Sobre la unidad del FIT y el MST: nuestro análisis y propósitos
Se trata de una novedad política positiva, requerida por lo mejor de la cultura política muy amplia de la izquierda en el país. Por eso, la noticia que ayer anunciamos a la prensa, repercutió con mucha potencia, y no paramos de recibir todo tipo de felicitaciones, motivación y predisposición a colaborar. Toda nuestra militancia lo vive justificadamente como un verdadero triunfo y premio, a la coherencia de años de levantar un planteo de unidad y también, por qué no decirlo, como consecuencia del desarrollo del MST. Ocurre además, por supuesto, que frente a los precarios armados políticos del capital, atalonados en el compromiso con el FMI y el pago de la deuda, la conformación de una herramienta militante del anticapitalismo, lo mejor de la vanguardia obrera, juvenil y feminista, con una plataforma programática socialista, es un novedoso punto de inflexión en la etapa política que transitamos del país. Por eso, escribimos estas primeras reflexiones sobre este éxito político.
Macri / Pichetto y Fernández / Fernández: coaliciones defensivas.
Toda la coyuntura electoral está dominada por una clara polarización, fraudulenta en esencia. Tanto la fórmula Macri-Pichetto como Fernández-Férnandez, expresan desplazamiento a derecha de toda la política tradicional, ofreciendo incansables pruebas de confiabilidad al capital que reagrupa los despojos de los partidos tradicionales, todos intercambiables por todos. Ambos proyectos, representan fracciones capitalistas con una serie de consensos de clase inamovibles: la deuda no se cuestiona; privatizadas sí o sí; economía primarizada de base agro-minera exportadora, subalterna; régimen de impuestos confiscatorio de la mayoría que trabaja; reforzamiento del aparato de espionaje y represión; statu quo inamovible con el clero pro-vida. Es decir: no son las diferencias tácticas las que definen esos armados, sino sus coincidencias de largo aliento, estratégicas, que en definitiva son las que monitorean los “círculos rojos” del gran capital. Esta clarificación es fundamental, sobre todo en lo relacionado a la fórmula que integra CFK, para ese amplio universo social de antimacrismo masivo en el movimiento obrero, la juventud y las mujeres, como alerta temprana sobre los irreversibles efectos del mal menor como opción política. En resumen: la ubicación ante la deuda y el FMI, las privatizadas, el clero y el conjunto de la crisis capitalista en su capítulo nacional, define la naturaleza de los proyectos en esta etapa. Cerrar los ojos con argumentos de inmediatismo electoral, asegura una nueva frustración. Nuestra obligación es registrar un pronóstico, y cómo no somos comentaristas, sino organización militante, proponemos alternativa.
De la unidad electoral a la lucha de clases: táctica y estrategia.
El punto de partida principista de esta confluencia entre el FIT y el MST, es una plataforma anticapitalista y socialista, como programa de emergencia frente al marasmo de la economía nacional y la impotencia de las fuerzas de la política tradicional. Por lo tanto, una primera tarea ordenadora consiste en la divulgación masiva y planificada de ese contrato político, y el contenido social obrero y popular del mismo. Hay que llevarlo a las fábricas, no dejar universidad, colegio, profesorado ni barrio en el país sin que reciba la propuesta de este frente. A la vez, nuestro partido, coloca un asunto de primerísima importancia en el debate, para la acción concreta: el campo electoral es táctico para la izquierda revolucionaria, por lo tanto tiene que servir como punto auxiliar de apoyo para trasladar ese frente único al movimiento obrero, luchando por Cuerpos de Delegados, Comisiones Internas y Sindicatos antiburocráticos y clasistas; para concentrar un verdadero bloque del feminismo socialista, de clase en el movimiento de mujeres; en las universidades, colegios y profesorados, para recuperar Centros y Federaciones de las camarillas privatistas; en los barrios pobres, para multiplicar las acciones de lucha contra la carestía y por trabajo genuino. En decir, que estamos ante un frente para la lucha electoral concebido por el MST, como un gran paso de transición para trasladar ese frente único a la lucha de clases, la disputa por la dirección en la lucha de clases y los distintos frentes de masas. Obviamente, tenemos matices y diferencias. Pero nuestra predisposición es a ser capaces de convivir y desenvolviendo todos los debates que existan. También, planteamos la necesidad de que este frente intervenga con posiciones de síntesis y acciones comunes, ante los principales acontecimientos de la realidad.
El MST en el FIT Unidad.
Tenemos una apreciación general del rumbo de la situación política del país a partir de un análisis del panorama internacional. Todas las variables indican reforzamiento de la crisis capitalista, sin inversión productiva (sino especulación cortoplacista), retracción comercial y estrangulamiento por deuda de países semicoloniales como el nuestro. No lo inventamos los socialistas del MST, lo corroboran los preocupados informes del FMI, el Banco Mundial y hasta los consejos del JP Morgan a su clientela de inversionistas. Por lo tanto, nos preparamos para un período de ataques capitalistas a los derechos sociales con más ajuste y reacción social, agudización de tensiones y conflictividad. No tenemos una visión mecanicista del curso de los acontecimientos ni de un catastrofismo irreversible, pero las tendencias son inequívocas: vamos a más choques entre las masas y las fuerzas políticas, y sindicales del capital.
Por lo tanto, transitamos un período político de preparación programática, organizativa y de necesaria acumulación para esas batallas. La coyuntura electoral, en nuestra visión, tiene que servir para trazar estos pronósticos y explicar pacientemente la salida que levantamos, de izquierda, anti-FMI y socialista. Vamos a militar intensamente la campaña electoral del FIT-MST, por supuesto, con nuestras principales figuras como Cele Fierro, Alejandro Bodart, Vilma Ripoll, Guillermo Pacagnini, nuestra diputada cordobesa Luciana Echevarría y nuestros miles de militantes en todo el país. Pero siempre con un ojo puesto en esa perspectiva, en esa estrategia. Esta comprensión general partiendo del pronóstico de la situación mundial y su refracción en Argentina, la constatación de la expectativa por el curso de la izquierda en nuestro país que existe en la vanguardia socialista de muchos lugares del mundo, nos decidió como organización política, a hacer esfuerzos muy importantes para materializar este frente. Y también, señalar que su positiva repercusión nos da la razón de lo oportuno que hubiera sido conformarlo para todas las elecciones que se vienen haciendo en el país, donde ante la polarización y pese a que nuestro partido tuvo algunos buenos resultados, de conjunto como izquierda perdimos una oportunidad de gravitar con mayor fuerza. Queremos dejar constancia, además, ante toda la militancia y esa amplia reserva independiente que sigue nuestra trayectoria, que el MST aceptó algunas condiciones de ubicación política en el frente que no se corresponden totalmente con las relaciones de fuerza existentes entre nuestro partido y los componentes del FIT. Lo hicimos por varias razones:
*La primera, porque nos hacemos cargo de un reclamo extendido en el activismo obrero y juvenil, a favor de este primer paso en la unidad.
*En segundo término, porque apostamos a hacer una experiencia que permita en el futuro resolver esas controversias apelando a mecanismos de debate por la base militante, tomando en cuenta el desarrollo nacional, orgánico, de inserción y extensión de cada fuerza, es decir: con un criterio obrero, revolucionario. Aunque, no descartamos el mecanismo de las PASO, limitado pero que podría ser un recurso.
*En tercer término, tenemos confianza en poder avanzar en un camino de crecimiento, masificación y renovación político-cultural en la izquierda, que incluya también, superar mezquindades, cortoplacismo y limitados cálculos electorales.
*En cuarto lugar, porque nuestra determinación obedece a una lógica distinta al limitado personalismo municipal de Luis Zamora, o a la exclusiva preocupación por los cargos, como es el caso del NMAS, grupos ambos, auto-marginados por una equivocada y cortoplacista visión.
Para esa orientación, nos vamos a abocar a contribuir al frente que acabamos de conformar, con una multiplicada militancia, con mayor crecimiento e implantación en la clase obrera, la juventud, el movimiento de mujeres y los barrios, y ser un factor dinamizador de esta unidad al servicio de las tareas y objetivos que señalamos. En los próximos días, vamos a trazar una hoja de ruta con asambleas abiertas, plenarios sindicales, reuniones en barrios y una extendida actividad de agitación, propaganda y organización para el frente con el MST de nuevos contingentes de activismo independiente, para sumarlos a esta apasionante lucha por una estrategia: hacer de la izquierda revolucionaria una verdadera alternativa para un gobierno obrero y popular, para una Argentina Socialista.
Mariano Rosa