Salarios: variable de ajuste del Frente de Todos
Durante el gobierno de Alberto de Fernández no se han dejado de generar medidas que beneficien al sector empresarial, agropecuario, bonistas y el FMI. En el presente artículo analizaremos cómo el gobierno que ha actuado en tal sentido, con una escalada inflacionaria sin control, también destruye el salario de los trabajadores. Ante tal panorama, cabe preguntarse ¿cómo organizarnos para confrontar con esta ofensiva patronal?
Escribe: Nicolás Zuttión
Hace dos semanas, en el Consejo del Salario se acordó un aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). El mismo fue de un 28% haciendo que, recién para marzo de 2021, el SMVM llegue a $21.600, cuando los ingresos para no caer en la indigencia, según el INDEC en septiembre, fueron de $ 19.430. La medida que coincide con el Presupuesto 2021 presentado por Guzmán, es una muestra más del gobierno de Alberto, la burocracia sindical y el empresariado de acordar ingresos de miseria para los trabajadores. Si bien es cierto que esta cifra no impacta directamente en los salarios de los trabajadores registrados formalmente en el sector privado, sí lo hace en el cálculo del salario docente y la jubilación mínima.
Tomando el SMVM como índice o, más bien contrapeso a utilizar de parte de los gobiernos y las patronales, para adecuar los ingresos de los trabajadores, hace falta hacer un repaso de la suerte que corrieron los salarios durante la asunción de Fernández hasta la fecha, y la escalada inflacionaria que no conoce de límites y amenaza dar otro salto con una eventual devaluación del peso.
Inflación en alza, sus motivos
Uno de los flagelos principales de los bolsillos argentinos tiene como responsable el fenómeno de la inflación. Economistas ortodoxos, como los personajes de Espert, Milei y varios integrantes de Juntos por el Cambio, sostienen que esto sólo se puede explicar por vía de la gran emisión monetaria llevada adelante por el gobierno actual. Para demostrar que esto es una farsa, sólo falta pasar revista por el mandato macrista donde se encuentra que un gobierno que no emitió llegó al 53,8% de inflación en 2019, siendo una de las más altas del continente. Del otro lado del mostrador, los autodenominados “keynesianos” o heterodoxos, indican que la emisión sin respaldo no genera ningún tipo de afección a la economía, tampoco creemos que esto sea así, cuando el objetivo de la impresión monetaria sólo es para sostener instrumentos financieros como las leliqs.
Lo cierto es que la causa, madre de la inflación, se encuentra en la orientación política que viene sosteniendo Alberto Fernández. La liberación del aumento de precios a las grandes empresas de alimentos y la aceptación de la suba de tarifas para las privatizadas que controlan los servicios públicos, son los motivos fundantes de que hoy hayamos llegado a una inflación acumulada del 22,3% (a septiembre) y una proyección de alcanzar un 36,9% anual.
Para fundamentar esta afirmación sólo se necesita ver la aprobación del nuevo aumento en el programa “Precios máximos”, que habilitó una suba en elementos de consumo masivos. Vale recordar que los beneficiados, que acrecientan sus ganancias con estas medidas, son los mismos que siguen recibiendo los ATP, cuando el IFE todavía sigue sin conocer su destino.
Fernández y la caída tendencial… del salario
Luego que, con Macri, desde el 2015 al 2019, los salarios hayan perdido un 20%1 su poder de compra, la gestión de Fernández con la economía que se viene a pique continúa el mismo rumbo.
Ya mencionamos la escalada de la inflación, ahora vayamos por el aumento de los salarios. En lo que va del año, según mediciones del INDEC, hasta julio los salarios sólo habían alcanzado un aumento del 16%. Siguiendo las premisas de ese mismo estudio para septiembre los ingresos tendrían que haber alcanzado una suba del 21%. De todas formas, por los datos aludidos en el apartado anterior, los salarios corren por atrás. Y no sólo eso, se estima que la pérdida real de los ingresos sea de un 3% este año, pero todo está atado a que la inflación mensual no supere el 4% en el último trimestre del año2. Algo difícil, como advertimos, por la encrucijada en la que se encuentra el país con la divisa estadounidense.
Los tres años de caída real del salario que se van a acumular entre 2018, 2019 y 2020, sólo es comparable con el período negro de 1998-2001. Obviando estos datos, o no tanto, la mayoría de la dirigencia sindical burocrática, se calcula que el 85%, ya cerró las paritarias3. Su orientación fue a la baja y se ve, por ejemplo, UPCN, que cerró en acuerdo de tan sólo el 7%.
Sin aún mostrarse totalmente satisfechos, sí se puede afirmar que, con el aval de Alberto Fernández, el gran empresariado ha utilizado la pandemia para profundizar la absorción de plusvalía relativa a los trabajadores. El coloquio IDEA, al que ya nos hemos referido en otros artículos4, fue una instancia más donde el círculo rojo volvió a insistir que la ganancia absorbida es insuficiente y se necesita avanzar en la baja del gasto, la aplicación de nuevas reformas (tributaria, laboral y jubilatoria), para garantizar la permanencia de las mismas en el país.
Ideas para salir de un panorama oscuro
A los datos aludidos sobre el salario, para completar el terreno económico que hace a la vida de los trabajadores, falta agregar el terrorífico número de los casi 4 millones de puestos que se han perdido en lo que va del año. Además de un índice de pobreza que ya llegó a 40,9%.
Semana tras semanas el gobierno dispone nuevas medidas para beneficiar a los grandes sectores concentrados, su última novedad fue el blanqueo de capitales, con la excusa de invertir en la industria de la construcción para, así, generar más empleo. A la par de estos regalos, las patronales nuevamente, como a principio de año (y para esto está el Consejo Económico), volvieron a reiterar que los aumentos de salarios no son una medida viable porque condicionan la inflación. La burocracia, cede.
El quietismo instalado por la CGT y sus satélites afines sólo puede ser revertido con organización de la clase. Los números aludidos y el horizonte próximo, como destino de los trabajadores, son motivo para profundizar la resistencia a un gobierno conducido por el FMI que vino a reventar conquistas obreras. El camino comenzado por el personal de salud, encabezado por enfermería, es la hoja de ruta a tomar para dar pelea en este presente.
Como se impulsa desde el MST en el FIT-Unidad y su corriente sindical ANCLA, las asambleas de bases, que garanticen la democracia entre los trabajadores, son el método con el cual poder debatir y constituir planes de lucha concretos que derriben la arremetida contra las condiciones de vida. El accionar de la dirigencia sindical sólo está dejando dos opciones a la clase, luchar con ella a la cabeza o con la cabeza de los mismos. Sólo esta vía es la única que, ante un gobierno de coalición de clases que garantiza la ganancia privada ante los derechos de los trabajadores, es posible dar batalla para que la crisis no se termine de descargar sobre los mismos de siempre.
1. El salario real cayó 6,1% en 2019 y acumuló una pérdida de 19,5% desde 2015. Juan Strasnoy Peyre; 17/02/2020; en baenegocios.com.
2. Por la devaluación y la pandemia el salario acumula 20% de caída en los últimos tres años. Carlos Boyadjian; 11/10/2020; en cronista.com.
3. El 85% de los trabajadores ya acordaron paritarias en lo que va de 2020. 24/10/2020; en ambito.com.
4. Comenzó el 56% Coloquio empresarial. Ideas para los ricos. Guillermo Pacagnini; 14/10/2020; en periodismodeizquierda.com.