¿Transición hacia dónde?
El resultado de las PASO del último domingo marca un punto de quiebre. Crisis de legitimidad política y pánico en los que mandan. Las tendencias más probables. Nuestras propuestas de acción y organización.
Las crisis se definen como momentos de ruptura de las continuidades normales. Son inflexiones abruptas. Obligan a improvisar, a los malabares forzados. El domingo se verificó el inicio de una inflexión de resultado todavía incierto. Como definición precisa sería que se abrió una crisis política, que dejó sin legitimidad al gobierno de Macri y que no lo sustituyó todavía por ninguna legitimidad alternativa. Es decir: Macri “ya fue” y, sin embargo, todavía Alberto y CFK “no terminan de ser”. En ese impasse naufraga el régimen político de una democracia burguesa que exhibe todas sus inconsistencias. Un resumen simplificadísimo del domingo da como resultante el siguiente esquema:
- Terremoto político: aluvional y concluyente rechazo al ajuste de Macri y el FMI.
- Desplome del proyecto de normalización capitalista: el mandato burgués para el macrismo no logró superar en las urnas los límites de relaciones de fuerza acumuladas en la lucha de clases. Hay reservas potenciales en el movimiento de masas para rechazar las agresiones del capital.
- Síntoma político, de alcance continental: los resultados, aun con la distorsión del voto como procedimiento, cuestiona los planes de Trump y la bolsonarización de América Latina.
- Sobrevida artificial: el tamaño de la derrota del macrismo corrobora que llegó al 2019 con el sostén de la burocracia sindical y el PJ en todas sus expresiones.
Por lo tanto, los próximos días serán de una evolución marcada esencialmente por los ritmos de la crisis política y su impacto en la economía. El punto definitivo de desequilibrio lo puede desencadenar la intervención social en las calles. De allí el pánico burgués que se traduce en las editoriales de los principales medios llamando a no “entrar en provocaciones” y el kirchnerismo orgánico militando para bloquear cualquier acción de lucha para responder a las primeras medidas devaluatorias.
Revolución Permanente y choque de trenes
La crisis abierta desde el domingo inició, a la vez, la experiencia con una nueva etapa del kirchnerismo y el PJ ya cogobernando. En este punto es clave señalar una dinámica en tensión de dos polos: por un lado, las expectativas del voto antimacrista de rechazo total al modelo del FMI y su ajuste; y por otro, los límites del programa económico de la fórmula de Alberto y CFK, que no para de asegurar que va a cumplir en regla con la usura internacional del pago de la deuda. En este antagonismo que va a tender a desarrollarse inevitablemente, radica un dato central del proceso político en el próximo período del país y de cómo evolucione la relación con una franja activa de su base social. En última instancia, estamos presentando un cuadro que obedece a las leyes generales de la Teoría de la Revolución Permanente, en el sentido del cuestionamiento en la cabeza de millones al ajuste fondomonetarista de Cambiemos pero que sin detenerse ahí va a chocar como dos trenes en sentido opuesto con los límites capitalistas de la orientación de la coalición política triunfante. Ese proceso está en sus inicios, todavía muy incipientemente, pero las aceleraciones de las crisis provocan cambios bruscos. Nosotros, los socialistas, lo señalamos como alerta temprana y planteamos un camino independiente, alternativo.
Experiencia, consciencia y alternativa
La expectativa y la esperanza, son mecanismos de supervivencia humanos. Nuestro rol como organización revolucionaria, sin embargo, es anticipar perspectivas, en base a un análisis integral de la situación de la economía, las clases y la superestructura política. Esta tarea es fundamental como acción consciente en directa confrontación –muchas veces– con el sentido común y la esperanzada salida “posible”. Es decir: no somos comentaristas, planteamos pronósticos y colocamos propuesta de lucha y programa alternativo. Así, para la situación actual de crisis, nuestro planteo es categórico:
- Macri y el FMI se tienen que ir ahora, no en octubre. Su permanencia es incompatible con un claro mensaje social de rechazo mayoritario.
- Hay que aplicar un plan económico ante la emergencia social, de contenido obrero y popular: congelar precios y tarifas; aumento general de salarios y jubilaciones; prohibir despidos y suspensiones; parar toda fuga de divisas nacionalizando el sistema bancario y el comercio exterior y para disponer de recursos para un shock reactivador de la producción, suspender todo pago de deuda al FMI y cualquier acreedor internacional.
- Respaldar este programa de rescate social con una potente acción obrera de masas: paro general y plan de lucha, discutido y resuelto en fábricas y empresas.
- Por una verdadera salida democrática, que cierre la crisis con el pueblo decidiendo, que se anticipen las elecciones pero que sean a una Asamblea Constituyente en los términos que se explican en otro artículo de esta publicación.
En resumen: programa, medidas de acción directa y salida política democrática a favor de la mayoría, no de banqueros y grandes empresarios. Toda nuestra actividad pasa a estar centrada en esta paciente agitación.
De las urnas a las calles: militar para nuestra transición
Las elecciones en la democracia burguesa son un recurso para descomprimir la lucha de clases, para desviarla. En definitiva: para licuar las tensiones de la acción de masas. Lo nuevo, como fenómeno, es que las PASO del domingo abrieron un campo de incertidumbre que domina la situación. Ante eso, los que mandan improvisan. Nosotros nos tenemos que preparar, planificar y anticipar. Ahora la gravitación se traslada a las fábricas, universidades y barrios. Nuestro propósito contra el bloqueo activo de las luchas por parte del PJ y la burocracia sindical, garantes de la gobernabilidad burguesa, es incentivar la acción de lucha y la organización. Más que nunca el proceso electoral en los términos normales pasa a un segundo plano. En todo caso, ahora lo central es la denuncia insistente de la confiscación capitalista en curso de ingresos populares con la devaluación y su deriva inflacionaria. La coalición triunfante, deja correr el saqueo. Cree que se ahorra una tarea impopular más adelante y sin embargo no hace más que reforzar todas las contradicciones, alimentando expectativas que lo pueden desbordar. El MST tiene una enorme fortaleza anclada en la comprensión de la magnitud de la crisis capitalista en curso y su conexión con el panorama internacional. A la chapucería capitalista forzada por la situación le oponemos la planificación anticipatoria de la militancia, del partido. Al espontaneísmo de calle, que se va a manifestar ante nuevas agresiones desde arriba, le ofrecemos una perspectiva de reorganización de la economía y el sistema político sobre nuevas bases como proyecto de salida. Militar por esas causas es la razón de ser de nuestro partido. Es ahora, sí o sí. Para preparar una real alternativa anticapitalista y socialista para lo que se viene. Para un gobierno de la clase obrera y la izquierda. Tiene sentido, vale la pena. Es la transición por la cual luchamos, la que proponemos.
Mariano Rosa