El sistema educativo en pandemia. “Nueva Normalidad”
Escribe: José Arnoldo Mini Sirerol
Introducción
Distintos análisis sobre el origen de la crisis económica, enfatizan; de un lado, que la pandemia (el Covid-19) la ha provocado; otros, que ha develado la profundidad y el alcance de la crisis capitalista que ha potenciado las tendencias dañinas para con la sociedad. Sin duda, nos inclinamos por aceptar como punto de partida esta interpretación de la crisis.
La economía global, desde el 2008, no ha dejado de contraerse, algunos analistas denominan esta dinámica de “estancamiento secular”. Lo objetivo es que la economía no logro recuperarse desde la crisis y, obviamente, no cejo en profundizar sus tendencias regresivas que afecta dramáticamente a los sectores más vulnerables, a la mitad de la población mundial.
Esta crisis es diferente a la del 2008. No solo afecta a la arena especulativa, aquella fue una crisis financiera, impulsando su carácter parasitaria que, día a día, horadaba la base material de sustentación, el proceso productivo. Esta crisis combina las graves consecuencia de la pandemia que prácticamente ha paralizado la estructura productiva agregando los mecanismo viciosos de la financiarización; por ello, es una crisis más aguda, es una crisis de producción que se imposibilita la realización de la ganancia del capital, mas grave, extensa y profunda. Basta con seguir la evolución de los PBI, en los distintos países, para corroborar las consecuencias sobre el trabajo, la desocupación, la pobreza a escala global; con el resultado de que la crisis recaerá, una vez más, sobre los flacos hombros de los trabajadores del mundo. Esta dinámica es un vórtice socio histórico que combina dialéctica la crisis financiera y productiva, ambos impulsan una parálisis y destrucción material aguda; humana, a través del aumento de la desocupación; flexibilización y precariedad del trabajo; pauperización de las masas a nivel global. La dinámica de la acumulación del capital no dejara de atacar y violentar a la naturaleza, profundizando la dinámica ecológica, al ecocidio constante, la barbarie capitalista.
Tendencias de la educación que la pandemia profundiza
Los debates ideológicos sobre la educación son históricos, pero el proyecto que impulsó la reforma de los últimos 40 o 50 años (), que promocionan las corporaciones empresariales de la mano de los organismos internacionales con sus fundaciones y ong (), contribuyó a un proceso de endoprivatización creciente que se sumó al de exoprivatización, que para el caso argentino viene desde la década del ’50 del siglo pasado con la decisión política de subvencionar a la educación privada. Otras Voces en Educación
A nivel global los servicios destinados a satisfacer las necesidad de las masas, han sido duramente golpeados, con distintas políticas gubernamentales que oscilan entre el ahogamiento presupuestario y la austeridad salarial de sus trabajadores. La pandemia ha desvelado, en el caso de la salud, por ejemplo, como el aprisionamiento entre la privatización y el desfinanciamiento publico ha expuesto los limites, por ahora, infranqueables para atender las urgencias sanitarias de la población. Distintos análisis han descriptivo la política implementada por los gobierno sobre los servicios públicos. En todos los países, desarrollados, poderosos, ricos, periféricos y pobres se resumen en una misma orientación: ahogamiento presupuestario, son parte del gasto público y debe trasladarse, mediante su comercialización, a las masas para su uso, es decir, se deben comprar.
La contracara, subsidios a la salud privada, esta define a la atención sanitaria de la población bajo el esquema empresarial de costo/ganancia; en base a esta lógica, solo invirtieron allí donde los retornos son rápidos y redituables, sin preocuparse por la atención preventiva, menos aun las dolencias menos frecuentes, lo que ha generado un fuerte desfinanciamiento en recursos humanos altamente profesionalizados, materiales específicos que, ahora, la pandemia exige para atender la salud y no están disponibles, debiendo optar a quienes se atienden y a quienes no.
Otro tanto ha sucedido con la educación. En América Latina, asimismo, en la Argentina, se detecta un creciente desfinanciamiento en infraestructura, el salario de los docentes en todos y cada uno de los distintos niveles, pésimas condiciones de trabajo precarias y flexibles, reducción de becas a los estudiantes y escasez de materiales necesarios para desplegar las tareas propias de la enseñanza.
La que gráfica dañínamente a la universidad estatal, en el país, es la presencia de más de 20.000 profesionales ad honoren, pagan para ir a trabajar que atenta negativamente sobre el salario, las condiciones de trabajo y empobrece día a día las actividades básicas e históricas del quehacer universitario.
La capacitación docente es arancelaria en las universidades estatales, generando un negocio privado en el ámbito público cada vez más redituables para una casta que se ha enquistado en el ámbito estatal y genera desigualdades hacia dentro de las universidades, pues se capacita aquel que cuenta con los recursos económicos para lograrlo. Le niega a sus trabajadores a capacitarse según sus necesidades y exigencias laborales, asimismo a sus objetivos institucionales.
El abandono de las actividades esenciales de la vida universitaria. Basta constatar las dedicaciones docente, horas de trabajo estipuladas, para detectar que solo están abocadas a las tareas de enseñanza, así, el creciente proceso de privatización y comercialización, está transformando a la educación superior en una mera actividad de enseñanza, dejando en manos privadas, a través del financiamiento de las grandes multinacionales, entre otros, áreas redituables como la investigación.
Creciente comercialización de la educación
El colegio, como lo conocíamos, ha muerto. Nos enfrentamos ahora a una dinámica donde, el colegio está donde esté el estudiante. Otras Voces en Educación
En las últimas décadas no ha dejado de crecer la comercialización de la educación, sobre todo en la superior e investigación. Desde los años 90, del siglo pasado, hubo un cambio rotundo en el paradigma de la educación: se incorporo de pleno al mercado capitalista y con ello a sus exigencias. Se puede ganar, y bastante dinero, con la educación, en cualquiera de sus niveles. Esta ha provocado cambios hacia dentro de la dinámica educativa, han “variado los objetivos de la educación, cada vez menos humanista y más centrada en el mercado laboral. Llegaron las competencias, se fueron las humanidades” (1).
La enseñanza se ciñe a los intereses de la la empresa y la empresa se acerca a la educación y la financia. Es un negocio a escala mundial que, con distintos ritmos, no ha dejado de crecer. El sector “tecnológico en torno a la educación movió en 2019 un total de 6.500 millones de euros en inversiones en todo el mundo”. Los países de la UE superan los “700.000 millones de euros anuales en gasto en educación”, este gasto no está financiado por los presupuestos estatales, pues la inversión en la educación fue del “4,41% del PIB en 2007 al 4,67% en 2017”, prácticamente igual. El negocio de la educación abarca desde “softwares educativos, ordenadores para clase, tabletas, pizarras digitales, cursos, academias, plataformas de gestión, aplicaciones, herramientas educativas, educación online o consultorías educativas” (2).
Las grandes multinacionales, como Google o IBM o HP son las jugadoras principales e instalan su agenda en el ámbito educativo. El anuncio de la “Universidad de Google” que por “300 dólares y seis meses podrías obtener un certificado” que será “equivalente de un título universitario en carreras de cuatro años”, en distintas plataformas se han registrado “más de 25 millones” de inscriptos (3). Es la destrucción de la educación estatal, pública, gratuita, un vez más, serán la comunidad universitaria la que deberá enfrentar y derrotar este comercio educativo.
Las políticas de los gobiernos, cualquiera sea el color político e ideología que lo sustenten, impulsan recortes en Educación que rebajan la calidad, focalizada en lo técnico-laboral antes que en el aspecto social. La compra-venta de centros educativos y familias que gastan más en educar a sus hijos, el uso de una nuevo discurso de «competitividad», «empleabilidad» y «eficacia» como términos claves en la educación configuran un nuevo panorama educativo, son las palancas que ahogan a la educación pública.
El modelo de educación caduco. En el nuevo paradigma guiado por la mercantilización solo interesa el trabajador que necesitan las empresas. Multinacionales como Fiat o Nestle insisten en que la “educación y la formación” son, para ellas, “inversiones estratégicas vitales para el éxito empresarial”. El presidente de la Coca Cola, argumento que la “enseñanza constituye uno de los mercados más vastos y de mayor crecimiento”, a los empresarios “consideran que la enseñanza es un extenso mercado por conquistar”. Dinámica que, por un lado, es el negocio inmediato; por otro lado, es constante la reducción del gasto en los presupuesto fue a nivel global, desde el año 2000, el porcentaje respecto al PIB en Educación está estancado alrededor del 5% en todo el mundo; otro, al disminuir la inversión o el gasto publico crece el de las familias que intentan compensarlo; en España, por ejemplo, el “gasto privado en educación ha subido un 50% desde que empezó la crisis en 2008, pasando de 8.700 millones de euros a 12.300 millones de euros” (3).
La pandemia ahonda la desigualdades sociales y ahoga a la educación Un tercio de la población del país tiene hasta 17 años y nacen más de 754 mil chicos por año. De ellos, 6 de cada 10 son pobres. UNICEF destaca que la pobreza podría escalar al 58,6% hacia fines del 2020. La pandemia empeoró todos los pronósticos. Las infancias y adolescencias constituyen uno de los sectores más vulnerables al impacto de las crisis cíclicas del sistema capitalista. (4)
En tiempos de pandemia se debilitan las garantía del entorno familiar que es protector de la niñez, esta se encuentra vulnerada y se agudiza por el confinamiento que provoca la perdida de los ingresos laborales, mientras la ayuda gubernamental es escasa, lenta y, en la mayoría de los casos, nula. Todo ello impulsa a la expulsión de los alumnos del sistema educativo, no solo en el país, sino en la Región y el Mundo, es un verdadero ecocidio educativo.
Actualmente, la pandemia, ha impuesto que buena parte de la “oferta educativa circula en plataformas multimedia, un 18% de las y los adolescentes declararon no tener acceso a internet y el 37% no cuenta con Tablet, notebook o PC. Entre los que sí tienen conexión, el “76% considera que está más tiempo frente a las pantallas respecto al periodo previo de aislamiento”. El “19.1% de los niños/as proviene de hogares con necesidades básicas insatisfechas. Están en situación de pobreza estructural. Mientras habita en viviendas precarias el 8,6% del total de la población, y un 7,8% convive con hacinamiento en el hogar, en los hogares con niños as hasta 5 años estos porcentajes ascienden al 12.8% y 12,9%, respectivamente” (5).
Este contexto es un factor que se vincula a la expulsión de jóvenes/as en el ámbito de la educación pública, la pandemia ahonda aquellas condiciones y está destruyendo, en los hechos, la igualdad ante la educación. La pandemia ha provocado el abandono escolar de 262 millones de menores en el mundo. Se estima que actualmente el 89% no están yendo actualmente a clase por motivo de los cierres escolares. Esto supone 1.570 millones de niños y niñas en educación primaria, secundaria o universitaria. Más de 111 millones de niñas viven en los países menos desarrollados, donde acceder a la educación antes de la pandemia ya suponía un desafío, situación ahora agravada (6).
El acceso a la educación de todos los niños/as del mundo que no se garantiza. La educación como derecho es uno de los objetivos de la ONU que en su Agenda 2030 (ODS 4), es «fundamental financiar la educación, con recursos económicos y humanos, además de infraestructuras seguras y adecuadas, especialmente allí donde es más necesario y existen mayores barreras de acceso, y para los colectivos más vulnerables, como los niños y niñas en situación de pobreza, con discapacidad, de minorías étnicas, migrantes, de zonas rurales y aisladas, y de países afectados por crisis, conflictos y emergencias» (7). Obviamente nada de ello se está materializando y tampoco es parte de la política de las autoridades educativas y gubernamentales.
Ataque a las condiciones laborales docentes. ¿La nueva reforma laboral docente?
Debemos vincular esta pandemia con otro tipo de epidemia llamada capitalismo. El actual modo de producción agropecuario (agrotóxicos y cría intensiva de animales), es un factor de transmisión de esta y otras enfermedades de animales a humanos (zonosis). Los distintos gobiernos apoyan y sostienen este tipo de producción, el gobierno de Frente de Todos declaró a la producción agraria y minera como esencial, garantizándolo a las multinacionales que sus ganancia no estarán afectadas por la cuarentena, la prioridad de la salud que trasmite el gobierno es un discurso vacío, la vulnerabilidad de la salud de los trabajadores esta desvalorizada, frente a las exigencias del capital.
La pandemia ha desnudado las consecuencias de la privatización de la salud. Ahora, es la educación, pues la excepcionalidad actual, abre las puertas para materializarlo.
Las autoridades nacionales, Rectores, Decanos y las dirección gremiales docentes burocráticas y pro gobierno, son parte de una política que imponen en forma autoritaria sus decisiones sin la más mínima participación de docentes y alumnos; impulsan, en los hechos, una reforma laboral docente que tiene por finalidad la destrucción de la educación Estatal, pública y gratuita; y en lo pedagógico desarrollar la estandarización del aprendizaje, a través de nuevos y precisas algoritmos. El “home office o formación a distancia está instalada en Occidente”, técnica que interpela a la pedagogía y a las condiciones de trabajo de los docentes, afectándolas profundamente con consecuencias indescriptibles para el futuro de la educación estatal, pública y gratuita.
Ante esta combinación dañina, la defensa de la presenciabilidad como vínculos insustituible e insuperable del proceso de enseñanza-aprendizaje es inseparable de la defensa de la educación estatal, pública y gratuita.
La nueva reforma laboral docentes que, entre ellas, la virtualidad, no solo violentara las tareas docente sino, además, introducirse en el propio proceso de enseñanza aprendizaje, violando la relación riquísima del docente-alumno-docente, a través del vinculo vivo y activo que es presenciabilidad; además la forma de evaluar que impone el distanciamiento vaciara y degradara aun más el acto de enseñanza, al aislarla del proceso de enseñanza. Esta, la evaluación, es un acto permanente y continuo del proceso de aprendizaje. Sin duda, la virtualidad es la degradación de la labor docentes y con ello la pedagogía.
Las decisiones autoritarias y unilaterales adoptadas por las autoridades dejan por fuera de toda discusión a los sujetos activos de la enseñanza: la comunidad educativa; la creciente flexibilización y precariedad del trabajo docente a través de la virtualidad (el teletrabajo); el grandioso negocio de las multinacionales de las plataformas virtuales que la pandemia, la cuarentena, les ha dado la oportunidad de extender el negocio a todos los rincones del mundo, entre la política de astringencia presupuestaria y pauperización salarial de los trabajadores docentes.
A modo de conclusión
El Estado capitalista nunca promoverá un modelo educativo que atente contra los intereses de la clase dominante. (). La pedagogía crítica nunca será promovida de forma oficial. La pedagogía crítica es contestataria. La pedagogía crítica es la conciencia política de los grupos oprimidos. (). Rigoberto Martinez Escarcega
Los distintos gobiernos, sus ideólogos, medios masivos de comunicación, analizan, sugieren y visualizan la “normalización” de la educación post pandemia mediante la lógica que impone la virtualización, flexibilizando las tareas docentes y vaciando la educación publica, generando un único camino de dialogo, a través de las pantallas y destruyendo el lazo histórico de aquel el intercambio insustituible de docente-alumno-docente en el proceso de enseñanza aprendizaje.
La “normalidad” profundizara solo los saberes, habilidades, destreza que la producción material y de servicios que hoy requiere, un trabajo flexible, precarizado, uberizado; mientras despoja a la educación de todo contenido cultural y del desarrollo del pensamiento crítico. La pedagogía de la virtualizacion, sea ahora, la pantalla, la imagen, lo inmediato, lo descontextualizado que impide la incorporación plena del sujeto en el proceso socio-históricos del que forma parte. Otra es el traslado de la escuela, como espacio social vital, a la casa, a la cocina, al comedor, será el nuevo lugar, con un docente virtualidad y superexplotados quién dará o mejor, trasmitirá informaciones, seleccionadas por otros, por una gran data. Una reciente encuesta informa que el “77% de los docentes se han visto obligados a incrementar dos horas diarias su horario laboral y el 70% destaca el incremento de la implicación de las familias” (8).
Es la expresión de la flexibilización de los procesos laborales que en muchos países es reivindicada como una opción de necesaria aplicación en aras de mantener la vinculación laboral pese a las restricciones establecidas durante la pandemia por la COVID-19.
Como sujetos activos del proceso de enseñanza, no nos oponemos a las técnicas de la información, pero ellas deben estar al servicio del proceso de enseñanza, no dominar aquel. De allí que, la pandemia y la crisis emergente es una oportunidad para que recuperemos una educación plena, al servicio de las necesidades de las mayorías populares, una educación que nos comprometa a respetar la naturaleza como parte de la vida, somos materialidad; una formación educativa que nos encuentre activo para enfrentar y derrotar el ecocidio que día a día impulsan las multinacionales con el único objetivo de maximizar sus beneficios, sus ganancias, aunque nos lleven a la catástrofe.
Es la oportunidad para batallar por una educación estatal, publica, gratuita, laica, fuertemente comprometida con la transformación de la actual sociedad basada en la superexplotación de los trabajadores y la naturaleza que dinamice la batalla por un mundo humano, igualitario y solidario.
Notas.
- Daniel Sánchez Caballero. 20 años de mercantilización de las aulas: cómo pasamos de pensar en educar a pensar en ganar dinero. OVE. Julio 2020
- Daniel Sánchez Caballero. Op. Cit. Julio 2020
- Daniel Sánchez Caballero. Op. Cit. Julio 2020
- Roxana Mazola. La pandemia impacta en la infancia. Es hora de ponerlo en discusión. OVE. Junio 2020)
- INDEC, Censo, 2010.
- Rosa Carvajal, OVE, Junio 2020
- Xataka. com. Universidad de Google. Agosto 2020.
- Eduardo Parra. Europa Press. Agosto 2020