20 / 21 de noviembre: Enfermería para y copa las plazas del país
Argentina está en el podio de países con mayor número de muertes por millón de habitantes en la pandemia. Todo el marketing de gobiernos de uno y otro lado de la grieta, se desmorona. Y los esenciales de verdad, los que ponen el cuerpo y decenas de fallecidos, siguen postergados. Increíble.
La postergación de la enfermería es directamente una aberración. Cualquier persona a la cual se le pregunta si considera que las y los enfermeros son profesionales de la salud, respondería “obviamente, SI”. Sin embargo, en CABA y en muchas provincias no tienen ese reconocimiento. En la capital del país, existe la Ley N° 6035 que regula a los profesionales de la salud e incluye casi 30 actividades distintas, que van desde fisioterapeutas hasta sociólogos. ¡Pero la ENFERMERíA está explícitamente afuera! Una injusticia intolerable. Y esta realidad que se expresa así con el gobierno del PRO en la Ciudad Autónoma, en todo el país tiene expresiones parecidas: precarización, salarios de miseria e incluso doble opresión, ya que la mayoría de este colectivo está integrado por trabajadoras.
Enemigos de la primera línea
CABA es el caso “testigo” de una injusticia nacional. Los responsables de que no se haga justicia con este eslabón clave de la salud pública (y también de la privada), tienen nombre y apellido.
Larreta y sus socios: hacen show mediático hablando de la salud pública y la enfermería, pero su prioridad total es la salud privada, el negocio. La enfermería, es de segunda y lo público “gasto”.
SUTECBA: es la burocracia capitalina amiga del poder de turno y que tiene terror a perder miles de afiliados si la enfermería pasa a la carrera profesional.
Médicos Municipales: es la superestructura del “modelo médico hegemónico”, que tiene a la enfermería súper-explotada. Bloquean el reconocimiento profesional de las y los licenciados porque así se aseguran el monopolio de jefaturas y gerencias. Una corporación de élite, reaccionaria.
Los capitalistas de la salud privada: son los comerciantes de la salud. Se benefician de una enfermería devaluada laboral y profesionalmente en el sistema público. Así, como buenos patrones, pagan salarios más bajos, en clínicas y sanatorios.
Unidad, coordinación y democracia sindical para ganar
La lucha de la enfermería es una explosión de rabia, de indignación. Tiene raíces profundas en una injusticia intolerable. Tiene una potencialidad anti-burocráticA enorme porque cuestiona al viejo sindicalismo traidor, amigo del poder y que transa a espaldas de las bases. No tiene dueños, ni salvadores. Es una lucha que se puede ganar colectivamente. La Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), está jugada a ser una palanca de movilización y organización para ese propósito. ¡Qué extraordinario es ver a las enfermeras estar en la “primera línea” de esta lucha impresionante!
Sistema único de salud, equipo inter-disciplinario y reconocimiento
Como socialistas nuestra visión rechaza toda forma de intervención empresaria en la salud. Defendemos como derecho social incuestionable la salud pública universal, de calidad y para todos. Por eso, proponemos la unificación del sistema de salud, suprimiendo la propiedad empresaria sobre clínicas y laboratorios, y que el Estado apoyado en las y los trabajadores de la salud gobiernen todo ese dispositivo nacionalmente. Claro, con el presupuesto suficiente para asegurar salarios equivalentes al costo de vida e infraestructura para asegurar calidad. También nos oponemos al “modelo médico hegemónico”, vertical, elitista y precarizador de la enfermería. Nuestro concepto es el de “equipo interdisciplinario”, sin asimetrías, ni eslabones sometidos. Por eso luchamos por una Carrera Nacional Única de Salud, que exprese el concepto de equipo interdisciplinario y suprima todas las desigualdades actuales. Ellas y ellos, son esenciales. No descartables. En las circunstancias actuales, luchamos por reconocimiento profesional, salarial y laboral. En el camino de esa salida de fondo que implica el gobierno de la salud por sus verdaderos protagonistas, y el gobierno del país, por la clase que hace mover absolutamente todo: las y los trabajadores.