Dos caminos opuestos
Jornada de contrastes. El 4A hay dos propuestas para el movimiento obrero. Una la del conjunto de la burocracia sindical que, más allá de sus matices, llama a una marcha que levanta reivindicaciones propatronales. Otra la del sindicalismo combativo, de la que el MST es parte, que llama a Plaza de Mayo junto con la izquierda, reclama el paro nacional y levanta un programa obrero y popular. Dos propuestas opuestas por el vértice. Una que es funcional al gobierno, que apuesta a insuflarle aire para que llegue con la menor cantidad de sobresaltos a octubre y brega por una alternativa electoral del PJ para que siga el mismo modelo con algún maquillaje. Otra que plantea que así no va más, que no se puede esperar ni un minuto, que Macri y el FMI se tienen que ir ahora y que es necesario preparar una alternativa unitaria de la izquierda obrera y socialista.
La CGT con los patrones. Después de haber colaborado en que Macri capee la peor de sus crisis durante el 2018, ahora que hay nuevos cimbronazos en las alturas, el alicaído triunvirato de dos, Daer y Acuña, corrió presuroso a prestar sus servicios a la gobernabilidad. Levantaron un paro que no habían convocado y organizaron esta marcha del 4 de abril conjuntamente con las patronales chicas y “medianas” industriales y del campo. Claro, al mismo tiempo se sentaron a negociar nuevamente con el gobierno. Cual abogados empresariales defienden varios puntos reclamados por los empresarios, bajo el lema pomposo de “en defensa de la producción”. Preventivos de crisis, para flexibilizar condiciones laborales y avalar despidos, diferimiento de pagos de aportes previsionales, subsidios y blanqueo laboral (verdadera amnistía para los negreros). También la creación de la AGNET, una agencia digitada por gobierno, patrones y burócratas, al servicio de la reforma privatista sanitaria (llamada CUS) que aún está en veremos. El vuelto ante tantos favores es volver a poner en la mesa la plata de las obras sociales: 32 mil millones que no son ni del gobierno ni de la burocracia, sino de las y los trabajadores.
Furgones de cola. Frente a tamaño programa, alejado de las necesidades de los trabajadores, el Frente Sindical de Moyano, Palazzo y otros socios como las CTA del “21 F” resolvieron diferenciarse… pero no tanto. En vez de Once convocan desde Congreso, pero no levantan un programa diferente. Porque reflejan sectores empresarios que también, ante la profundización de la crisis, quieren que la sigamos pagando lxs trabajadorxs. Lo notable es la adhesión de la llamada CTA “Perón” que nunca se sumó a las movidas de Moyano y Yasky. Es evidente que su giro hacia el PJ los lleva a sumarse al trencito de la gobernabilidad, comandado por la CGT. También el triunvirato de San Cayetano, los movimientos sociales simpatizantes del Papa (CTEP, CCC, Barrios de Pie/Somos), fue de la partida. ¿Qué los une, además de sostener la gobernabilidad para que Macri llegue a octubre y negarse a organizar un paro nacional? Todos apuestan a unir el rompecabezas del PJ y a una alternativa de recambio electoral al macrismo. Es que éste cosecha un creciente rechazo popular y está perdiendo la confianza del propio establishment y las corporaciones, alarmados por su fracaso en recomponer un país capitalista «normal».
Poner en pie una nueva dirección. El MST y nuestra corriente sindical ANCLA creemos que esto no va más. No es cierto que no se le pueda ganar al gobierno y al FMI. O que no haya disposición a la lucha. El problema está en esa vieja dirigencia sindical y política. Desde el Plenario del Sindicalismo Combativo hemos dado un primer paso hacia poner en pie un espacio de aglutinación de sindicatos recuperados, delegados combativos, agrupaciones antiburocráticas y la izquierda clasista. Que se plante como un polo de referencia para apoyar las luchas en las calles y lugares de trabajo, ayudar a su coordinación, disputar en unidad en las elecciones gremiales y reclamar con más fuerza el paro nacional y el plan de lucha que se necesitan. Un agrupamiento que tenemos que fortalecer y ampliar en el camino de la nueva dirección sindical combativa y democrática que hace falta. Por eso llamamos a no marchar el 4A con las centrales que esta vez ni siquiera levantan limitados programas, como en otras marchas a las que llamaron para descomprimir la bronca obrera. Llamamos a una acción alternativa marchando a Plaza de Mayo y levantando un programa que plantee prohibir despidos y expropiar bajo control obrero toda empresa que incumpla; anular tarifazos y reestatizar los servicios bajo control social; romper con el FMI y aumentar salarios y presupuestos sociales con la plata de la deuda usuraria; y una reforma fiscal para que paguen más los que más tienen, entre otras medidas para que la crisis la costeen los de arriba.
Unir a la izquierda obrera y socialista. No alcanza con un polo de dirección sindical. Necesitamos una alternativa política para disputar por un cambio de fondo, por un gobierno de trabajadorxs, por un modelo socialista. En ese camino, para que lxs trabajadorxs, las mujeres y la juventud que repudian a Macri no caigan en la falsa alternativa del frente pejotista que plantea renegociar con el Fondo y retocar el mismo modelo de Cambiemos, se necesita un frente de toda la izquierda obrera y socialista. Para potenciar y unir las luchas en las calles para que Macri y el FMI se vayan ahora. Y también para que en las elecciones haya una alternativa que rompa la polarización falsa a la que nos quieren llevar. Un acto unitario del sindicalismo combativo y la izquierda el 1º de Mayo sería un paso importante en esa dirección.