Un aporte al debate; sobre la violencia machista en organizaciones de izquierda
Llegado un nuevo 3J, se viene desarrollando un debate en las redes sociales sobre una grave denuncia pública que un importante grupo de compañeras, que militaban en Las Rojas-Nuevo Mas, hicieron contra métodos partidarios ante problemas internos de violencia de género. Distintos debates sobre temas de género y violencia machista se han desarrollado antes también en otras organizaciones, incluida la nuestra. El debate actual, es una nueva oportunidad para repensar cómo enfrentar las conductas patriarcales y los debates políticos que cruzan este fenómeno. Creemos que es necesario un encuadre y mecanismos correctos para encarar estas situaciones, proteger a las víctimas y sancionar las conductas de violencia machista.
Dejamos estas primeras opiniones, que son algunos aportes y experiencias que fuimos transitando en el último tiempo y de la cual fuimos aprendiendo en Juntas y a la Izquierda y el MST. Seguramente estas preocupaciones no eran parte importante de la agenda social y política algunos años atrás, pero la ola feminista internacional, la marea verde argentina y algunos avances parciales en materia de género nos obligan a seguir elaborando, en forma crítica y autocrítica, cómo encarar mejor estas cuestiones que son necesarias para permitir un funcionamiento interno política y moralmente sano.
En el marco de esta sociedad capitalista y patriarcal ninguna organización o partido -incluidxs sus dirigentes y militantes- está exento de estos problemas. Todo grupo se ve atravesado por pautas de desigualdad hacia las mujeres y disidencias que, en hombres y mujeres, de alguna manera expresan el orden imperante. El problema no es que surjan tales conductas, sino cómo prevenirlas, abordarlas y combatirlas desde una perspectiva socialista revolucionaria y por ende feminista socialista. Un mal tratamiento causa crisis, división y hasta implosión, como lamentablemente ha ocurrido con organizaciones en varios países. Algunas por negarse a responder democráticamente a planteos feministas y de género o negarse a tratar seriamente denuncias de violencia. Y otras por abordar debates políticos en torno al feminismo perdiendo la perspectiva de clase y socialista. En ambos casos, les ha causado a esas organizaciones más crisis, retroceso político y alejamiento de parte de su honesta militancia.
Para el MST en el FIT Unidad, y para Juntas y a la Izquierda y Libre Diversidad, nuestras agrupaciones feminista y disidente respectivamente, este tema es una preocupación permanente. La deconstrucción antipatriarcal debe ser parte de la formación política revolucionaria, como también es decisivo para nuestra organización tener una metodología partidaria centralista-democrática que es clave para desarrollarnos con una sólida democracia interna para debatir y elaborar y la mayor unidad colectiva para intervenir. Por eso a la par de tomar cada denuncia y afrontar cada debate político que pueda existir como producto del fenómeno, creemos muy importante tener una fuerte y sólida formación en la estrategia socialista y de clase trabajadora frente al flagelo del capitalismo machista y patriarcal. Porque perder ese norte no ayuda en nada a solucionar de manera correcta los debates políticos o metodológicos planteados.
Compartimos la necesidad de encaminar todas y cada una de las denuncias sobre casos de violencia, privadas o públicas, si bien la mayoría de las veces estas últimas son utilizadas políticamente como campaña por grupos o personas anti-partido que se dicen feministas. Para nosotras, nosotros y nosotres, son repudiables las actitudes oportunistas y de sectores patronales, liberales o reformistas del llamado “progresismo”, que aun reclamándose feministas se montan sobre este tipo de hechos sólo con la intención macartista de dañar a la izquierda, que es el único espacio político que de conjunto enfrenta al sistema capitalista y patriarcal. Son sectores que reflejan otros intereses de clase y otros proyectos ajenos a la lucha socialista y anticapitalista que es inseparable de la pelea por todos los derechos de las mujeres y las disidencias. No podemos olvidar que el feminismo tomado de conjunto es un fenómeno policlasista, que introduce presiones ajenas a la clase trabajadora que solo se pueden enfrentar desde un feminismo socialista, de clase.
El machismo no viene en el ADN masculino sino en el sistema capitalista y sus instituciones, que reproducen estereotipos y conductas. Los capitalistas, además de explotar a la clase trabajadora, se benefician económicamente del trabajo doméstico femenino gratuito. Enfrentar esa explotación y opresión como parte de la lucha política anticapitalista es también tarea de un partido revolucionario. Por eso erran por completo los grupos feministas que afirman que sin derrotar al capitalismo y sin partido revolucionario se puede lograr la emancipación definitiva de las mujeres. La lucha podrá conquistar avances parciales, pero mientras haya capitalismo habrá patriarcado porque son inseparables.
A modo de aporte, socializamos que en nuestro partido revolucionario contamos con una instancia interna específica y permanente para tramitar y resolver las distintas situaciones que afectan la moral del partido y/o sus militantes, incluidas las cuestiones de género. La misma es democráticamente electa e independiente de la conducción partidaria, para mayor garantía de las partes en conflicto. Esta Comisión de Moral la elige cada Congreso, la integran militantes de trayectoria y, desde la última elección, tiene mayoría femenina para permitir mayor sensibilidad ante los temas de género. Ante toda denuncia esa Comisión de Moral debe considerarla seriamente, investigarla a fondo y como resultado adoptar sanción si corresponde. Si la hay, será acorde los hechos y más grave a mayor responsabilidad partidaria de la persona acusada. Esa sanción puede ser apelada ante nuestro próximo Congreso por cualquiera de los sectores involucrados. Además, toda sanción debe tener un carácter educativo hacia la organizacion y, salvo en caso de expulsión, apuntar asimismo a recuperar al sancionado para la militancia revolucionaria. En caso de violencia de género, la primera medida previa a investigar es separar preventivamente al denunciado de la denunciante para protegerla y brindarle garantías. A su vez, la investigación debe incluir el derecho a defensa del acusado, ya que también existen falsas denuncias y calumnias. Por eso le damos toda la confianza a la Comisión de Moral para que trabaje a fondo y analice e investigue cada caso con seriedad y rigor científico, para llegar a la verdad en cada caso. E incluso a veces apoyarse en la consulta a profesionales y personalidades independientes si pueden aportar para comprender mejor un caso.
En medio de estos debates que algunas organizaciones no han sabido responder correctamente, es lógico y entendible que existan compañeras militantes, como quienes hoy cursan estas denuncias sobre Las Rojas-Nuevo MAS, que den el paso de salir de ese espacio colectivo por no ser escuchadas y/o recibir intentos de acallarlas o equivocadas respuestas burocráticas por parte de la dirigencia. A la vez puede ser una oportunidad de acompañamiento y reflexión, por lo cual merece que quienes tenemos alguna experiencia tratemos de aportar para fortalecer la praxis feminista y socialista colectiva. Ayudando en lo que podamos, tras la mala experiencia que evidentemente han tenido, a que no pierdan el objetivo de seguir siendo militantes revolucionarias y creyendo en la construcción de un partido revolucionario que tenga una estrategia socialista y un método correcto.
De ahí que nuestro aporte a este debate, además de ser solidario con quienes no han encontrado un tratamiento democrático frente a sus opiniones políticas o denuncias, tiene una perspectiva socialista, anticapitalista y militante, para contribuir a un objetivo positivo junto a todas las compañeras que vean necesario el mismo camino.
Juntas y a la Izquierda – MST en el FIT Unidad