JUJUY: MORALES EL PALADÍN DEL ESTADO DE SITIO
La provincia fue noticia nacional por las declaraciones del gobernador pidiendo Estado de sitio, como así también la práctica adoptada por la policía de Palpalá, amarando un corralito al aire libre para detener a quienes no cumplen la cuarentena. De lo que no hablan es de la situación en la que se encuentra la población y como se agrava en tiempos de pandemia.
En Jujuy la situación abierta por el desarrollo del Covid -19 se vive bajo un ambiente incertidumbre y persecución luego de declarado el aislamiento social y “obligatorio”. Y digo incertidumbre por que los trabajadores se sienten en un camino de ida, vale decir, que no se sabe dónde terminarán por las medidas insuficientes anunciadas por el gobierno nacional. Pero en la Jujuy de Morales esta incertidumbre se acentúa más porque las medidas económicas son totalmente inexistentes, y porque el ”quedate en casa” lleva los trabajadores, que viven el día, a más pobreza y hambre. Según datos oficiales son 300 mil los jujeños que están bajo la línea de pobreza y casi 50 mil en la indigencia, para todos estos trabajadores los anuncios son la nada misma. Si a esto le sumamos que 8 de cada 10 jóvenes que pueden trabajar lo hacen de manera precarizada y no registrada, y 100 mil jujeños más trabajan de manera esporádica, vemos que la situación es más que desesperante y no empezó con la pandemia.
Esta es la realidad del pueblo jujeño, que al frente del combate contra el coronavirus tiene al gobernador Morales, que culpa a la población desde el primer día que se conocieron los primeros casos de la enfermedad. Un gobernador que sale a armar hospitales de campaña sin recordar que gobierna hace más de 4 años y destinó insuficientes recursos para la salud pública. El mismo que hace años impone paritarias de miseria por decreto a los trabajadores de la salud, que ahora denomina héroes. Esos héroes y sus familias cenan mate cocido luego de una larga jornada de trabajo, por responsabilidad de este gobierno.
El paladín del Estado de sitio
En sus conferencias de prensa, donde en la mayoría reta a la población por no cumplir sus dictados al pie de la letra, Morales muestra su mejor faceta a la hora de gobernar de gobernar: el autoritarismo.
Un autoritarismo que pide a gritos el Estado de sitio al gobierno nacional, el mismo que da súper poderes a la policía en los barrios, que luego que se conozca nacionalmente los “bailes” a los jóvenes o el encierro en corralitos a cielo abierto por incumplir el aislamiento, tuvieron desde el gobierno que salir a decir que había sido decisión de la policía de ese lugar. Ese mismo en donde los periodistas no pueden preguntar lo indebido por que se enoja. El mismo que ahora decidió por decreto cobrar mil pesos in situ al que detenga en la calle sin “justificativo”.
Un autoritarismo selectivo donde la policía no es tan vehemente con los jueces y empresarios que llegan de viaje y deben por norma cumplir la cuarentena, el que no tomas medidas contra las cadenas de supermercados ante la remarcación de precios salvaje y constante, que golpea a los trabajadores cada día. Como tampoco hace nada contra las patronales como del Ingenio Ledesma que hace ir a sus trabajadores sin garantizarles insumos de seguridad y salubridad y niega las licencias a los trabajadores que les corresponde.
Desde el MST no avalamos ninguna salida que se asiente en medidas represivas porque no van a resolver por la fuerza, como dice Fernández, un problema de salud pública y de inversión presupuestaria.
Se tienen que prohibir por ley los despidos y suspensiones, y los recortes salariales. Si no hay anuncios económicos como subsidios por parte del gobierno de la provincia para los sectores informales de trabajadores, difícilmente estos mismos puedan aguantar, como dice Morales, en sus casas.
Y si el gobierno considera héroes a los trabajadores de la salud, debería dar un aumento de verdad, y tener paritarias libres y sin techo. Un aumento que esté por encima de la canasta familiar, con clausula gatillo y que además contemple a todos los trabajadores de la administración pública y de la docencia que son los que van a poner de nuevo en funcionamiento la provincia cuando la cuarentena pase.
Por último creemos que se están pagando las consecuencias de desfinanciar todo el sistema de salud y de tratar de priorizar a las clínicas privadas como parte de una lógica meramente capitalista. Ante esta crisis sanitaria queda demostrado la necesidad de que se pase todo el sistema de salud a manos del Estado con el control de los trabajadores, esta medida es necesaria para dar soluciones, en lo inmediato, pero también es una medida de fondo, una medida socialista, que pone a la salud de la población, como prioridad.
Leo Rivero