Debates hacia el paro general del 8M. Desmovilizar o dividir es funcional al enemigo

En 2018, la revolución feminista y disidente gestó una marea verde imparable. Los reclamos incluyen aborto legal, ILE, ESI, presupuesto anti-violencia, Estado laico y mucho más. Ante la falsa ILE a la nena violada en Jujuy y la seguidilla de femicidios, en todo el país surgieron llamados unitarios a movilizar. Es decir, a mantener las calles como territorio político de denuncia y exigencia al Estado y sus instituciones, que son responsables. Agrupaciones del FPV o su periferia llamaron a no movilizar o dividieron las convocatorias. Hay que enfrentar esa política de derrape, funcional al enemigo: el sistema capitalista y patriarcal.

Arrancamos el 2019 y en estas pocas semanas se demostró que la lucha es más necesaria que nunca. Por un lado, en Jujuy una niña de 12 años violada y embarazada fue obligada por los anti-derechos a afrontar una cesárea prematura y contra su voluntad, que era ejercer su derecho al aborto no punible. El escandaloso caso demostró la inviabilidad del feto fuera del cuerpo gestante en ese término y puso en riesgo la única vida en juego: la de una niña sometida a todas las violencias del sistema. Por otro lado, 24 femicidios y 10 travesticidios en los 35 días que van de este año son directamente una afrenta. La falta de políticas públicas no muestran ni desconocimiento ni un “Estado ausente”: ¡está presente por complicidad!

Además de la bronca y el dolor, semejantes hechos nos pusieron a todo el activismo feminista a repensar quiénes se organizan para negarnos nuestros derechos y cómo los enfrentamos. Es el Estado, que a través de su sistema de salud, de educación y su justicia da vueltas y no resuelve nada. Y son las iglesias católica, evangélicas y demás anti-derechos, que con su pañuelo celeste protagonizan una presión constante para impedir el aborto legal, la ILE, la ESI y la protección efectiva contra las violencias machistas.
Lamentablemente, dentro del movimiento feminista hay algunos sectores políticos que, como ciertas agrupaciones kirchneristas o sus aliadas, al no movilizar o al dividir las convocatorias, les terminan haciendo el juego a los reaccionarios anti-derechos y al Estado. Lo mismo sobre el derecho al aborto: con distintos argumentos frenan la lucha hasta el recambio parlamentario a fin de 2019, en vez de, por ejemplo, aprovechar las PASO de agosto para hacer una consulta popular vinculante por sí o no a la ley que ya aprobó Diputados.

¿Aborto legal versus frente anti-Macri?

Ya en noviembre pasado, en medio de la cumbre imperialista del G20 ante la cual llamó a no movilizar, CFK reafirmó lo que tantos años llevó adelante como política de Estado en alianza con Bergoglio: el aborto no es un problema “popular”. En su discurso en Clacso afirmó: “En nuestro espacio hay pañuelos verdes y pañuelos celestes. Y tenemos que aprender a aceptar eso sin llevarlo a la división de fuerzas. Esto es fundamental. Puede costar; puede no gustar lo que estoy diciendo, pero es lo que pienso.”

Es una bajada de línea llamando a la unidad verde-celeste para unir “todo” contra Macri en octubre. Entonces varias agrupaciones K buscan amoldarse, eludir el tema aborto o disociarlo de la lucha contra el gobierno e incluso de la campaña electoral, porque saben que su candidata no defiende ese derecho. De alguna manera también acompañan esto jóvenes feministas como Ofelia Fernández (La Emergente-Frente Patria Grande). En su entrevista con Florencia Alcaraz plantea que cuando el neoliberalismo avanza “hay que militar con algunas incomodidades”… como construir de la mano de Juan Grabois, el amigo del Papa. La consecuencia, en los hechos, es que así se frena o se debilita la movilización feminista.

Por supuesto, esa actitud equivocada genera el legítimo descontento y resistencia por parte de muchas activistas jóvenes de esas organizaciones, que sí quieren movilizar. ¡Y tienen razón! Es que sabemos que para ganar la IVE, un presupuesto de emergencia para la ley anti-violencia o para frenar el ajuste de Macri y el FMI, para lo que sea, necesitamos seguir en las calles y ahora construir el paro internacional de mujeres y disidencias: un gran paro general activo el 8M.

La marcha del 1ºF y el paro del 8M

Ante el caso de Jujuy y los femicidios, era y es necesario dar respuesta movilizadas en las calles y en unidad. Pero en Buenos Aires hubo sectores K que desmovilizaron o dividieron.
En la Coordinadora de Estudiantes de Base (secundaries) y el Centro de Estudiantes del profesorado Joaquín V. González -uno los mayores terciarios del país- las respectivas conducciones de La Emergente y Caravana-Patria Grande se negaron a movilizar porque “debemos construir un feminismo de mayorías con instancias cada vez más potentes y multitudinarias, más allá de los distintos casos que generaron y generan una reacción espontánea de las compañeras y compañeres” y “que en esta oportunidad, no se trata de uno de esos casos, y que la convocatoria no es lo suficientemente amplia y masiva en términos de lo que entendemos es necesario construir”(1).

¿Así que la marcha unitaria de 5.000 compañeres a Plaza de Mayo convocada por 60 organizaciones y como parte de una jornada nacional de lucha junto a Jujuy no es “uno de esos casos”, “no es lo suficientemente amplia y masiva”? Como quedaron en ridículo, al final un grupito de La Caravana fue para tratar de que su papelón no sea total…

A su vez, otras cuatro agrupaciones K o afines, en vez de marchar con la columna conjunta, fueron por la suya a la Plaza antes del acto unitario y sólo con consignas anti-femicidios pero omitiendo por completo el tema aborto: el Evita, Somos (Donda), Marea y el PTP-PCR, que orbita al espacio PJ-K. El resultado es el mismo: debilitar la necesaria unidad en la movilización.

Con estas agrupaciones se abre ahora otro debate político sustancial: cómo impulsar el paro del 8 de Marzo. Seguramente en las reuniones preparatorias que comienzan esta misma semana vamos a escuchar de su parte excusas de todo tipo con tal de no exigirles a la CGT y las CTA el paro general que hace falta: que es un paro sólo de mujeres, que la dirigencia sindical no va a aceptar, que las bases no dan, que cada una resuelva en su gremio, cualquier cosa…

Nosotras no. Desde Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST vamos por todo. Como muy bien lo plantea el documento unitario que leímos el 1º en Plaza de Mayo: “Exigimos que todas las centrales sindicales llamen al paro efectivo”. A les dirigentes les vamos a pedir reuniones para que convoquen al paro general el 8M. Y si se niegan a hacerlo, tendrán su merecido pañuelazo. Porque necesitamos el paro general no solamente por el aborto, la ILE, la ESI o el presupuesto de emergencia anti-violencia, sino también contra el ajuste, los tarifazos, los despidos y los bajos salarios que Macri y los gobernadores nos aplican por orden del FMI. ¡Si hay un sector social más duramente afectado por el ajuste somos precisamente las mujeres, lesbianas, trans, travestis y personas no binaries! ¡Nos sobran los motivos para empujar el paro del 8M!

Jeanette Cisneros

1. FB de la comisión directiva del centro de estudiantes del JVG.