Máximo Kirchner. El Fondo, las palabras y los hechos
Escribe: Sergio García
La declaración emitida por Máximo Kirchner renunciando a la jefatura del bloque de diputados del Frente de Todos, se ha transformado en una de las principales noticias del día. Confirmando los evidentes debates y crisis internas que vive la coalición de gobierno, que el reciente acuerdo con el FMI no hace más que evidenciar y profundizar. Dejamos unas primeras opiniones sobre el tema, que iremos profundizando los días que vienen.
La oposición de Máximo Kirchner al acuerdo alcanzado, no es la primera voz que se escucha desde el Frente de Todos, ya son varios los sectores que opinaron en forma similar, mientras la vicepresidenta por ahora hace silencio, en otra forma de no decir que apoya. En un sentido es lógico; tan evidente es que el acuerdo es ajuste, pérdida de soberanía y aceptación y pago de un fraude millonario, que era imposible que no hubiera voces en contra, incluso en el frente de gobierno. Sobre todo, tomando en cuenta que parte importante de su base social esperaba otra decisión por parte del gobierno. Y que el malestar viene creciendo hace días entre trabajadores y la juventud.
Vivimos en un país que tiene marcado a fuego lo que implica quedar a merced del Fondo, sus recetas de achicar gastos -déficit- y sus monitoreos trimestrales. Tan claro es lo que viene que en estos momentos hay más tensiones en el Frente de Todos. Mientras el gran empresariado, Juntos por el Cambio y la CGT entre otros, festejan el acuerdo alcanzado.
Sin embargo, no podemos perder de vista que la decisión de Máximo Kirchner es tan solo dejar la presidencia del bloque, no es dejar al gobierno de Alberto Fernández, ni al bloque que lo representa, ni menos invitar a enfrentar el acuerdo. Decimos esto porque ante situaciones de extrema gravedad, lo coherente es tomar decisiones profundas y no simbólicas o leves gestos, para contener bases críticas y molestas con el curso de gobierno.
Sin embargo, Máximo aclara en su carta todo lo contrario; “permaneceré dentro del bloque para facilitar la tarea del presidente y su entorno”. Si no comparte la estrategia y opina que el acuerdo es muy malo para el país; ¿porque va a facilitar que el mismo se lleve adelante? Cuando sabe perfectamente que eso implica más entrega, menos derechos sociales, más pobreza y menos soberanía.
Cuando la crisis se hace profunda y la perspectiva es de agravamiento, lo que hace falta son decisiones firmes, voluntad política para movilizar a millones y un proyecto político claro. Pero nada de esto refleja la carta de Máximo.
Esas limitaciones y vacilaciones, se hacen aún más evidente, cuando intentando no mostrarse demasiado crítico, recuerda en la carta que “como jefe del bloque acompañé la sanción que aprobó la reestructuración de la deuda pública”. Es decir, nos recuerda que tiempo atrás, fue parte de un rumbo político y una votación, que anticipaba más estafas contra el país.
Por todo esto decimos que, ante una crisis política evidente, la salida no es acompañar al presidente, ni facilitar, ni no romper. La salida está por fuera del proyecto de este gobierno. Que no solo acaba de acordar de nuevo con el FMI un plan de ajuste, sino que avala un plan extractivista de asociación con grandes mineras y petroleras, y que no ha cambiado en nada el modelo de los agronegocios en nuestro país, ni ha tocado las fabulosas ganancias de los grandes bancos privados.
Por eso nuestra visión crítica sobre los dichos de Máximo Kirchner, bien la podemos hacer extensiva a otros sectores del Frente de Todos, que vienen criticando medidas, pero sin salirse de la esfera de gobierno. Es el caso de Claudio Lozano, que con razón criticó fuerte el acuerdo estos días, pero aclaró frente a la prensa que no piensa renunciar a su cargo como funcionario de gobierno. O al Frente Patria Grande que también hace tibias críticas, mientras en el Congreso vino acompañando todas las medidas de ajuste del gobierno, bajo la tesis de estar dando una lucha desde adentro, cuando hoy salta a la vista que un frente de gobierno comandado por el PJ es imposible de cambiar, dada su matriz de clase, notoriamente inmodificable. Aún así, hoy tampoco se proponen romper con el Frente de Todos.
No es tiempo de solo hacer declaraciones, declamaciones parciales o críticas sin animarse a enfrentar de verdad al gobierno. Lo que hace falta es fortalecer el camino que desde el Frente de Izquierda Unidad que integramos desde el MST, y junto cientos de organizaciones, iniciamos el 11 de diciembre pasado llenando la Plaza de Mayo contra el pago de la deuda externa y por la ruptura con el FMI. Ese camino dio un nuevo paso hoy, cuando en una reunión abierta en Parque Lezama, acordamos volver a movilizarnos el próximo 8 de febrero a Plaza de Mayo y en todo el país, como parte de nuevas acciones que continuarán las semanas y meses que vienen contra todo el plan de ajuste y el acuerdo con el Fondo.
Por eso invitamos a todas las bases de trabajadores y trabajadoras, a la juventud, a los miles y miles que votaron contra Macri esperando otra cosa y hoy ven con decepción el presente, a que se sumen a esta marcha del 8F y a este camino político, independiente de la derecha reaccionaria de Juntos por el Cambio y de un gobierno que ajusta y también favorece a los sectores concentrados de la economía. Porque, aunque Máximo diga en su carta que no es por “izquierda” el camino, la realidad es que solo la izquierda y en particular el FIT Unidad, tiene una propuesta de fondo, coherente y a favor de las mayorías populares, que parte de desconocer la estafa de Macri y el FMI que hoy el gobierno convalida.
Por eso sin dudar vamos de nuevo a la calle en forma unitaria, contra el acuerdo con el FMI y todo el plan de ajuste y entrega. Seamos miles y miles en la Plaza de Mayo y en todo el país. Y quienes desde el FdT dicen estar en contra del acuerdo con el Fondo que den el paso y lo demuestren; enfrenten al gobierno, rompan, salgan a la calle y convoquen a derrotar el plan de ajuste. Porque las palabras no alcanzan.