¡El 2, marchá con nosotres! Orgullo, sin Iglesia ni FMI
Cuando en 1992 se llevó adelante la primera Marcha del Orgullo en la Ciudad de Buenos Aires, éramos apenas unas 200 personas. Y la mitad llevaba sus caras cubiertas con caretas blancas, por miedo a que los rajen del laburo o a sufrir discriminación. Desde el MST tenemos el orgullo de haber sido el único partido político que participó en aquella movilización inicial, y desde entonces estamos siempre presentes.
Este sábado 2 hacemos la 28ª Marcha, desde la Plaza de Mayo a Congreso. Como hace ya varios años, de nuevo seremos decenas y decenas de miles porque nuestro movimiento ha conquistado no solamente un sólido apoyo social sino también leyes por nuestros derechos. Por supuesto, la igualdad jurídica no es aún la igualdad social real. Y por eso seguimos en las calles, luchando, exigiendo.
La consigna principal que para esta Marcha hemos resuelto las más de 60 agrupaciones que integramos la comisión organizadora es: Por un país sin violencia institucional ni religiosa. Basta de crímenes de odio. Es que tanto los travesticidios como si echan de un bar a una pareja de lesbianas por besarse o cagan a palos a un pibe por ser gay, la violencia en la sociedad es consecuencia de la violencia que viene desde el poder.
También la Marcha del Orgullo es por otros reclamos importantes de nuestro colectivo, como el cupo laboral trans y la provisión de medicamentos y hormonas. Y con unidad en la diversidad, desde la comisión organizadora levantamos además otras banderas muy progresivas que no plantea ningún partido del sistema, como Aborto legal ya; Separación política, económica y simbólica de la Iglesia y el Estado; Trabajo para todes y Fuera el FMI.
Te invitamos a que el 2 marches y te organices con nosotres, para defender cada uno de nuestros derechos e ir por más, para enfrentar la ofensiva política, católica y evangélica antiderechos y también para seguir organizándonos para luchar contra este sistema capitalista y cis-hétero-patriarcal, que es el padre de la opresión, la explotación y todas las violencias.
Pablo Vasco