llamar a ampliar el repudio al tarifazo, exigir que los concejales opositores realmente lo sean, pidan anular el aumento votado en esa sesión irregular y se llame a una consulta popular. Es preciso rechazar también cualquier intento de criminalizar a quienes impedimos la sesión, como amenaza Ciano, presidente del Concejo. Ahora, el duro conflicto de los choferes contra los 120 despidos, suma bronca como para preparar una gran movilización unitaria, por qué no con cacerolas.
Corresponsal