La CGT barrió el paro… Debajo de la alfombra
#PresupuestoDelAjuste es el mote evidente para la «ley de leyes» que define los lineamientos del Gobierno nacional para llegar al déficit fiscal del 0% que se propuso la gestión de Mauricio Macri para el año que viene en el contexto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El PJ en todos sus colores aportó el quórum y los votos para darle media sanción en Diputados el 24 de octubre y planea jugar el mismo rol macabro para aprobarlo en Senadores el 14 de noviembre para llegar al G20 con las tareas hechas.
Expectativas versus realidad. La medida real del ajuste es incalculable, ya que más allá del recorte de $500 mil millones -fundamentalmente en salud, educación y gasto público en general- las previsiones de crecimiento (-0,5%) , inflación (23%) y precio del dólar ($40.10) que calculan son de dudosa credibilidad. En el Presupuesto 2018 el gobierno había estimado un crecimiento del 3,5% del Producto Bruto Interno (PBI), un dólar promedio de $19,3 y una inflación de 15,7 por ciento. La realidad impuso una caída del 2% del PBI, un dólar promedio de $30 y una inflación que duplicaría a la pronosticada.
La complicidad del PJ. El gobierno soborna públicamente a los gobernadores con plata para cosas que cuestan mucho menos que lo que les recorta. Estos se dejan y votan el Presupuesto a cambio de la creación de un fondo de $6.500 millones con el que Nación «compensa» el ajuste que traslada a las provincias. El kirchnerismo, por su lado, montó un espectáculo de oposición sobreactuada en la cámara y con sus diputados posando para la foto frente a un carro hidrante en la plaza. Pero dio el quórum que le permitió al gobierno votar el Presupuesto.
El paro debajo de la alfombra. La CGT venía anunciando un paro general de 36 horas, especulando la fecha para asegurarse que fuera después de la aprobación del Presupuesto. Nunca lo confirmó. Pero terminó acordando un bono de fin de año de «hasta $5000 en dos cuotas». El paro, muerto y enterrado. Como declararon ligeramente Acuña y Daer al salir de la reunión, «el paro no está declarado». Por su parte, el triunvirato «combativo» que conformaron Moyano, Palazzo y Pignanelli se ausentó de la movilización el 24, habiendo destinado todas sus energías a la convocatoria del 20 a Luján para «pedirle a la Virgen María por el espíritu, el hambre y el trabajo». Parece que la virgen no llama paros.
El 14 a Congreso. La complicidad del PJ y la burocracia sindical hacen aún más necesaria la más enérgica convocatoria de la izquierda y el sindicalismo combativo a movilizar el 14 de noviembre a Congreso contra la aprobación del Presupuesto por el Senado. Seguimos reclamando que ese día haya paro nacional y una movilización unitaria para derrotar el presupuesto. Si el presupuesto finalmente es aprobado, facilitado por la confabulación gobiernera, seguiremos la pelea para que no se apliquen sus pautas de ajuste. Y a seguirla el 30 con una gran movilización contra el G20.