Córdoba: Crisis provincial y debates en el FIT-U. Como un hielo al sol
La provincia está al borde de la quiebra y con endeudamiento récord. Schiaretti, con la complicidad de la UCR y Cambiemos, busca licencia social para el nuevo ajuste en curso. Usan para esto la maniobra de rebaja de sueldos a funcionarios que contó con el apoyo de sectores de izquierda. El MST alertó sobre esto, presentó su propuesta antiprivilegios y fue la única fuerza de izquierda que no apoyó el decreto del gobierno.
Escribe: Marcelo Maceira
En Córdoba ya nadie duda de que Schiaretti, en conjunto con la UCR y Cambiemos, preparan un duro ajuste. El objetivo es ganar tiempo y darle aire a las exiguas arcas provinciales, decaídas luego de dos años de recesión y baja de la recaudación, a lo que viene a sumarse el actual frenazo económico.
El Ministro de finanzas, Osvaldo Giordano, actuó de agorero poniendo en duda que la provincia pudiera pagar el 100% de los salarios y jubilaciones, además de informar la creación de un bono para cancelar deuda con proveedores y abrir la puerta a posibles recortes a trabajadores activos y pasivos.
El impacto entre los trabajadores estatales fue tal, que hasta el traidor de José Pihén, líder de la CGT y legislador oficialista, tuvo que salir a criticar al Ministro.
Jugada preparada
Este era el marco reinante cuando el gobernador Schiaretti notificó su decisión de recortar su salario un 45% durante cuatro meses. Luego hizo lo propio el vicegobernador Manuel Calvo quien además, como presidente de la Legislatura, redactó un decreto en el que reducía también las dietas de legisladores y altos cargos de la Unicameral. Algo que en palabras del propio Ministro de Finanzas no sería más que un “gesto simbólico”, ya que sólo permitiría ahorrar 21 de los 14.000 millones de pesos necesarios para pagar a trabajadores activos y pasivos.
Una maniobra clara. Simular un sacrificio frente a la sociedad y con la autoridad que brinda el ejemplo, intentar avanzar sobre la parte del león: los salarios y jubilaciones de decenas de miles de estatales.
Así lo alertamos en la reunión de Labor Parlamentaria donde el gobierno presionó para que la totalidad de los bloques legislativos apoyen su decreto. Algo que finalmente sucedió, con la sola excepción de nuestra legisladora Luciana, que se negó a firmarlo y llamó a los presentes a aprovechar la oportunidad para avanzar en serio, acompañando su proyecto antiprivilegios.
Un debate con PO
Que los presentes no acordaran con rebajarse sus dietas -para siempre y no por sólo cuatro meses- al nivel de una directora de escuela; de llevar sus hijos a la escuela pública y atenderse en el hospital público; de abrirse a la posibilidad de ser revocados o de tener que volver a trabajar fuera de la función pública luego de dos mandatos; no nos sorprendió. Lamentablemente, sí nos sorprendió que la compañera legisladora del Partido Obrero informara que apoyaría el decreto del gobierno, como finalmente hizo y quedó plasmado en el Boletín Oficial.
Como ya lo expresamos en un artículo anterior, opinamos que PO cometió un importante error al diluirse y apoyar al gobierno en esta medida populista, que lejos de atacar los privilegios políticos, sólo busca fortalecerse para aplicar un profundo ajuste. Quedar apoyando esta política, nunca debería ser una opción para una fuerza de izquierda, menos en momentos de crisis, cuando las y los revolucionarios debemos mantenernos más firmes y consecuentes que nunca, desnudando maniobras como estas, para mostrar que hay otra salida, alternativa, socialista.
Metiéndose en este debate, Altamira ahora critica en un artículo el accionar de PO. Pero no podemos olvidar que, en diciembre de 2001, cuando fue legislador de CABA, presentó un proyecto donde proponía la conformación de una Asamblea Constituyente que reemplazara a los poderes Ejecutivo y Legislativo. Y que mientras se pusiera en marcha, al poder lo ejerciera un gobierno provisional de todos los bloques legislativos. Es decir, en medio de la crisis que había esos años, la salida que propuso fue la de cogobernar con los bloques políticos de los partidos burgueses. Altamira, como se ve, ha cometido errores de aún mayor profundidad en el mismo terreno parlamentario que ahora critica.
El PTS comete un error similar
Luego de la publicación del decreto schiarettista, rubricado por la Legisladora del PO, los compañeros del PTS publicaron un artículo donde se referían al mismo como una “maniobra demagógica e insuficiente, cargada de hipocresía” que buscaba “consenso social para avanzar en recortes a trabajadores” y “congraciarse con el electorado macrista de la provincia”. Hasta ahí, compartimos.
Sin embargo, ocho días después, en el Concejo Deliberante de la ciudad capital, a pesar de haber presentado una nota crítica, su concejala firmó junto a los presidentes del resto de los bloques, un acuerdo de similares características al que pocos días antes ellos mismos habían descripto como parte de un plan de ajuste.
Lamentablemente, terminaron cediendo a la misma presión que PO. Y es un debate político importante, porque algo similar ya había sucedido el año pasado en el Congreso, cuando votaron a favor de la muy insuficiente Ley de Emergencia Alimentaria, impulsada por el Frente de Todos y el macrismo con la cual los partidos del régimen, querían lavarse la cara ante la sociedad. En esa ocasión, en una de sus declaraciones el compañero Nicolás Del Caño explicaba su apoyo diciendo que: “Por supuesto que, como cualquier paliativo, lo acompañamos”. Algo muy equivocado, ya que la mayoría de las veces los pocos proyectos de ley girados a las cámaras por los partidos patronales con “paliativos”, suelen estar puestos al servicio de sus propios planes de ajuste -como el recorte de salarios impulsado por Schiaretti- y no del bienestar general de la clase obrera.
El planteo de acompañar siempre todo paliativo por el simple hecho de serlo, es equivocado y puede incidir en terminar adaptándose a las reglas de juego de los parlamentos, lo cual nunca puede ser nuestra política. La tarea de las y los socialistas en los recintos tiene que estar siempre muy alejada de brindar cobertura por izquierda a proyectos oficialistas, tiene que orientarse por desnudar estas maniobras, presentadas en apariencia como progresivas, pero que de fondo sólo buscan fortalecer a los gobiernos para avanzar en sus planes. Y así como muchas veces nuestros diputados de izquierda enfrentan y denuncian las políticas de los gobiernos, en esta oportunidad creemos que PO y PTS no lo hicieron y cometieron similares errores políticos.
El ajuste ya llegó
Las alertas que hicimos sobre la maniobra del gobierno, lamentablemente y a pocos días de publicado el decreto, ya están concretándose. Mientras escribimos este artículo, los medios informan la decisión de Schiaretti de reducir en un 10% las jubilaciones más altas de los trabajadores de EPEC (Empresa Provincial de Energía Eléctrica), de los trabajadores municipales y bancarios, entre otros sectores. Con esta primera medida emerge la verdadera esencia de los decretos y la correcta posición de no acompañarlos.
Fortalecer una izquierda consecuente y socialista
Para los y las revolucionarias, dar estos debates a fondo y llegar a la mejor síntesis potencia nuestra actuación y nos permite dar una salida alternativa frente a la profunda crisis del sistema. Justamente en momentos como este, cuando el régimen busca generar consenso y legitimidad para actuar como un solo puño contra las mayorías, es cuando la izquierda debe estar más unida y con la firme convicción de enfrentar en todos los escenarios a los representantes de este sistema injusto e inhumano que está mostrando su peor rostro.
Por esto, desde el MST insistimos en la importancia de que el FIT Unidad actúe unitariamente en todos los terrenos de la lucha política y de clases. Incluyendo la acción del FIT-U sobre la Legislatura, donde hemos propuesto conformar un interbloque común y aún esperamos la respuesta de los demás partidos de nuestro frente. Reiteramos esta necesidad de unidad ante cada hecho político y cada lucha, porque la tarea más importante que tenemos por delante es la de colocar a la izquierda revolucionaria como alternativa de poder en un contexto de profunda crisis capitalista en el mundo entero.