Persecución, censura y ajuste, la hoja de ruta de Rajoy y el régimen

Anna Gabriel fue diputada y es una compañera de la CUP. Como no se presentó a la citación del Tribunal Supremo y pedirá asilo político en Suiza, el juez Pablo Llarena dictó una orden internacional de detención.
Con Gabriel ya hay dirigentes exiliados, detenidos y/o perseguidos de ERC, JxCAT, ANC, Omnium y la CUP. También se cursaron citaciones a declarar a integrantes de los CDR. Las acusaciones preferidas son fomentar el odio contra España y la corona, rebelión, sedición y malversación de fondos, a partir de la participación en el Referéndum del 1-O.
José Miguel Arenas Beltrán, “Valtonyc”, es autor y rapero mallorquí. El Tribunal Supremo le confirmó la condena a tres años y medio de cárcel por “enaltecimiento al terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona y amenazas”.
Pablo Rivadulla, conocido como Pablo Hasél, también es rapero. El Tribunal Supremo le dio dos años y medio de prisión por “enaltecer a ETA e injuriar al Rey”, lo enjuiciaron por publicar comentarios “ofensivos” en Twitter y aparecer en YouTube insultando a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.
La Galería de Arte Iffema, retiró una muestra de fotografías denominada “Presos políticos en la España contemporánea”, de Santiago Sierra. Entre las fotos expuestas se encontraba la imagen de Oriol Junqueras y otros independentistas catalanes presos, lo que implica una clara muestra de censura.


Los casos son distintos. Las motivaciones son distintas. Los canales son distintos. Pero los iguala el ataque del régimen constitucional del ´78 a todos aquellos que opinan y actúan distinto. Con la excusa del terrorismo, la rebelión y el independentismo, y más aún con la aplicación del 155 Mariano Rajoy y sus socios, están avanzando en el recorte de libertades democráticas y derechos políticos elementales.
La libertad de opinión, creación y expresión artística están siendo vulneradas. Siendo reemplazadas por la persecución política y cultural, una de cuyas expresiones más graves es el intento de liquidar la inmersión lingüística.
El blanco preferido son los dirigentes y activistas de la República Catalana. Pero no son los únicos, el avance sobre las libertades democráticas afecta al conjunto de los trabajadores y el pueblo español. Los cañones del PP ya apuntan también en dirección del movimiento de mujeres, por eso declararon: “la huelga convocada el 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer es insolidaria” y “elitista”, lo cual es el preludio de la disputa que se viene por hacer respetar los derechos de las mujeres y la libertad de expresarse.
La coerción tiene el objetivo de mantener el control social en el marco de una mala situación económica, en la que el poder central avanza sobre las finanzas autonómicas, los salarios no alcanzan, los precios de los comestibles y los alquileres suben, es grave la pobreza infantil, el paro no se supera y la precariedad laboral gana terreno.
El PP y sus cómplices cierran filas para favorecer los intereses de los ricos y las grandes patronales, a costa que los trabajadores y el pueblo paguen los platos rotos de la crisis que otros generaron.
Más que nunca, hay que exigir la libertad de los presos políticos, el cese de la persecución y la anulación de todas las causas arbitrarias que surgen de los poderes del Estado Español.
Recortes de derechos políticos, culturales, sociales y corrupción, son el sello distintito del Gobierno de Rajoy al que es necesario enfrentar luchando.