Pos-pandemia: la Renta Básica Universal de Arroyo
Luego de dar por terminado el IFE, que afecta a 9 millones de personas, el gobierno ya piensa un nuevo programa para la pos-pandemia. Un ingreso extrañamente llamado “universal” solo para 3 millones de personas, parece ser el nuevo plan para instrumentar trabajos informales por parte del Estado.
Escribe: Nico Zuttión
El martes 16 de julio en una entrevista radial, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, nuevamente sacó a relucir la Renta Básica Universal (RBU) como la novedad que maneja su cartera para la pos-pandemia. Enmarcándolo en un proyecto más global, que se piensa conjuntamente con la urbanización de los barrios populares, el ministro avanza con una medida que por un lado asienta las bases de la pobreza estructural del país. A la vez, el propio anuncio evidencia que el posible ingreso no será de ningún modo universal y a la vez que quienes lo cobren recibirán un monto con el cual no se puede vivir dignamente.
Esto es así porque durante el desarrollo del programa radial en el que participó, Arroyo dio a entender que el monto de la RBU sería de $16.875, el valor de un salario mínimo. La medida que se presenta como continuidad del IFE, sólo alcanzaría a 3 millones de personas, menos de la mitad de aquellos que el Estado obligó a subsistir, durante lo que llevamos de cuarentena, con sólo $5.000 al mes. La inscripción masiva al IFE había desnudado la miseria de millones. La mayoría de las cuales quedarán de nuevo afuera de este nuevo plan.
Una RBU con sabor a precarización
“El salario universal está dentro de lo que pensamos para la reconstrucción”, las palabras del ministro son explícitas. Habla de una reconstrucción pero sobre la base de una renta que, nuevamente, no llega a ser equivalente a la canasta básica ($43.080). Sostiene que “tenemos argentinos que viven en el Siglo XIX”, pero con este nuevo proyecto piensa introducir 3 millones de personas en empleos informales, sin aportes patronales, obra social, los derechos que respectan a los trabajadores del Siglo XXI. El objetivo del plan de Arroyo es que una franja de la población cobre muy poco pero trabaje mucho y en condiciones precarias.
Al fin y al cabo, pareciera que el plan está creado por los vampiros de las nuevas formas de explotación capitalista. Los dueños de las apps, las cadenas de comidas rápidas y call centers, que presentan idénticas condiciones laborales para sus trabajadores. En vez de crear puestos laborales dignos, de calidad, con jornadas de 6 horas durante 5 días a la semana y un salario igual al costo real de la vida, el gobierno imita a las patronales más despiadadas.
Por una RBU igual a la canasta básica
Arroyo, en otra parte de su entrevista, asintió que «una parte de la población se va a quedar sin ingresos por el coronavirus». Dicho así es una falacia, ya que si esto ocurre es porque el gobierno ha favorecido a las patronales permitiendo despidos, suspensiones y rebajas salariales en el marco de una crisis sanitaria, social y económica, y a los sectores de desocupados no les aumento los programas sociales, no abrió nuevos cupos de ingreso a los mismos.
¿Hay necesidad de una RBU?, nosotros decimos que sí. Pero para nada una que equivalga a la pobreza de $16.875, sino una que sea de $40.000 y que de verdad sea universal y no sólo llegue a 3 millones de personas. Es necesario que la perciban todos aquellos que la necesiten para poder completar una canasta básica. La falacia del capitalismo “noble” de Alberto Fernández, se termina con estas muestras.
Para esto Arroyo necesita que todos los que vayan a cobrar el RBU no tengan ninguna organización social que realmente luche para que esto se aplique, por eso lo deja en manos del ANSES que fue el delimitador sobre la percepción del IFE pues así lo hicieron para que no todos accedieran. Por eso más que nunca, la organización y la lucha colectiva desde cada barrio, como impulsan nuestros compañeros y compañeras del MST “Teresa Vive” será un elemento decisivo para pelear por los derechos sociales de los que menos tienen.