Luego de más de un mes de lucha ¿Adónde va el conflicto de Enfermería?
La votación de la regresiva Ley de Ejercicio Profesional precipitó una irrupción de enfermería en las calles con dos movilizaciones masivas el 9N y el 21N que fueron históricas. Sin embargo, el conflicto se encuentra en un punto de inflexión. La perspectiva incierta del proceso plantea debates y un cruce de caminos. Nuestro aporte al debate para retomar la iniciativa.
Lo que esperaban que pase sin pena ni gloria despertó a un gigante dormido: la Marea Blanca que no se calla nunca más. Las enfermeras y enfermeros constituyen el pilar humano fundamental del sistema de salud y tienen una capacitación profesional que se niegan a reconocer tanto el Gobierno de la CABA como las conducciones de los gremios de SUTECBA y Médicos Municipales que son beneficiarios directos del modelo médico hegemónico. Unos porque tienen de rehenes a los/as enfermeros afiliados como empleados municipales en el escalafón general; y los otros, porque siguen decidiendo con la postergación de enfermería desde los jefes de sector hasta los directores de hospitales y los ministros de salud. Pero nadie esperaba la reacción de este sector que pretendían mantener postergado y desmovilizado. Sin embargo, se dió una reacción de escala nacional sin precedentes cercanos en la historia de enfermería. El tremendo cerco mediático se fue perforando poco a poco, pero con la movilización del 21N se superó ganando las tapas de la prensa. Sin embargo, después de tremenda movilización la perspectiva del movimiento no está clara y comienzan a verse síntomas de reflujo en la participación. Es evidente que estamos en un momento de quiebre y si no se hacen los cambios necesarios en la orientación del conflicto, esta tendencia lejos de revertirse se profundizará, más aún teniendo en cuenta que tampoco se dieron avances concretos en el reconocimiento.
Las bases quieren unidad, pero por arriba dividen
Toda la energía del movimiento no termina de expresarse en una coordinación única que conduzca el proceso de lucha. Sin esa orientación que agrupe de forma genuina a todos los hospitales públicos, los privados, los estudiantes de enfermería, las asociaciones, agrupaciones y sindicatos que realmente apoyan la lucha de las enfermeras y los enfermeros, con base en la democracia y la pluralidad de voces, la lucha se divide y los esfuerzos y sacrificios se diluyen. Nuestra propuesta es clara: hace falta una coordinadora conformada por los hospitales con representantes (revocables en caso de que no cumplan) elegidos en cada hospital con mandato y con voceros de cada organización que apoye. Lamentablemente, en los últimos días, se fue consolidando un curso opuesto. Reuniones que agrupan por separado con la misma lógica: el pensamiento único, la incapacidad de integrar democráticamente matices y diferencias, y finalmente un desgaste de los nuevos activistas que fue dando la lucha. La «inter-hospitalaria» por un lado, más pequeña y la AECAF, por otro, se enfrentan con una equivocada metodología cerrada y que achica el proceso. Ambas se autoproclaman «la coordinación». Así, ninguna termina sirviendo y se convierten en trabas para ganar. Llamamos al conjunto de la enfermería, a los nuevos delegados y delegadas, y activistas surgidos de este enorme movimiento, a construir un camino alternativo y superador: coordinación única, democrática y plural, que unifique a toda la base de la enfermería y retome la iniciativa para ganar el reconocimiento por el que luchamos.
Agrupémonos para luchar por otro sindicalismo y otra política
En esta lucha se expresan distintas visiones y concepciones de sindicalismo, y de política. Las visiones cerradas, los métodos burocráticos de los que prefieren dividir y achicar el movimiento para controlar, a que sea enorme y dirimir posiciones distintas de forma democrática en las bases. Nosotros luchamos por un cambio total de modelo en los sindicatos. Peleando por recuperarlos en algunos casos para echar a los burócratas, o bien buscando otras variantes tácticas. Que todo se decida por la base, rotación de dirigentes, desechar el pensamiento único y unir para ganarle a los patrones y el gobierno de turno. Un modelo independiente del Estado y los partidos tradicionales. Para eso, nos tenemos que agrupar para luchar por estas ideas en el movimiento de conjunto y que triunfe una orientación correcta, potente. Desde Alternativa Salud en los hospitales públicos y la Agrupación Bordó en las clínicas y sanatorios privados, tenemos este programa. Por eso, queremos fortalecer estas herramientas de lucha para que esas ideas ganen influencia mayoritaria para contribuir a la lucha de enfermería y todas las peleas de los trabajadores de la salud. A la vez, nuestro punto de vista es que la lucha por el reconocimiento de enfermería es parte de la pelea por desmantelar el vetusto modelo médico-hegemónico, priorizar el equipo de salud, la interdisciplinariedad y el presupuesto necesario para insumos, equipamiento, infraestructura, condiciones laborales y salarios. Esa es nuestra prioridad. Para que sea una política pública hace falta un proyecto político que lo levante como causa. Por eso construimos el MST, como fuerza política de trabajadores, para trabajadores. Somos el 99 % de la población y si no hacemos política de la nuestra, para nuestra clase, la hacen ellos: los patrones, los burócratas. Los mismos de siempre. Es ahora el momento de cambiar. Nuestras puertas están abiertas.
Alternativa Salud
Agrupación Bordó – CABA